Lo que hace 365 días fue un año nuevo está cerca de convertirse en una noche vieja; 2025 se va a acabar y muchos vallenatos ya ven el 2026 con mucha ambición, aunque muchos otros lo observan con ojos llenos de superstición.
Casualidad o no, cada 31 de diciembre se convierte en escenario de rituales y tradiciones que buscan asegurar la prosperidad para el año entrante. Estas son algunas de las más famosas en nuestro país y, por supuesto, Valledupar.
Meterse debajo de la mesa
Meterse debajo de la mesa es un ritual muy popular entre quienes buscan pareja.
Este ritual, muy popular entre quienes buscan pareja, tiene raíces en creencias populares latinoamericanas asociadas a la protección y al recogimiento. La mesa, vista como un espacio de unión familiar y sustento, simboliza refugio y estabilidad. Meterse debajo de ella representa “ponerse a cubierto” para atraer el amor y evitar la soledad durante el nuevo año.
Quemar el añoviejo
La quema del año viejo es una de las tradiciones más representativas en cada temporada de fin de año.
Sin lugar a dudas una de las tradiciones más representativas en cada temporada de fin de año; los añoviejos se han convertido en parte del folclor que rodea las fiestas de diciembre en nuestro país, por lo que cada 31 de diciembre muchos colombianos intentan dejar atrás todo lo negativo: las malas experiencias, los fracasos y los momentos difíciles que dejó el año que termina.
Además, muchos otros disfrazan a los muñecos como personajes infames que dejó el año, con la intención de quemarlos y no se repitan sus acciones durante el siguiente calendario.
Su origen se remonta a rituales ancestrales de purificación, donde el fuego era utilizado para cerrar ciclos y alejar las malas energías. En América Latina, la tradición se consolidó a finales del siglo XIX y principios del XX como una forma simbólica de despedir el año que termina, dejando atrás todo lo negativo para comenzar de nuevo.
Lentejas en los bolsillos
Para quienes esperan abundancia económica, las lentejas en los bolsillos son infaltables.
Para quienes esperan abundancia económica, este ritual es infaltable. Guardar un puñado de lentejas en los bolsillos al momento de recibir el año nuevo simboliza la llegada de dinero, estabilidad financiera y comida en la mesa. Algunos, incluso, las guardan durante varios días como una forma de prolongar el deseo de prosperidad.
Las 12 uvas
Comer doce uvas al ritmo de las campanadas es un ritual que se practica con concentración y rapidez.
Comer doce uvas al ritmo de las campanadas es un ritual que se practica con concentración y rapidez. Cada uva representa un deseo para cada mes del año, y aunque muchos no logran terminar a tiempo, la tradición sigue siendo infaltable en muchas mesas colombianas durante la medianoche.
Este agüero tiene origen en España, a comienzos del siglo XX. Una sobreproducción de uvas llevó a los productores a promover su consumo en Nochevieja. Con el paso del tiempo, la práctica se consolidó como una tradición nacional y luego se extendió a América Latina, donde fue adoptada como un símbolo de esperanza y proyección de metas.
Dar la vuelta a la manzana con una maleta
Este es el ritual predilecto de quienes sueñan con viajar.
Este es el ritual predilecto de quienes sueñan con viajar. Apenas el reloj marca las doce y con maleta en mano, muchas personas salen a recorrer la cuadra o la manzana con la ilusión de que el año nuevo venga cargado de paseos, mudanzas o nuevas experiencias lejos de casa.
Aunque no existe un origen histórico preciso, este agüero se asocia a los procesos migratorios y al deseo de movilidad. La maleta simboliza el camino, las oportunidades y los destinos pendientes, convirtiéndose en una expresión moderna del anhelo de cambio.
Limpiar la casa en su totalidad
Limpiar la casa antes de recibir el año nuevo es visto como una forma de liberar el hogar de energías negativas.
Más allá del orden y el aseo, limpiar la casa antes de recibir el año nuevo es visto como una forma de liberar el hogar de energías negativas. Barrer, ordenar y deshacerse de lo viejo se interpreta como una preparación simbólica para recibir nuevas oportunidades.
Este ritual tiene raíces documentadas en tradiciones orientales y europeas, donde el orden del espacio estaba ligado al equilibrio espiritual. En celebraciones como el Año Nuevo chino, limpiar la casa antes de la fecha señalada es fundamental para expulsar la mala suerte. Con el tiempo, esta creencia se adaptó a la cultura occidental y se integró a las celebraciones de fin de año en países como Colombia.
Creer o no en estos agüeros queda a criterio de cada quien. Lo cierto es que, con origen claro o no, estas tradiciones siguen siendo una forma colectiva de despedir el año, abrazar la esperanza y recibir el 2026 con la sensación de que siempre es posible empezar de nuevo.












