Según las estadísticas municipales, este año 14 personas en Valledupar decidieron autoeliminarse a raíz de enfermedades, problemas sociales, familiares o de pareja, escenario que no ha sido diferente en años anteriores. La falta de orientación psicológica quizás fue la mayor falla en este acontecimiento que pudo prevenirse.
Y aunque algunas instituciones locales realizan acciones positivas en salud mental para prevenir el consumo de sustancias psicoactivas en jóvenes, ofrecer centros de internación, socialización de deberes y derechos, no todas las personas son capaces de dar la cara para que conozcan su situación.
Fue así como nació la iniciativa de la creación de una fundación que busca renovar el espíritu de las personas, que cuenta con un Call Center que permite que aquellas personas en estado de angustia, tristeza, decepción y desesperación puedan desahogarse a través de líneas telefónicas, sean atendidos por profesionales de carreras humanísticas que tienen como objetivo escuchar y brindar acompañamiento a estas personas. Su nombre es Emanuel, un jardín de oración ubicado en la capital del Cesar.
Rosa María Orozco Martínez, directora de esta fundación, indicó que Valledupar tiene mucha necesidad de intervención espiritual, de ahí la creación de este ‘remanso de paz’. Afirmó que Emanuel tiene sus orígenes en la organización Aglow Internacional transdenominacional de hombres y mujeres cristianas, donde existen cuatro mil grupos locales en 172 naciones.
En Colombia esta organización trabaja hace 25 años, fundamentando sus bases espiritual, tomados del manual de la vida que es la Biblia, y con mensajes de Cristo a través de los grupos locales, en muchas ciudades de este país, entre ellas, Valledupar.
La Fundación Emanuel, Dios con nosotros es un proyecto que llegó, según la psicóloga Priscila Victoria Del Portillo a satisfacer una necesidad urgente y prioritaria: la prevención del suicidio, debido a que este flagelo ha estado cobrando muchas vidas en esta ciudad.
La labor de este grupo no se ha quedado solamente en la parte espiritual, sino que ha entrado en un proceso dinámico de ayuda a la niñez desamparada, huérfanos, viudas, desplazados por la violencia generalizada, reinsertados, drogadictos, alcohólicos, prostitutas, lesbianas, gamines, habitantes de la calle, entre otros, con los que hace jornadas de recreación, donación de alimentos, ropa, zapatos, artículos de primera necesidad y le predicamos la palabra de Dios.
Las autoridades municipales reconocieron la importancia, relevancia, seriedad eficiencia y el beneficio que ha traído este proyecto al municipio.
Por Merlin Duarte García/EL PILÓN
merlin.duarte@elpilon.com.co











