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A propósito de la profundización de la polarización política

Después de varios meses, hoy retomo mi rol de columnista que, insistentemente, me han reclamado algunos de mis asiduos lectores, labor que a mí mismo me hacía mucha falta.

A propósito de la profundización de la polarización política

A propósito de la profundización de la polarización política

Por: José

@el_pilon

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Después de varios meses, hoy retomo mi rol de columnista que, insistentemente, me han reclamado algunos de mis asiduos lectores, labor que a mí mismo me hacía mucha falta. Reinicio  con el tema candente, debido a que al ‘gobierno del cambio’ y del progresismo liderado por el presidente Petro, que sus opositores  radicales le han montado despiadado hostigamiento, a veces con razón y otras deliberadamente, con el propósito de enredar su gestión gubernamental, para desprestigiar su mandato con patrañas y artimañas, lo cual ha agudizado la polarización política, que en Colombia jamás había visto el autor de esta columna, cuya edad se aproxima a los 80 años.

El objetivo principal de tal acoso, a todas luces, es  recuperar el poder perdido, denunciando las corrupciones de los altos funcionarios del gobierno del cambio, para comprobar que también son malversadores y despilfarradores del erario; es decir, inconsecuente con lo propuesto en campaña. En todo caso, la mayoría de tales acosadores fueron funcionarios y algunos de ellos defensores acérrimos a ultranza de los expresidentes más recientes (de los últimos 35 años por respeto a los difuntos), en cuyos periodos la corrupción de todo tipo proliferó y se posicionó descaradamente en nuestro país. 

Como pruebas de lo antedicho, es suficiente con recordar varios escándalos que entonces tuvieron alta resonancia, tales como la prisión La Catedral, construida en Envigado, Antioquia, por Pablo Escobar Gaviria, el capo de narcotráfico más poderoso y criminal que ha existido en Colombia. Lo más absurdo es que al mencionado narcotraficante le permitieron construir una prisión lujosa para su encarcelamiento, donde siguió delinquiendo. El proceso 8 mil, Dragacol, Reficar, Ingreso Agro Seguro, caso Odebrecht, cártel de la toga, las marionetas del senador Mario Castaño, quien murió en extrañas circunstancias en la cárcel la Picota cuando pagaba la condena por corrupción, y una de sus marionetas implicó a la madre del expresidente Duque, porque en un audio la identifica como ‘La madrina’. Caso UNGRD. Vergonzoso sinfín de escándalos.

En Colombia, por el caso Odebrecht, al parecer, hubo dos muertos: Jorge Pizano y su hijo Alejandro. Según lo leído y escuchado en los medios de comunicación, me surge a la mente la hipótesis de que si los mataron para ocultar los sobornos (recibo de coimas) relacionados con el proyecto Ruta del Sol II, del empresario Sarmiento Ángulo, propietario mayoritario de Corficolombiana, que involucra a su abogado de confianza, Néstor Humberto Martínez y otros grandes personajes del ámbito político y gubernamental colombiano. El asesinato de los Pizano, repito que es hipótesis, se debió a sus ansias de enriquecimiento, presumo que ingenuamente exigieron mucho más dinero por el ofrecido por guardar silencio de sus hallazgos fraudulentos.

Por el escándalo de Odebrecht, en Colombia poquitos fueron condenados y entre estos, todos eran subalternos. En cambio, en Perú el caso de la constructora Odebrecht provocó el suicidIO del expresidente Alan García, quien fue presidente en dicho país en dos ocasiones.

El Cártel de la Toga no es solo en la Corte Suprema de Justicia, sino en todos los estamentos judiciales, en los cuales sus miembros integrantes son susceptibles de cometer irregularidades por diferentes tipos de presiones, principalmente los intereses económicos.

Desafortunadamente, en las tres ramas del poder público de Colombia siempre hay manzanas podridas, con la gravedad que tales manzanas se han multiplicado y, por ende, el detrimento del erario se ha incrementado. Y a los pocos funcionarios   condenados por malversadores del tesoro público, suelen darles casa por cárcel o recluirlos en sitios especiales con comodidades de hoteles con categorías de tres y más estrellas, quedando rápidamente en libertad por las múltiples rebajas de penas establecidas en el Código Penal.

Para garantizar la justicia social y la convivencia respetuosa (pacífica), Colombia requiere muchos cambios lo más pronto posible, porque hay mucha gente inconforme de tantas mentiras y sufrimientos. 

En Colombia no todas las irregularidades se cometen por plata, también hay otras causas, principalmente aquello  conocido como EGO. Lo escribo en letras mayúsculas porque a muchos políticos y empresarios se les infla en exceso con las ínfulas de  superioridad. Ya que me metí en el área de la psiquiatría y psicología, mi diagnóstico, es que todos los políticos son psicópatas, por no considerarlos psicóticos esquizofrénicos. Lógicamente, hay excepciones, pero pocos.

Al presidente Petro le reconozco la audacia y la proeza porque ha enfrentado a enemigos muy peligrosos. Me bastan los antecedentes de Gaitán, Galán, Pizarro y otros. Imagino que por la seguridad de su vida toma muchas precauciones, lo cual tal vez haya confundido al excanciller Leyva, hasta ahora nadie ha mostrado pruebas de su drogadicción.

Aunque las reivindicaciones de derechos generalmente se ganan a través de violentas luchas sociales. Lo cierto es que nunca he estado de acuerdo con la práctica de que el fin justifica los medios, pues lo que más deseo para nuestro país, es el bienestar de todos sus habitantes.

Es evidente la falta de compromiso y sentido de pertenencia  de la mayoría de los políticos, de los altos funcionarios, de los grandes empresarios y también de la población en general, para ayudar y apoyar la misión de materializar todos los cambios necesarios y castigar a los politiqueros en las elecciones de cargos públicos por voto popular que anhelan y procuran continuar como estamos, para poder seguir defraudando el erario de todos los colombianos, sin importarles el enorme perjuicio que generan las codicias insaciables. 

Por: José Romero Churio. 

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