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Semana Santa

Cortísimo Metraje Por Jarol Ferreira Acosta “Disfruta del pánico de tener la vida por delante.” Walt Whitman La próxima semana será de todo, menos santa. Durante sus días los  pecados capitales y mortales  se mezclarán con las procesiones, vía crucis, lavatorios de pies y bendiciones de palmas. Participarán de ella incontables guajiros y vallenatos que, […]

Semana Santa

Semana Santa

Por: Jarol

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Cortísimo Metraje

Por Jarol Ferreira Acosta

“Disfruta del pánico de tener la vida por delante.”

Walt Whitman

La próxima semana será de todo, menos santa. Durante sus días los  pecados capitales y mortales  se mezclarán con las procesiones, vía crucis, lavatorios de pies y bendiciones de palmas. Participarán de ella incontables guajiros y vallenatos que, en medio de los confusos días en los que vivimos, elegirán desviarse lo menos posible de sus costumbres tradicionales por miedo a perderse en medio de esta multifacética contemporaneidad. Ayer murió marzo, hoy nace abril; un mes tan típico que comienza con misa y terminará en parranda.

1. Semana Santa: calor y lluvia. Fieles arrepintiéndose y pecando, intermitentemente. Fieles que se contienen y explotan. Fieles que conmemoran un misterio no develado. Fieles cada vez más infieles.

2. Semana Santa: relax. Un ambiente lúgubre y festivo envuelve nuestros corazones. Semana Santa: vacaciones que la mayoría no puede pagar. Desesperada búsqueda de algo en qué creer. Semana Santa: anhelos y necesidades. Devoción y conveniencia. Libertad de culto y festivos católicos. Semana Santa: piratería terrestre. Escuadrones de la DIAN requisando en la entrada sur de Valledupar, refugiándose del sol bajo carpas. Semana Santa: rebuscadores que intentarán hacer su agosto con las necesidades de los turistas. Iglesias con olor a protector solar e incienso. Vendedores callejeros de chicha y palo santo, para alimentar y santificar las fiestas. Ansiedad vehicular. Obreros tratando de adelantar su tarea al máximo, para obtener la misericordia de sus jefes. Trabajadores afanados por un respiro, a más tardar desde el Jueves Santo. Semana Santa: fin de la Cuaresma. Olor al pecado pescado. Sabor de pescado. Negro y púrpura. Oraciones. Semana Santa: esparcimiento. Resurrección de la carne. Los actos de  contrición espiritual son eclipsados por la presencia corpórea de la tentación.

3. Por no poder ser santa la próxima será una semana azarosa. Flagelaciones, penitencias y ayunos, para cumplir hasta que el cuerpo aguante las exigencias del alma. Las necesidades de siempre se acrecentarán ante las opciones propuestas para disfrutar la fecha. Supermercados que promocionaban carne de pollo y cerdo promocionarán pescados y frutos del  mar, con los  precios más altos de temporada; por lo que sacerdotes recomendarán nuevas alternativas para guardar los preceptos clericales.

La próxima semana será de todo, menos santa. Hacia su final un nuevo puente festivo dará tregua a los privilegiados que, fatigados de sus rutinas laborales, no tendrán opción diferente al descanso en los días que se presumen santos. Los más afortunados tomarán un avión congestionado hacia el placer. Harán una pausa en su esclavitud libremente adquirida para  salir a tomar un poco de aire, antes de regresar a ganarse el pan y el sueño de una futura vida mejor a su lugar de residencia. Congestionaron las reservas sin importar su efecto en la demanda de tiquetes, que por esta fecha exorbitan sus precios. Otros tomarán un bus o carrito, rumbo a su lugar de origen, directo a las entrañas del subdesarrollo. Antes de emprender la marcha intentarán inútilmente un aumento salarial o un adelanto, que no será más que una excusa para pasar con plata los días de la pasión, muerte y resurrección. Correrán a salir de la ciudad para luego avanzar despacio entre los dos carriles que comunican vía terrestre los territorios nacionales; se detendrán ante los retenes, policiales y militares; con morbo observarán los accidentes de tránsito en la vía.

La próxima semana será de todo, menos santa. El símbolo cristiano de la resurrección sucumbirá ante las frustraciones afectivas y económicas que esta celebración reclama, logrando el efecto contrario de lo que representa.

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