Sin luz ni agua está el pabellón de carnes del Mercado Público de Valledupar, Mecaupar, desde el pasado martes, debido a que la empresa Afinia del grupo EPM suspendió el servicio de energía eléctrica a razón de una deuda de 178 millones de pesos que tiene el pabellón con la empresa de energía.
Así lo dieron a conocer carniceros del pabellón que manifestaron que tienen que guardar la carne en el cuarto frío del Mercado Público de Valledupar y “picarles hielo” cuando la sacan de allí para evitar que se descomponga. De acuerdo con Glicerio Santofijo, carnicero del lugar, el lunes la gerencia envió un mensaje a los 80 arrendatarios en el que les informó que debían sacar las carnes de las vitrinas porque ya no se contaba con el servicio de energía.
“Sacamos las carnes y las metimos en el cuarto fío porque no hay energía para que las neveras funcionen. Se adeuda una gran suma de dinero a Afinia porque los compañeros no pagaron las facturas de energía de siete meses. Yo ya pagué la parte que me correspondía y aboné, pero hay compañeros que no lo han hecho y por eso estamos pagando justos por pecadores”, manifestó Santofijo
Este comerciante de productos cárnicos, con más de 20 años de experiencia, aseveró que hace falta “mayor autoridad” por parte de la administración del pabellón para que los demás carniceros paguen a tiempo. Acotando así que la falta de energía también afecta a la clientela porque crea dudas de si el producto es debidamente refrigerado, ha roto la cadena de frío o ha sido contaminado por las moscas que son atraídas por la sangre.
Sin agua
La falta de energía eléctrica, además de afectar la conservación de la carne, también ha provocado la suspensión del servicio de agua potable. Según los carniceros, el agua que utilizan en sus respectivos puestos depende del suministro de una bomba que funciona con energía eléctrica.
Un carnicero que prefirió omitir su nombre aseveró al diario EL PILÓN que la falta de agua es lo más grave de la situación en el pabellón. “No tenemos energía, lo que es terrible, pero está el cuarto frío donde la podemos guardar. El caso del agua es distinto porque se necesita para lavar los mesones, limpiar y mantener la salubridad del pabellón”, puntualizó este trabajador.
En ese sentido, comentó que por la falta de agua no se pueden limpiar los pasillos del pabellón y la sangre atrae a las moscas y demás insectos que pueden contaminar la carne. Explicó que, aunque en el cuarto frío pueden guardar la carne, el servicio tiene un valor. “Cada kilo tiene un valor de $300, que se escucha poquito, pero por la cantidad que uno maneja puede llegar a ser $20.000 o $40.000 diarios. A la semana uno está pagando en refrigeración entre $80.000 y $140.000”.
Agregó que a las 10 de la mañana les informan que deben guardar las carnes en el cuarto frío “porque si se llena el que se quedó por fuera tiene que resolver por otro lado. Uno tiene que estar pendiente de esa dinámica e ir sacando exactamente la carne que se va vendiendo”.
Salubridad
Dos perros adornan la entrada al pabellón de carnes de Valledupar atraídos por el olor de la sangre, debido a que al no funcionar el aire acondicionado, las puertas del pabellón están abiertas. Santofijo precisó que “les toca” abrir las puertas del pabellón para que circule el aire, y el calor no impacte tanto las carnes.
“Sin el aire acondicionado el pabellón es caliente y por eso abrimos las puertas. Los perros entran y se ve insalubre el lugar porque ellos lamen el piso y olfatean los puestos. Es la naturaleza de esos animales, pero su presencia aquí es producto de la falta del servicio de energía y que uno tenga que tomar medidas para que el calor no afecta tanto a las carnes como a los usuarios que no aguantarían caminar por el pabellón sin aire acondicionado”, explicó Santofijo.
Este trabajador manifestó su preocupación de que la falta de agua y servicio de energía pueda provocar en el futuro que el lugar sea sellado por insalubridad.
Gerencia
Sobre las apreciaciones de los carniceros, Liliana Zabaleta, gerente del Mercado Popular de Valledupar, Mercaupar, manifestó que en reiteradas ocasiones se le informó a los carniceros que debían hacer el pago de la factura de energía porque sino lo hacían la empresa Afinia suspendería el servicio, sin embargo, los comerciantes hicieron caso omiso de las advertencias.
“Ellos deben pagar la energía que consumen como cualquier persona que tenga un negocio. Todos los comerciantes que están en el mercado pagan su factura de consumo. Con Afinia hablamos y llegamos a un acuerdo que consiste en pagarles el 41 % de los $178 millones que se les debe. Para hacer ese pago los arrendatarios deben entregarnos el dinero y nosotros se lo daremos a Afinia, quienes luego harán la reconexión del servicio”, explicó Zabaleta.
La gerente argumentó que la reconexión también tiene un valor y que a la deuda se le hará una refinanciación luego de que los carniceros paguen el 41% del monto anteriormente mencionado. Acotando así que solo tendrán nuevamente el servicio si pagan.
Los paneles solares
Algunos carniceros señalaron que no entienden por qué deben pagar el servicio de energía si el pabellón cuenta con paneles solares. Así mismo, otros aseguraron que habían sido “engañados” porque les prometieron que pagarían un porcentaje mínimo cuando la factura general que le llega al pabellón ha sido presuntamente por encima de los 20 millones de pesos.
Al respecto, Liliana Zabaleta, gerente del Mercado Popular de Valledupar, Mercaupar, aclaró que los paneles sí están en funcionamiento, pero que de igual manera les llega el cobro del servicio de energía eléctrica porque utilizan la energía en unas horas que no ha salido el sol.
“Los paneles sí están funcionando, pero es la actividad que ellos ejercen desde las dos de la mañana que les eleva el consumo del recibo porque no todo lo cubren los paneles solares. Estos paneles no tienen baterías, lo que generan de día lo consumen los comerciantes”, comentó Zabaleta.
Por Namieh Baute Barrios












