COLUMNISTA

Yo no necesito vacaciones

“Yo no necesito vacaciones, ni dolores de cabeza,  solo me bastan mis amigos y un traguito de cerveza”, dice el cantante Wisin en su canción Vacaciones; yo diría: “Yo no necesito vacaciones, ni alegrías pasajeras, sólo me basta un hogar tranquilo y amar mis días con pasión, y sin tanta queja”.

Yo no necesito vacaciones

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“Yo no necesito vacaciones, ni dolores de cabeza,  solo me bastan mis amigos y un traguito de cerveza”, dice el cantante Wisin en su canción Vacaciones; yo diría: “Yo no necesito vacaciones, ni alegrías pasajeras, sólo me basta un hogar tranquilo y amar mis días con pasión, y sin tanta queja”.

Conozco personas que llevan más de 15 años sin salir de vacaciones, que no necesitan escapar de un trabajo que los agobia, pero curiosamente, existen personas que no sólo necesitan escapar de un trabajo: necesitan, además, escapar de sus parejas, de sus hijos, y algunos, hasta de ellos mismos.  Por eso, optan por el suicidio, para escapar.

La calidad y el bienestar de tus días, se mide por la capacidad para sostener aquello que haces, y entre más tiempo logras sostener algo, sin escapar, significa que te está proporcionando el anhelado placer, que muchos buscan, en unas vacaciones. Claro está, que vale la pena aclarar, que existen personas tan cegadas e indulgentes, que hasta viviendo gratis en un hotel 5 estrellas, se quejan; pues aquí no voy a hablar de inconformes o inconscientes, no, voy a hablar de aquellos que realmente necesitan, vivir de vacaciones.

Si disfrutas del orden, la limpieza y el ambiente que se respira en la habitación de un hotel, pero no sacas tiempo para ordenar y limpiar tu habitación, por obvias razones necesitas de las vacaciones. ¿Es tu hogar o lugar de descanso, un reflejo de lo que eres? Si habitas en un lugar, que no refleja lo que eres, que no tiene tu sello, y no te representa, por obvias razones necesitas unas vacaciones, para sentirte tú, para conectar contigo, pero la idea, es que logres crear un espacio donde puedas conectar contigo todos los días, sin tener que escapar.

Existe el imaginario, que la casa es sinónimo de caos y desorden, donde curiosamente, por lo general, se generan pleitos y discusiones, en cambio, los hoteles son ordenados y limpios, y la energía que se vive, es propicia para relajarse y disfrutar. ¿Y si cambias la energía de tu casa?

El trabajo perfecto nunca llegará, pero tú si puedes convertirte en el empleado perfecto. En ocasiones, el deseo de buscar un nuevo empleo, es la excusa que resulta conveniente para no tener que lidiar con nuestras propias incompetencias, solucionar un conflicto con un compañero, o reconocerle a tu jefe, tu falta de compromiso, poca iniciativa o indisciplina. No es escapando que vivimos unas eternas vacaciones, es haciendo lo correcto, en lugar de vivir rompiendo vidrios, y luego hacer show, afirmando que todo se nos parte. 

Lo primero que debemos hacer para vivir unas eternas vacaciones, es reconocer que, así como solemos decir: “Yo me merezco estas vacaciones”, también debemos comprender, que cada cosa que vivimos, también la merecemos, ya sea por error, negligencia, ignorancia o imprudencia, llegó para enseñarnos, una lección. Tenemos dos opciones, negarlo y discutir con el aprendizaje, o, comprender, realizar los ajustes necesarios y disfrutar. Como padres, esperamos que nuestros hijos disfruten y sientan amor por el colegio, se preparen para las evaluaciones, se organicen con las tareas y se esfuercen por ser cada día mejores, no por unas vacaciones, sino pensando en su futuro. El verdadero significado de aprender jugando y amar el colegio, es disfrutar de los retos en la vida adulta, y en lugar de quejarnos, como lo hacen algunos niños en el colegio, lograr cambiar nuestra vida, y ello comienza, cuando cambiamos nuestra actitud, frente a ella.  

Por: María Angélica Vega Aroca.

Psicóloga 

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