Álvaro Fernández no reniega de su raíz cesarense: “Sí, sí, yo soy nacido en El Paso, Cesar”, dice orgulloso cuando se le pregunta por sus orígenes. Pero es en el Magdalena donde encontró su verdadera vocación y el escenario para forjar una de las empresas turísticas más respetadas de la región: Turismerk.
“Yo estaba estudiando Matemática y Física en la Universidad del Magdalena, tercer semestre, y en unas vacaciones se me dio por ir a hacer un curso de Turismo que ofreció la Cámara de Comercio de Santa Marta. Ahí me proyecté, dejé las matemáticas y la física y me enfoqué en el turismo. Estudié administración de empresas y creé la empresa hace 24 años”, relata Fernández. Así, las vacaciones marcaron el punto de inflexión que lo llevaría a dejar las cifras exactas para dedicarse a crear experiencias memorables en la industria de los viajes.
Turismo con propósito
Fernández, quien inició como guía turístico, fue uno de los empresarios que acompañó y guió el viaje organizado por la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) capítulo Madgalena, y el Fondo de Turismo (Fontur) para 25 periodistas y creadores de contenido para la conmemoración de los 500 años de fundación hispánica de Santa Marta, el pasado 29 de julio, y en el encuentro demostró todo su conocimiento sobre el territorio.
Después de dos décadas, este cesarense ha posicionado a Turismerk como un operador turístico integral, especializado en experiencias a la medida, pasando además por operación gastronómica y hotelera. Ya sea a través de aventuras en Minca, el recorrido por el río Don Diego hasta encontrarse con el mar Caribe, inmersión con la comunidad indígena arhuaca de Katanzama o expediciones náuticas en el Parque Natural Tayrona, el servicio es el mismo: confort, comodidad y seguridad.
“Toda actividad en comunidades indígenas la hacemos bajo su autorización. Pedimos permiso a los mamos y las autoridades para poder realizar esas actividades y todo se hace bajo coordinación con ellos. Tenemos un absoluto respeto hacia ellos y no hacemos actividades que no tengan el visto bueno de la comunidad”, enfatiza Fernández sobre el turismo indígena y de naturaleza que promueven con el único pueblo arhuaco que vive frente al mar.
Álvaro y los demás guías ponen ante los viajeros un abanico de posibilidades: de rutas terrestres a paseos marítimos, de bahías secretas a acantilados asombrosos. “Hemos mostrado la otra cara del Tayrona, que es la parte náutica, donde pudieron ver diferentes bahías, diferentes playas, diferentes acantilados. Es una experiencia maravillosa”, comenta tras una de sus rutas exclusivas.
¿Y en el Cesar?
Al preguntarle sobre el desarrollo del turismo en el Cesar, el empresario manifestó: “En el Cesar hay un potencial muy fuerte con la cultura y la naturaleza, en el mismo tema de ciudad porque en Valledupar hay mucho por hacer y hay que seguir trabajando en este propósito”.
Aunque Fernández y su equipo también prestan sus servicios en otros territorios del Caribe, la apuesta es llegar a los mercados internacionales. “Hemos estado en las 3 ferias de turismo más grandes del mundo: en Berlín, Londres y España”, aseguró el hombre de 60 años que a través de esta actividad sostiene a sus 3 hijos.
Por Andrea Guerra Peña.
