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Filarmónica del Cesar en 2025: 54 conciertos, 161 estudiantes y llamado a donaciones para su sostenibilidad

La Filarmónica del Cesar celebra 10 años de impacto musical y hace un llamado a empresas y aliados a apoyar con donaciones en dinero, instrumentos o bienes, con beneficios tributarios y transformación social para la niñez del Cesar.

Rita Fernández, juglaresa vallenata; Samny Sarabia, directora de la Filar y Jorge Padilla, director musical con la Orquesta Filarmónica del Cesar durante uno de los 54 conciertos ofrecidos en 2025, año en que la institución celebró una década de trabajo musical y pedagógico.​ Foto: Jaiber Jiménez.

Rita Fernández, juglaresa vallenata; Samny Sarabia, directora de la Filar y Jorge Padilla, director musical con la Orquesta Filarmónica del Cesar durante uno de los 54 conciertos ofrecidos en 2025, año en que la institución celebró una década de trabajo musical y pedagógico.​ Foto: Jaiber Jiménez.

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Este 2025 marcó un año decisivo para la Filarmónica del Cesar. La institución no solo celebró diez años de labores musicales y pedagógicas, sino que consolidó su expansión artística, inauguró nuevas líneas formativas y reafirmó su compromiso con la formación integral de jóvenes músicos en el departamento.

“El balance fue muy positivo. Este año tuvimos mucha visibilización en comparación con los anteriores”, expresó la directora Samny Sarabia.

Un crecimiento medible: 54 conciertos y 161 estudiantes

En 2025, la Filarmónica realizó 54 conciertos, un aumento del 34% respecto a 2024. De ellos, 16 fueron con la orquesta completa, 23 ensambles de cámara, 11 eventos comunitarios y académicos, y 13 eventos artísticos que incluyeron lanzamientos de libros y presentaciones escénicas.

El área formativa también cerró con récords: 161 estudiantes participaron en sus procesos anuales, entre ellos niños y adultos desde los 5 hasta los 60 años. “Mantener estudiantes durante todo el año es un verdadero reto, y haber logrado esa cifra muestra el compromiso de las familias y el equipo docente”, explicó Sarabia.

Nuevos instrumentos y fortalecimiento pedagógico

Uno de los hitos más destacados fue la implementación oficial de la formación en instrumentos de viento, gracias a la adquisición de nueve nuevos instrumentos —clarinetes, oboes, saxofones, trompetas y trombones— financiados con 58 millones de pesos provenientes de la Fundación Ramírez Moreno.

Además, el luthier cesarense Alejandro García, radicado en Canadá, donó cuatro instrumentos adicionales, gesto que abrió nuevas posibilidades sonoras. “Esto nos permite interpretar un repertorio más diverso, tanto colombiano como universal. Fue un salto importante, un verdadero hito para nosotros”, destacó la directora.

También se fortalecieron las áreas de percusión, coro y formación folclórica, incorporando acordeón, caja y guacharaca, con la meta de integrar la música sinfónica y el vallenato en un mismo escenario.

El aporte de un nuevo liderazgo

La llegada del maestro Jorge Padilla como director musical marcó “un antes y un después” para la institución. “Organizó la escuela por departamentos, impulsó nuevos repertorios y elevó el nivel técnico de los músicos”, dijo Sarabia, al subrayar que “cada director ha dejado lo que la Filarmónica necesitaba en su momento”.

En 2025, la orquesta abordó obras de mayor complejidad, como el concierto de Mozart y piezas de la compositora Rita Fernández, adaptadas especialmente para la agrupación. 

La Filarmónica también brilló en las clínicas orquestales Unibac de Cartagena, donde sus jóvenes músicos destacaron por su disciplina y nivel interpretativo, “porque esas clínicas son un antes y un después para los chicos: vuelven con otro ‘chip’, aceleran su proceso, se miden frente a proyectos de todo el país y eso eleva el estándar de trabajo dentro de la orquesta”, sostuvo Sarabia al resaltar el impacto formativo de estas residencias.

En busca de participación empresarial

Aunque el año fue fértil en logros artísticos, la situación económica presentó grandes retos. La Filarmónica sufrió una reducción del 48% en las donaciones, lo que golpeó su sostenibilidad.

“No recibimos apoyo ni de la alcaldía ni de la gobernación. Los recursos que entran lo hacen por convocatorias nacionales o por donaciones particulares”, señaló Sarabia, quien insistió en que la institución puede certificar las donaciones con beneficios tributarios.

El sostenimiento actual proviene de tres fuentes: presentaciones musicales, matrículas de estudiantes y donaciones privadas. No obstante, los costos logísticos se triplicaron debido al crecimiento de la orquesta y la necesidad de transporte y equipos más grandes.

“Queremos trabajar con entidades públicas y privadas, siempre bajo condiciones dignas y transparentes. Las empresas no se imaginan el impacto positivo que pueden generar al unirse con la cultura”, enfatizó la directora.

Proyectos futuros: nueva sede y renovación de imagen

Para 2026, la Filarmónica aspira a estrenar sede fuera del centro histórico, crear una Big Band con los nuevos instrumentistas de viento y renovar su imagen institucional con un logo conmemorativo por los 10 años.

Además, impulsarán un proyecto de merchandising que incluirá camisetas, gorras y objetos personalizados, “no solo como fuente alterna de ingresos, sino como una manera de fortalecer el sentido de pertenencia”.

En palabras de Sarabia: “La Filarmónica no es una escuela donde vienes, aprendes y te vas. Aquí se forman músicos, pero también personas. Esta es una familia que crece con los niños, con los padres y con la cultura de Valledupar”.

El compromiso de la Filarmónica del Cesar con la educación musical y la diversidad cultural reafirma su papel como uno de los proyectos artísticos más sólidos del Caribe colombiano. En esta década, ha logrado fusionar la excelencia sinfónica con las raíces vallenatas, demostrando que la formación artística también puede ser un acto de identidad regional.

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