VALLEDUPAR

Tensión entre pueblo arhuaco y kankuamo por “invasión” y destrucción de viviendas en el predio Monte Sión

En el predio conocido como Monte Sión, residen más de 100 kankuamos a los que un grupo de arhuacos les destruyeron sus viviendas.

Tensión entre pueblo arhuaco y kankuamo por “invasión” y destrucción de viviendas en el predio Monte Sión

Tensión entre pueblo arhuaco y kankuamo por “invasión” y destrucción de viviendas en el predio Monte Sión

Por: Namieh

@el_pilon

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La mañana de este lunes, 28 de abril, la comunidad kankuama de Valledupar denunció la invasión de más de 500 personas de la etnia arhuaca en el predio Monte Sión, ubicado en zona rural de Valledupar. Estos arhuacos causaron daños a viviendas, centros comunitarios, entre otras estructuras en las que vivían más de 100 indígenas kankuamos desplazados. 

Así lo dio a conocer un miembro de esta comunidad que prefirió omitir su nombre y que le contó al diario EL PILÓN que, presuntamente, dicho grupo de arhuacos “invadió de manera ilegal” este predio que está a 20 minutos de La Pedregosa, en la margen derecha del río Guatapurí, vía Sabana Crespo, Los Laureles, resguardo kankuamo.

“Nosotros compramos la parcela a un civil con recursos propios hace tres años y a raíz de eso surgió un conflicto con los arhuacos asentados en zonas cercanas porque dijeron que esos predios no podían comprarse, que tenían que ser compartidos porque eso era de una comunidad arhuaca”, manifestó un miembro de la comunidad kankuama. 

Agregó que los arhuacos destruyeron casas de bahareque y tabla, rompiendo así una fianza firmada que tenían las dos comunidades. Acotó que las acciones de este pueblo ancestral son el resultado de la violencia y el desplazamiento. “Nosotros no nos metimos con la violencia, ellos destruyeron todo lo construido, y nosotros simplemente tomamos evidencia”, afirmó.  

Los arhuacos 

Sobre las denuncias de la comunidad kankuama, José Samuel Villafañe, miembro del pueblo arhuaco que está asentado en la zona oriental del resguardo de esta etnia, manifestó que el predio donde residen los kankuamos no es para habitar: es un espacio de pagamento del pueblo arhuaco y que los kankuamos debían utilizarlo como zona de recuperación, acuerdo que presuntamente fue incumplido porque edificaron viviendas en el predio.

“Ellos se identificaron como indígenas nuevamente después de la Constitución del 91. Cuando no tenían sentido de indígena, ellos vendieron esas tierras y nosotros las compramos. En el caso específico del Monte Sión con el tema de querer recuperarla se asentaron en un espacio y lo compraron, eso es legal, lo que nosotros vemos ilegal es que ellos irrespetan los acuerdos del manejo del espacio del territorio dentro del pueblo arhuaco”, dijo Villafañe. 

En ese sentido, explicó que dicho terreno es un espacio sagrado, no apto para viviendas. Precisó que está determinado para hacer pagamentos y cumplimientos culturales del pueblo arhuaco. “Desde hace más de un año se ha buscado la forma de resolver el conflicto, pero no se ha podido. Nosotros hemos agotado todos los procedimientos y ellos han incumplido los acuerdos”. 

Agregó que, por tal motivo, en ejercicio de su autoridad sobre el territorio procedieron a derribar las viviendas y demás estructuras construidas en el predio. “Se habló con ellos de que se iba a ver como sería el manejo en ese terreno. Solo podían tener unas personas vigilando el predio, no viviendo ahí y eso lo incumplieron”, puntualizó Villafañe. 

El portón de la discordia 

Otro de los puntos del conflicto entre estas dos comunidades es un portón que separa una colectividad de la otra. José Samuel Villafañe, miembro del pueblo arhuaco, aseveró que en el ejercicio del derecho que les otorga la Constitución Política colocaron un portón para el control del acceso a su territorio.  

“Hemos tenido bastante conflicto con ellos por el portón. Nosotros considerábamos que habíamos pasado ese impase, pero por el pequeño predio que adquirieron colocaron otro portón y también están ejerciendo control sobre nuestro espacio siendo conscientes de que de donde está el portón hacia arriba habitamos nosotros”, dijo Villafañe. 

Aseveró que las autoridades del pueblo arhuaco comentan que cuando recorren la vía “siempre reciben agresiones verbales, les tiran piedras y nosotros no queremos tener ese impase con el pueblo kankuamo y mucho menos en la carretera que transitamos diariamente”

Desplazamiento y resolución del conflicto

De acuerdo con un miembro de la comunidad kankuama que prefirió omitir su nombre, las casas que fueron derribadas pertenecen a familias kankuamas desplazadas por la violencia que volvieron a quedar sin un hogar por el “atropello de los hermanos arhuacos”.

“Ellos rompieron los acuerdos que habían sido firmados porque nosotros tenemos la papelería legal de los predios. Seguiremos en pie de lucha por el terreno porque lo compramos con recursos propios para una población que había sido desplazada por grupos armados, y por los mismos arhuacos”, puntualizó el miembro del pueblo kankuamo. 

Explicó que para resolver dicho conflicto entablarán una mesa de diálogo con el pueblo arhuaco porque al ser comunidades indígenas con ley propia, sus incidentes deben resolverlos sin injerencia de autoridades externas. Esta misma postura la compartió Villafañe, quien manifestó que esperan dialogar con el cabildo gobernador del pueblo kankuamo, Jaime Luis Arias.

“Queremos dialogar, regresarles el dinero o reubicarlos a la zona que ellos les corresponde que es de Cerro Murillo hacia allá. Tenemos los polígonos del terreno definido y ese espacio es de resorte del pueblo arhuaco”, argumentó José Samuel Villafañe.

Por Redacción EL PILÓN

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