La humanidad dotó a cada ser humano con talentos, en cada grupo social siempre vamos a encontrar al que tiene vocación artística, el que hace del humor una forma de vida, o el que viene con la chispa y habilidad para los negocios, el orden y la limpieza, otros son conciliadores o con un alto sentido espiritual o los extremadamente bondadosos y religiosos, y así sucesivamente, la sociedad y el medio los aprovecha de acuerdo a estas cualidades.
Pero hay un sector que vale la pena extraer para analizarlos, son aquellos personajes cuya única misión en el mundo es la de esparcir maldad, son los que genialmente la Psicología Chilena Pilar Sordo califica como “anticipadores de desgracia”, para mi caso son “fomentadores de maldad”. Su única misión en la vida es lo que comúnmente se llama “el trabajo de la rata”, lo que no se come o no le sirve, lo daña. Más allá de lo que uno quisiera que fuese la sociedad, donde solo las personas que le hacen bien a la humanidad fuesen las que uno encontrara en su camino, lamentablemente nos los vamos a encontrar en nuestra vida en todas las etapas: en el colegio, en los grupos de padres del colegio, en el barrio o unidad residencial, en el trabajo, en todos lados, siempre hay uno.
Pero ¿qué hace un anticipador de maldad? Es aquel personaje que por alguna razón de la vida se convirtió en infeliz, ya sea porque es su dogma de vida, porque su entorno de niño estuvo repleto de maltrato, de humillaciones, o pertenece a alguna de esas sectas donde los valores que la mayoría del mundo cristiano, musulmán o, incluso, otras corrientes religiosas, defienden y protegen, para ellos son totalmente contrarias, acciones como mentir, manipular, conspirar para lo malo, humillar, ridiculizar, causar cualquier dolor, incluso matar si es necesario, éste anticipador de maldad no sentirá ningún remordimiento, porque es su esencia. Un ejemplo de ello, los actuales miembros del gobierno del Estado de Israel que masacra sin ningún pudor a civiles, niños, ancianos o mujeres, no hay mejor ejemplo de gente perversa que ésta secta llamada sionismo.
Estas personas con esta patología tienen una labor en su grupo social, son las que están dispuestas a adoptar comportamientos que son inaceptables moralmente, tanto así que muy a pesar que existen individuos que tienen su escala de valor invertidas y se catalogan como hipócritas, traicioneras, malvadas, corruptas o incluso con mente criminal, aun así, tienen límites morales.
Los anticipadores de maldad son los que Ellis (Albert Ellis 27 de septiembre de 1913-24 de julio de 2007) en su tercera idea de la irracionalidad cataloga como “personas con aberraciones” y van mucho más allá de la racionalidad y sobrepasan cualquier límite de la perversión. Irónicamente, este grupo, con estas particularidades son ubicados en cargos claves, encargados en misiones específicas donde haya que dañar a alguien, hacer espionaje, los encuentras en la política como estrategas, en los cuerpos de inteligencia, en las organizaciones mafiosas y cuando las ofertas están a la baja, se camuflan hasta en las iglesias; también son usados para que haga, diga o ejecute aquellas acciones que ninguna persona es capaz de hacer, son lo que se llama, asesinos de la moral y expertos en destruir el clima, la paz o las relaciones de cualquier sociedad. En síntesis, son un peligro con un fin específico, alguien tiene que hacer el trabajo sucio, y ellos son los ideales.
Ahora bien, la gente perversa tiene un gran problema, y es porque ellos mismos se convierten en uno muy grande debido a que como es tal su sed de maldad y perversidad llega un momento donde pierden el sentido de la proporción y se desbordan, algo así como lo que le sucede a los perros de razas peligrosas que tienden a desconocer a sus amos incluso atacándolos por lo que terminan siendo sacrificados, para el caso de las personas perversas son expulsadas de los círculos sociales donde operan porque terminan mordiendo la mano de su amo.
Si alguna vez te topas con un anticipador de maldad debes tener claro que son seres que viven en otro mundo, el de ellos es un pantano de injusticias, oscuro y lleno de traiciones, de angustias y aunque parezca extraño son felices en su propia infelicidad, lo que no tienen permitido es que te desgracien la vida con su perversión, así que: San Alejo, ¡aléjalos!
Por: Eloy Gutiérrez Anaya.











