Durante este viernes de Feria del Libro de Valledupar, el antropólogo Carl Henrik Langebaek ofreció una conferencia que invitó a repensar la historia de la conquista española en América desde una perspectiva crítica, matizada y alejada de los relatos simplistas. Su exposición, basada en investigaciones rigurosas, plasmadas en sus libros como ‘Antes de Colombia’, y en el cuestionamiento permanente, aportó una visión que desafía los mitos tradicionales y abre espacio para escuchar voces distintas.
Langebaek comenzó su charla con una anécdota que refleja la complejidad de las responsabilidades históricas. Citó a un sacerdote de un pueblo en Boyacá que dijo: “Qué malos que fueron los antepasados”, resaltando que este no fue el típico cura que simplemente reprocha a los españoles, sino que mostró “esa manera más amplia de ver las responsabilidades de todos los actores, sin evadir nuestra responsabilidad”.
Para el antropólogo, escribir sobre la conquista permite “escuchar esas voces que son distintas a las demás, basadas en la duda, en el cuestionamiento permanente”, lo que enriquece el entendimiento histórico. Uno de los puntos centrales de la conferencia fue la forma en que históricamente se ha percibido a los pueblos indígenas.
La percepción de los indígenas
Langebaek recordó una frase impactante que había escuchado: “Nosotros no sabíamos que los indios eran gente”, ideas como estas reflejan la ignorancia que se tradujo en una imagen idealizada pero falsa del indígena: “Detrás de esa imagen de bondad del indio, viene esa idea de que no era capaz de entender”.
Así, durante mucho tiempo se ha presentado al indígena como “ingenuo, incapaz de negociar, reaccionar” ante las expediciones españolas, y se difundió la idea errónea de que “los indígenas no tienen historia”, cuando en realidad poseen una rica y compleja tradición.
La conquista española: un proceso complejo
Contrario a la idea popular de una España pobre y desesperada, Langebaek explicó en el auditorio de la Casa de la Cultura que “la conquista española en su primera fase fue poco controlada por la corona, un proceso muy complejo”. España, dijo, “empieza pobre, pero no tan pobre como se ha dicho, esa no fue la causa de la conquista. España no era esa imagen oscura del siglo 19”.
Según el docente, la verdadera motivación de la invasión no fue la pobreza, “la ambición”. Sin embargo, advirtió que la iglesia difundía el ideal de que “el exceso de ambición te podía llevar al infierno”, reflejando las tensiones morales de la época.
El dinero, la religión y la moralidad
Por eso, la relación entre el dinero, la religión y la moralidad fue otro tema clave. Langebaek señaló que “en las iglesias era común presentar a niños defecando dinero, porque el dinero se asociaba a la mierda”. Además, explicó que “los prestamistas y comerciantes tenían el mismo santo que los ladrones, San Nicolás”. Con el tiempo, surgió la idea del purgatorio, un lugar donde “podrías salvarte… se puede tener riqueza pero con culpa y esa culpa se paga ayudando a los pobres, pero a través de su mejor administrador que es la iglesia”. En este contexto se podría decir que la gente estaba convencida de transformar “la mierda en oro”.
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Todo esto, dijo el escritor, “encaja en la personalidad de Cristóbal Colón”, cuyo interés principal no era la conquista en sí, sino la búsqueda de riqueza: “Cristóbal Colón no quería conquistar el nuevo mundo, quería oro…, pero fue un fracaso”, resaltó el escritor. Langebaek presentó a Colón como una figura ambivalente porque inicialmente no habría un plan de conquista formal, sino una emulación de lo que hacía Portugal. Para lograr los objetivos de obtener oro y aplicar los principios religiosos, la esclavización era una forma utilizada para “salvar” a los indígenas buenos de los malos, estos últimos eran los caribes, a quienes se les definía como caníbales.
Entonces, el dinero era visto como una manera de “comprar” la salvación, no solo de los conquistadores, sino también de los comerciantes y todo aquel que poseía capital, para transitar la culpa. “El dinero compra la salvación, es a través del oro que podemos salvar a los indígenas buenos… 1.000.000 de indígenas fueron esclavizados en Colombia”, agregó Carl, aunque este tema parece estar poco documentado o puesto sobre la mesa.
Realidades y mitos sobre los conquistadores
Continuando con el tema del oro y la riqueza, el antropólogo también desmitificó la idea de que todos los españoles se enriquecieron con la conquista: “La idea de que los españoles se enriquecieron no es tan cierta porque muchos de ellos quebraron porque no lograban imponerse en la repartición”. Los principales beneficiados fueron “los más armados y poderosos”. Además, muchos conquistadores “murieron pobres y de manera violenta, no a manos indígenas, sino a manos de otro español”. La imagen del conquistador en España no era positiva, pues “no eran leales a la corona”, evadían los impuestos y lo gastaban en varias mujeres.
Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN
