EDITORIAL

La angustiosa búsqueda del dinero en Valledupar

A la cadena de esa angustiosa búsqueda de dinero diario por parte de los jefes de miles de hogares para satisfacer sus necesidades básicas en Valledupar, el Cesar y en la región, ahora se le suman nuevos eslabones marcados por prácticas ilegales, riesgosas y peligrosas.

La angustiosa búsqueda del dinero en Valledupar

La angustiosa búsqueda del dinero en Valledupar

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A la cadena de esa angustiosa búsqueda de dinero diario por parte de los jefes de miles de hogares para satisfacer sus necesidades básicas en Valledupar, el Cesar y en la región, ahora se le suman nuevos eslabones marcados por prácticas ilegales, riesgosas y peligrosas.

Ya no se trata solo de los tradicionales pagodiarios con intereses desbordados que superan hasta el 20 %, del mototaxismo, de diversas formas de transporte informal, de ventas ilegales en las calles de toda clase de productos —incluidos restaurantes en andenes— o de algunas pirámides que aún persisten. Últimamente ha surgido la modalidad de ofrecerle a la gente entre $30.000 y $50.000 a cambio del escaneo del iris del ojo y del rostro; lo mismo que el ofrecimiento de créditos digitales al instante y sin requisitos, pero con cobros de hasta el 50 % o 100 % de intereses, acompañados luego por amenazas de tipo extorsivo si no se cumple con el pago.

En redes sociales circulan videos y fotos de Valledupar, en especial por zonas aledañas al mercado público municipal, donde se observan filas de personas intentando ingresar a sitios donde les van a entregar dinero solo por permitir el escaneo del iris, sin saber exactamente con qué fin se utilizarán sus datos biométricos. ¿Quién está detrás de esto? ¿Con qué propósitos? ¿Qué riesgos implica entregar nuestros datos personales por una suma que no compensa el riesgo? Lo barato puede salir caro, y en estos tiempos digitales, la información es poder y también mercancía para fines poco ortodoxos.

Cada día surgen nuevas estrategias orientadas a aprovechar la falta de ingresos de la gente en Valledupar y sus alrededores. La necesidad tiene rostro, y la desesperación por conseguir plata se ha convertido en una puerta abierta para la estafa, la explotación y, en muchos casos, la ruina personal y familiar.

Frente a esto, es urgente alertar a la ciudadanía vallenata sobre las múltiples trampas que se presentan como salvación, pero que no son más que mecanismos de engaño.

Se podría decir que las pirámides se van, pero al cabo del tiempo regresan con nuevos nombres y disfraces, prometiendo retornos rápidos, multiplicación del dinero y supuestos beneficios colectivos. Pero el final es el mismo: unos pocos se enriquecen y la mayoría queda con las manos vacías y los consabidos traumas. Tenemos el caso reciente publicado por EL PILÓN relacionado con la firma HW Securities, una posible pirámide que ha llamado la atención.

Es evidente que la urgencia económica está empujando a muchos hacia caminos aún más oscuros, asumiendo compromisos que están esclavizando a cientos de familias en una situación que asfixia y atrapa sin salida. Esa es una triste realidad de nuestra región.

También crece de manera paralela el microtráfico en sectores populares, donde la falta de oportunidades convierte a los jóvenes en presa fácil de economías ilícitas que los usan y luego los desechan. Todo esto no es más que el reflejo de una dolorosa angustia por el sustento diario, que está obligando a muchos vallenatos a aceptar lo inaceptable. Y esto no es solo un problema individual. Es una crisis social.

Frente a todo ello hay que actuar, denunciar, educar y prevenir. No podemos seguir permitiendo que nuestros vecinos, familiares o amigos caigan en estas redes de engaño y explotación. Necesitamos programas de educación financiera, más oportunidades laborales reales, acceso a crédito legal y digno. Valledupar merece una economía basada en el trabajo honesto, en la solidaridad y en la legalidad. No caigamos en trampas disfrazadas de oportunidad.

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