MEDIO AMBIENTE

Vecinos denuncian contaminación en granja avícola que asocian con Silvestre Dangond en Valledupar

Vecinos de Valledupar denuncian graves quemas y contaminación en la granja avícola Ajá Huevón, afectando la salud y el ambiente local.

Columna de humo negro y denso que emite la granja avícola Ajá Huevón en Valledupar. Foto: Cortesía.

Columna de humo negro y denso que emite la granja avícola Ajá Huevón en Valledupar. Foto: Cortesía.

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Habitantes a la salida de Valledupar, a la altura del cementerio Recordar, elevan su voz de alerta ante las intensas y constantes quemas de residuos orgánicos en la granja avícola Ajá Huevón, empresa vinculada, según los denunciantes, al cantante Silvestre Dangond. Según denuncias de vecinos que conviven cerca del establecimiento, estas prácticas generan una contaminación atmosférica preocupante, con humo negro y olores penetrantes que afectan la salud y el ambiente local.

Durante la caravana del último lanzamiento del artista “Mi Último Baile”, usuarios de redes sociales registraron la presencia de la marca en vídeos y fotografías.

Isabel Ayala, dueña y administradora de Isaya Green Vivero: “Esa es la granja de Silvestre Dangond, Ajá Huevón. No sé si él sea directamente el dueño, invierte, pero entiendo que su fama no tiene nada que ver con la gestión del lugar. Los problemas ambientales son responsabilidad de quienes están a cargo de la administración y operación, no del artista”.

Quemas permanentes y contaminación atmosférica

Ayala, emprendedora local con un proyecto agrícola certificado en la zona, narra el calvario de convivir con las quemas excesivas: “Las quemas son constantes, con un humo negro tan fuerte que invade nuestras casas. El olor a pluma quemada y gallinaza es insoportable. Mi tía, una señora mayor, ya no puede ni respirar bien por eso. Es como estar en una nube tóxica todo el día”, denuncia Isabel.

Las quemas suponen la quema sin filtros de los desechos avícolas, incluyendo plumas, gallinaza y cadáveres de aves, lo cual produce una alta concentración de partículas finas y gases contaminantes. 

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Algunos trabajadores de las granjas y negocios vecinos han llegado al punto de vomitar y sentirse irritados por el humo, como de los olores que emite la quema de la empresa.

Consecuencias ambientales y para la salud

Estudios científicos relacionan estas prácticas con emisiones de gases de efecto invernadero como dióxido de carbono y óxido nitroso, además de amoníaco y otros compuestos tóxicos liberados en el aire. El impacto ambiental de la producción avícola tradicional incluye también acidificación del suelo, eutrofización de cuerpos de agua y toxicidad humana por exposición a pesticidas y metales pesados.

Los residuos no tratados o quemados en granjas liberan partículas menores a 2,5 micras (PM2.5), altamente perjudiciales para pulmones y sistema cardiovascular. “Los productores deben manejar estos residuos con sistemas que filtren y traten adecuadamente todos los desechos para evitar esta contaminación”, advierten Felipe Portillo-Chávez y Bernardo Vargas-Leitón, ingenieros agrícolas, expertos del ciclo de vida del pollo de engorde.

Reclamo a las autoridades ambientales

Isabel relata que inicialmente hubo intentos de diálogo con los administradores de la empresa, quienes prometieron corregir los procesos, pero la situación no mejoró y las quemas se intensificaron. “Al principio respondían, pero ya no contestan. Esto nos está afectando de verdad y nadie supervisa ni toma medidas”, señala con preocupación que ya van seis meses de esta actividad irregular.

Los vecinos hacen un llamado urgente a Corpocesar para que investigue si la granja cumple con las normas ambientales y si dispone de permisos para estas prácticas, además de aplicar sanciones si se comprueba la contaminación y riesgos a la salud pública. Precisamente el 26 de agosto, un grupo de vecinos afectados se acercó a la corporación para realizar la denuncia.

Hacia una avicultura sostenible

El análisis del ciclo de vida de la producción avícola convencional revela que los impactos ambientales más críticos son generados en la producción de alimentos para aves, el uso de combustibles y el manejo de residuos. Optimizar estos procesos con tecnologías limpias y sistemas de tratamiento podría reducir la huella ambiental y proteger la salud de comunidades.

Isabel Ayala solicita: “Queremos que nuestra tierra y nuestra gente puedan respirar aire limpio. Es posible tener avicultura productiva y responsable. Pero para eso, necesitamos que las autoridades intervengan y las empresas asuman su compromiso ambiental”.

Esta denuncia pública evidencia la necesidad de mayor control institucional y promoción de buenas prácticas ambientales en el sector avícola para garantizar el desarrollo sostenible y la salud de la población en Valledupar y regiones similares.

Temas tratados
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