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Se cierra el cerco

En los últimos días hemos visto cómo el gobierno de Donald Trump exhibe su capacidad militar en aguas del Caribe. Una flota de poderosos barcos se muestra en su máximo esplendor, generando ataques de pánico en Caracas.

Se cierra el cerco

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En los últimos días hemos visto cómo el gobierno de Donald Trump exhibe su capacidad militar en aguas del Caribe. Una flota de poderosos barcos se muestra en su máximo esplendor, generando ataques de pánico en Caracas. ¿La razón? Según información oficial, perseguir al Cartel de los Soles, del que presuntamente hacen parte Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino. Este cartel es uno de los más potentes en la actualidad y no solo trafica cocaína, sino también fentanilo. El gobierno de Estados Unidos se ha ido lanza en ristre contra estos personajes y, parece ser, que la asfixia podría generar cambios políticos en Venezuela.

Hasta ahora, el régimen de Nicolás Maduro, cuyo verdadero líder parece ser Diosdado Cabello, se ha escudado en amistades con países como China, Rusia e Irán. Sin embargo, China y Rusia ya no se ven tan cercanos a Maduro. Para los chinos, el negocio dejó de ser atractivo por los múltiples incumplimientos; y Putin, en medio de la guerra contra Ucrania, se ha acercado más a Trump que al régimen venezolano. Puede ser que Trump le haya dicho a Putin que “suelte” a Venezuela, que deje de protegerla, y a cambio, Estados Unidos “se haga el de la vista gorda” en el conflicto ucraniano. Así, tanto China como Rusia podrían recular y dejar desnudo a Nicolás y compañía. Lo que sí ha quedado claro es el temor de Maduro, Cabello y Padrino: se sienten en peligro en su propio suelo. Trump, un maestro de la geopolítica, podría estar poniendo en marcha el plan que lleve al fracaso definitivo del Socialismo del Siglo XXI.

La mayoría lo subestima, pero Trump es un estratega hábil. Está pisando fuerte, no solo en su país, también en el exterior. Todos los días son noticia sus reuniones bilaterales o multilaterales, y ha tenido a los principales gobernantes europeos frente a él en el salón oval. Cuando Trump sube la voz el mundo tiembla y, en este momento, tiene al régimen venezolano atravesando sus horas más aciagas. Si logra afectar las finanzas del Cartel de los Soles, asfixiará al gobierno venezolano, que parece sostenerse gracias a los ingresos del narcotráfico.

Venezuela es un narcoestado que está viviendo horas extras. Ojalá esté muy cerca de su recuperación. El bravo pueblo venezolano merece un cambio, necesita soñar con una patria libre de ideas retrógradas, de miseria y pobreza. Nuestros vecinos ricos de antaño merecen que su salario mínimo sea muy superior al dólar actual; merecen la oportunidad de reconstruir una sociedad quebrada por políticas corruptas que llenaron las manos de pocos, dejando vacías las de la mayoría. Este cambio lo hemos esperado por décadas. Somos empáticos con nuestros vecinos y les deseamos, de verdad, que el yugo al que han sido sometidos termine pronto.

Se acabó la Unión Soviética, cayó el Muro de Berlín; Maduro y su recua no van a durar mucho más en el poder.

Mientras tanto, felicitaciones a la delegación colombiana que nos representó en los Juegos Panamericanos Junior en Asunción del Paraguay. Nuestro país terminó tercero, detrás de Brasil y Estados Unidos, potencias deportivas reconocidas. Colombia, con 48 medallas de oro, igualó el récord de hace 4 años, cuando en Cali, con 180 deportistas adicionales, logró la misma cifra. ¡Tremendo performance! Estos resultados nos llenan de esperanza y nos hacen soñar con éxitos en el futuro cercano. Recordamos hoy a Natalia Linares, a quien graduamos en el Gimnorte. ¡Vamos por más, mi querida Natalia!

Por: Jorge Eduardo Ávila.

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