Avances, pero también muchas tareas pendientes dejan al descubierto los resultados de las pruebas PISA 2025 en Colombia, los cuales no son los mejores al ocupar el puesto 64 de 81 países.
Al respecto, Caracol Noticias realizó un completo informe basado en análisis hechos por el creador de las Pruebas PISA y representante de la OCDE, Andreas Schleicher, y el director del Instituto Alberto Merani, Julián De Zubiría. Ambos coincidieron en que se requiere mayor inversión y replantear los modelos educativos en Colombia. Pese a reconocer que en los últimos 20 años se han dado algunos avances, estos todavía no son suficientes.
“No veo como sorpresa que Colombia esté por debajo del promedio de la OCDE, porque la situación económica también está por debajo de los estándares que se necesitarían para tener educación de calidad”, dijo Schleicher, mientras que De Zubiría expresó que “hay problemas graves. Por ejemplo, en lectura la mitad de los estudiantes no pueden entender en dos párrafos cuál es la idea principal y solo uno de cada 100 llega a un nivel muy superior y eso explica la posición 64 entre 81”, recalcando al tiempo que en las asignaturas de matemáticas la situación es peor.
Además de esos dos expertos también se escucharon opiniones de docentes, padres de familia, personal administrativo y representantes de entidades oficiales de la educación, de quienes se pudo extraer una larga lista de aspectos pendientes por corregir para elevar el nivel de la educación en Colombia.
Una de las principales conclusiones es que en Colombia falta educar para la vida, con pensamiento crítico y con razonamiento contextualizado de lo que pasa en las regiones, Colombia y el mundo, es decir, educación pertinente “y no para sacar una buena nota y ganar el año” sino para aplicar los conocimientos para todo lo que se requiera en las rutinas diarias y en los nuevos emprendimientos.
Coinciden en que, para lograr ese propósito, la estrategia debe ser la de transformar las formas de enseñanza y maneras o esquemas de evaluación, además de mayor inversión en las primeras etapas del proceso de educación como son la primaria y la secundaria. También es necesario replantear la formación a docentes, modificar los currículos para que se vuelvan pertinentes, disminuir la brecha entre los colegios oficiales frente a los privados, superar las falencias educativas y de infraestructura en las zonas rurales, entre otros aspectos. “Las familias, el país, tiene que regular el acceso a la tecnología. Debería prohibirse, sin duda, en la primaria y en básica el uso de celulares inteligentes”, afirma De Zubiría.
Al aterrizar el tema en regiones como Cesar y La Guajira, la situación se torna más compleja, porque es sabido que casi siempre están rezagadas frente a la media nacional en materia de calidad educativa y eso las pone en una doble encrucijada porque ahora, además de eso, deberán asumir el compromiso de la evaluación global, algo muy difícil debido a la falta de inversión en ciencia, tecnología, infraestructura y nutrición en estos territorios, lo cual limita el potencial de sus estudiantes, con mayor impacto en las zonas rurales donde los alumnos por lo general no cuentan con transporte escolar permanente y el programa PAE suele iniciar retrasado y en medio de muchos obstáculos.
Ahora, si el país necesita profesores con buena formación, con mayor razón en estas regiones no se puede pensar en una mejora educativa sin maestros mejor preparados, motivados y reconocidos, debe aplicarse esa máxima de que la calidad del sistema educativo jamás superará la calidad de sus docentes.
