Medios nacionales continúan investigando los pasos de la funcionaria vallenata Juliana Guerrero, coordinadora del despacho del Ministerio del Interior que dirige Armando Benedetti, revelando que el 19 de junio la joven llegó con su hermana Verónica a Valledupar en un avión oficial de placa PNC-0242, y luego se desplazaron en el helicóptero PNC-0495 hacia Aguachica, donde participaron en una sesión del Consejo Superior de la Universidad Popular del Cesar, que tiene sede en ese municipio.
Según la revista Cambio, la llegada de las hermanas tenía como propósito impulsar una reforma para eliminar la prohibición de la reelección inmediata del rector (el actual es Rober Romero), norma vigente desde 2004, lo cual es interpretado como un movimiento político para controlar esa universidad pública.
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El presidente Gustavo Petro y Benedetti afirmaron que el viaje se trataba de un “encargo especial relacionado con el orden público” de máxima reserva, pero Cambio asegura que, tras ser confrontado con evidencias, Benedetti reconoció que desconocía el verdadero propósito del desplazamiento y expresó: “No joda, ella me había dicho que el viaje era para una misión encomendada y secreta para un asunto de seguridad nacional. Juliana nunca me informó que ese traslado era para asistir a una reunión en una universidad. No sé si habrá hecho las dos cosas, pero tendré que averiguar”.
Costos de los vuelos
Además, la investigación pone en evidencia que Verónica Guerrero, sin representación oficial o cargo público, participó activamente en las sesiones del Consejo, donde se discutían estos asuntos de alto nivel, acompañando a su hermana, quien es delegada del presidente ante el Consejo Superior, para afinar detalles de este plan de reforma. Cambio también investigó los costos del viaje, afirmando que solo en combustible de ambos vuelos fueron solicitados aproximadamente 126 millones de pesos, un gasto público que contrasta con lo dicho por fuentes de la UPC, quienes afirman que usualmente la universidad cubre transporte y viáticos de los consejeros cuando las sesiones son fuera de Valledupar, y que Juliana a menudo participa por videollamada.
“El interés de las hermanas en la universidad se explica porque, tradicionalmente, esa institución ha sido un fortín electoral y burocrático que las casas políticas de la región se disputan cada cuatro años. La universidad maneja un presupuesto anual de $170.890 millones y es habitual contratista de entidades locales y nacionales”, publicó Cambio este domingo 20 de julio.
EL PILÓN intentó conocer la versión de Guerrero, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta de la funcionaria, cuestionada además por su veloz ascenso y funciones en el Gobierno aún sin graduarse como contadora de la UPC.
Por Redacción EL PILÓN.
