OPINIÓN

Bienvenida la cultura, pero no a cualquier costo

Un contrato de obra con un plazo inicial de ejecución de 22 meses, con seis prórrogas, llevandolo a un periodo de ejecución de 51 meses.

Quintin Quintero, columnista de EL PILÓN

Quintin Quintero, columnista de EL PILÓN

Por: Ricardo

@el_pilon

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En nota de prensa del 27 de octubre pasado, el principal medio escrito del país, título: “Así será el Centro Cultural de la Música Vallenata en Valledupar, el más moderno de Colombia”

La nota es un verdadero elogio a la megaobra más costosa del historial del departamento del Cesar, así como de las más dilatadas. Es decir, en términos de la contratación estatal de las más prórrogadas en tiempo y las de un mayor valor en su adición. Objetivamente hablando, pudo haber valorado la periodista, hacer, así fuera minina, una referencia a los contratiempos de la obra.

Parafraseando a otro periodista, ese si vallenato, con respeto y sin el ánimo de propiciar un debate que resultará estéril, la nota de la periodista de El Tiempo está basada en lo que sus ojos perciben, pero con miopía frente a los antecedentes contractuales de la obra y frente a las críticas al renombrado monumento.

La nota de prensa de la periodista está basada en lo que le comentó el contratista de la obra pero no en el SECOP (Sistema Electrónico para la Contratación Pública), plataforma dónde hubiese podido ver los retrasos de la obra y el costo de la misma.

Bienvenida la cultura, ¿pero a cualquier costo? ¿A cuánto llegó en valor, la obra, que denomina “legado”? ¿Sabe la periodista quién es el gobernante del “legado”?

Parafraseando, nuevamente al periodista vallenato, se dirá que es minúsculo mi comentario de las cifras, es decir, de los valores del contrato y de las adiciones. Se dirá que lo importante son los beneficios o utilidades que la megaobra le traerá a la ciudad. Un contrato de obra con un valor inicial de $146.000 millones, incluyendo la interventoría; con una adición de $41.322 millones y un costo total que asciende a más de $187.000 millones.

Un contrato de obra con un plazo inicial de ejecución de 22 meses, con seis prórrogas, llevándolo a un periodo de ejecución de 51 meses.

Miró la periodista de El Tiempo la sostenibilidad y el impacto del proyecto. Se entiende que en un estudio de oferta y demanda el impacto económico para Valledupar de este centro cultural, esta previsto en más de $34.000 millones al año, derivados en su mayor parte del consumo en alojamiento, restauración y compras de los visitantes y turistas foráneos que asistan a los eventos, congresos, convenciones y microferias que organice el centro.

Dirá la periodista que son innegables las bondades del proyecto, pero también son innegables los pecados. Dirá la periodista que el tiempo todo lo borra, pero no tuvo en cuenta la periodista cuando mencionó a quien hizo el legado, sus errores.

Según la periodista de El Tiempo: “Pese a los obstáculos que impuso la pandemia y la volatilidad económica, incluyendo la importación de materiales desde Ucrania durante la guerra, la obra siguió su curso.” Agradable comentario de la periodista, para justificar que a la obra le faltó planeación antes de su ejecución.

La periodista miró una cara de la moneda, pero no miró la otra cara de la misma moneda. Las obras son para culminarse, mejor hacerlas que no hacerlas. ¿Y el costo? La obra es de los ciudadanos y para ya vamos todos, los que la elogiamos y los que la criticamos. Sentido común, son recursos públicos y lo público es de todos.

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