Valledupar es una ciudad amable y musical, que enamora a nativos y visitantes, pero a todos nos falta valorar y amar más la ciudad. El Guatapurí es un patrimonio de la vida y del paisaje, no obstante contaminamos sus aguas y deforestamos sus riberas. Tampoco respetamos el espacio público ni las leyes de tránsito. No practicamos la convivencia ni la cultura ciudadana y ambiental.
Cuando en las calles de Valledupar se caen algunas ramas de los árboles, la respuesta frecuente es culpar a la administración municipal; pero al propietario de una casa o un local es a quien le corresponde el mantenimiento de podar y vigilar la salud del árbol: porque lo sembró, está frente a su propiedad, y él con su familia son los primeros que se benefician de la sombra del follaje y del oxígeno que producen los árboles.
En Valledupar son muchos los árboles enfermos por comejenes: tienen ramas podridas que están a punto de caerse y lesionar a las personas. Una invitación respetuosa a Corpocesar y a la Administración Municipal para que designen a quien corresponda hacer una revisión del arbolado con su respectivo inventario fitosanitario, y visitar a los propietarios de las casas o locales para que tomen conciencia ciudadana y ambiental.
En el barrio Los Cortijos (carrera 19A1- calle 8) hay árboles corpulentos de mangos agobiados por los comejenes, y ameritan un tratamiento urgente de recuperación.
El irrespeto a las normas de tránsito es un ejemplo frecuente de incultura ciudadana. Ahora por la remodelación y construcción en concreto rígido de la Avenida Simón Bolívar, una obra importante para la ciudad que inició desde mayo (2025) la administración de la gobernadora Elvia Malena Sanjuán, y esto obliga a los conductores a tomar vías alternas, pero observamos que en esas vías alternas, algunas de doble circulación, ciertos conductores parquean sus carros en ambos lados de la vía y se producen graves trancones: este caso es recurrente en la carrera 17 y la calle 9C del barrio San Joaquín.
Otros comportamientos de incultura ciudadana y ambiental. En las remodelaciones de inmuebles es frecuente que los escombros de paredes, techos y pisos los arrojan en los andenes y se desbordan en la calle, y ahí permanecen largo tiempo. Las personas que caminan deben bajarse del andén y los conductores tienen que desviarse de su carril.
La convivencia social nos permite el mutuo respeto por los derechos de todas las personas a disfrutar de un ambiente saludable de armonía y tranquilidad. En algunos barrios residenciales hay personas con emprendimiento de preparación de comidas, pero se debe tener un sitio adecuado, no puede ser en la puerta de la calle porque perjudica la salud de los vecinos. El humo es un profundo contaminador de los pulmones. Toda persona tiene derecho de sentarse en la puerta de la calle de su casa a contemplar el silencio de las estrellas y respirar el aire libre de la noche.
Por José Atuesta Mindiola











