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¡Gracias, sector minero!

El resultado de esta mala administración es doloroso: el Cesar tiene una tasa de desempleo cercana al 12 %, y si nos quedáramos sin la minería, se proyecta que nuestro desempleo estaría muy cerca del 20 %.

Quintin Quintero, columnista de EL PILÓN

Quintin Quintero, columnista de EL PILÓN

Por: Ricardo

@el_pilon

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Asistí al foro ‘Cuando el Estado llegó, la mina ya estaba’, realizado en el auditorio Pablo Oliveros de la Universidad del Área Andina, en Valledupar. Fue un espacio enriquecedor, con panelistas conocedores y bien fundamentados en el sector minero-energético del Cesar y La Guajira.

Desde hace tres décadas, el departamento del Cesar recibe regalías por la exportación de carbón. Es una constante desde 1995 y debe seguir siéndolo: un recurso para impulsar el progreso y el desarrollo de nuestra gente y nuestro territorio. Sin embargo, esas regalías solo han mejorado de manera mediocre la calidad de vida de los municipios del corredor minero y de otras zonas.

Recuerdo, en mis años de estudiante, haber visitado municipios del centro del país y sentir envidia por su dinámica económica, su proyección y, sobre todo, porque tenían cubiertas en un 93 % sus necesidades básicas. Mientras tanto, nuestras cabeceras municipales estaban devastadas por la negligencia y un centralismo asfixiante.

Hoy, después de tantos años, vemos algunos destellos de mejoría en la economía y en los indicadores sociales. Pero todos sabemos que estaríamos mucho mejor si no se hubieran despilfarrado tantas regalías en mala planificación, obras innecesarias, elefantes blancos y una inversión mínima en generación de empleo y desarrollo social, todo por capricho de algunos gobernantes y la complacencia de los entes de control.

El resultado de esta mala administración es doloroso: el Cesar tiene una tasa de desempleo cercana al 12 %, y si nos quedáramos sin la minería, se proyecta que nuestro desempleo estaría muy cerca del 20 %.

Y, sin embargo, gracias a la minería hemos recibido tanto. Gracias a la minería, el Cesar es un departamento minero, con expectativas de continuidad para los próximos 30 años. Frente a esto, la narrativa anacrónica y falaz de la izquierda, que propone acabar la minería de un tajo, es absurda y profundamente lesiva para nuestro territorio. Estoy convencido de que la única forma de cerrar la minería es extrayendo hasta la última tonelada de carbón que yace en nuestro subsuelo, garantizando empleo y bienestar para los cesarenses.

Por eso, gracias a Dios somos mineros. Debemos apoyar lo nuestro, lo que nos genera progreso y esperanza. No es tiempo de tibiezas: hoy más que nunca debemos defender con firmeza nuestro futuro.

Mi gratitud a Voces del Carbón por abrir estos espacios que nos permiten comprender la verdadera relevancia de este tema. Gracias a los panelistas por sus valiosos aportes; fue un placer escuchar al economista José Antonio Larrazábal, con sus datos y análisis objetivos sobre ‘El Cesar sin minería’. Y un reconocimiento especial a Claudia Margarita Zuleta, por volver a poner el dedo en la llaga. 

Hace unos años lo hicimos en la Asamblea del Cesar; hoy, el tiempo le da la razón y estoy seguro de que tendremos en ella una voz aguerrida defendiendo nuestro patrimonio en cualquier escenario.

Lo extraño del foro fue la ausencia de los congresistas y de representantes de la Gobernación del Cesar. Extraño, sí, porque siempre están presentes cuando se trata de “gestionar proyectos” con recursos de regalías, pero son los primeros en ausentarse cuando toca defender el sector minero, que es, precisamente, el que genera esas regalías.

Por Quintín Quintero 

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