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Calixto Ochoa Campo.

EL TINAJERO Por: José Atuesta Mindiola Cuando una persona perfecciona su talento para la felicidad del espíritu y promueve sentimientos que enaltecen la condición humana; no hay duda, que esa persona es digna del respeto y la admiración de sus congéneres, y hace parte de la memoria colectiva de su pueblo. En todas las comunidades […]

Calixto Ochoa Campo.

Calixto Ochoa Campo.

Por: José

@el_pilon

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EL TINAJERO

Por: José Atuesta Mindiola
Cuando una persona perfecciona su talento para la felicidad del espíritu y promueve sentimientos que enaltecen la condición humana; no hay duda, que esa persona es digna del respeto y la admiración de sus congéneres, y hace parte de la memoria colectiva de su pueblo.
En todas las comunidades siempre existen, de manera singular, personas talentosas en la creación artística, porque el arte es connatural al ser humano. En el caso de la región Caribe que ha sido bendecida por la magia de la música, en cada pueblo existe un compositor, un cantante o un músico de instrumentos. En Valencia de Jesús, nació Calixto Antonio Ochoa Campo, un maestro de la música popular del Caribe colombiano y cantautor del canto vallenato.
La Fundación del festival de la leyenda vallenata, en cabeza de su presidente, Rodolfo Molina Araujo, con el propósito de reconocer los aportes de muchos artistas a la música vallenata, ha venido rindiendo homenajes a maestros de la composición y de la interpretación del vallenato. En la versión 45 del año 2012, el homenaje es para Calixto Antonio Ochoa Campo, rey vallenato de 1970. Los conocedores de la tradición del canto vallenato reciben con beneplácito este merecido reconocimiento a la vida y obra musical del cantautor valenciano, que es además, un representante de Sincelejo y toda la región sabanera.
Muy contento está Valencia de Jesús, que en época prehispánica fue asiento de los indígenas Chimilas que la oteaban desde el cerro Poponí, y desde la Colonia es un pueblo de tradición católica de la hermandad de Jesús de Nazareno. Son Famosos los Altares de su templo, declarado patrimonio cultural de la Nación. El año pasado, la Gobernación del Cesar adoquinó sus calles e instaló luminarias para darle un retoque colonial a este pueblo, que parece un sueño de la arquitectura corregimental.
Es un homenaje altamente merecido, y somos de la opinión de que hay que hacerlos en vida. A veces con la muerte se producen desaciertos humanos, y sobre todo si ocurre de manera inesperada en un trágico accidente, entonces algunos aduladores elevan la vida del difunto a un pedestal inmerecido, y su nombre se le asigna a colegios u otras instituciones. Mientras que ilustres personajes que fallecen de manera natural, son generalmente ignorados, a pesar de que dejaron huellas para la posteridad; es el caso del escritor, antropólogo, médico, Manuel Zapata Olivella, en 1949 llegó a La Paz, Cesar, fue un gran difusor de nuestra cultura, el primero que llevó un conjunto de música  vallenata al interior del país (1952), y el que trajo a Gabriel García Márquez a la región. Y No se le ha hecho un verdadero homenaje.
Calixto es un maestro de la pedagogía musical, de la inteligencia emocional, de la poesía popular y del deleite de la vida; su nombre debe tenerlo un colegio en Valencia, la casa de la cultura o el Parque principal; pero ahora en vida, no hay que esperar que se muera.
DECIMAS A CALIXTO OCHOA
I
Este músico querido
del folclor es patrimonio,
su nombre Calixto Antonio,
Ochoa Campo su apellido;
por todos muy conocido,
es un rey entre juglares,
son bonitos sus cantares
como lirio en madrigal;
de su pueblito natal
son famosos los Altares.
II
Siendo joven todavía
se va Para Sincelejo,
como lluvia de gracejo
se desborda en melodías:
el Lirio Rojo sería
su primera grabación,
y siguió la inspiración
de charangas y paseaítos,
y vallenatos bonitos
que están en el corazón. .

JOSE ATUESTA MENDIOLA

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