En la tercera edición de la Feria del Libro de Valledupar, Felva, se rompieron las “etiquetas” y preconceptos que generalmente se tienen sobre escritores de una región en particular. Esto quedó entredicho en el conversatorio ‘Tres novelas, un caribe: nuevas voces que narran lo indecible’, que tuvo lugar en la Casa de la Cultura de Valledupar.
En este espacio, los escritores Jarol Ferreira, de Villanueva, con su obra ‘Las Killer Gringo’, Felipe Núñez Mestre, de Valledupar (Querido muerto mío), y José Arcadio López, de Santa Marta (El monstruo de los manglares), dialogaron con Luis Barros Pavajeu, sobre estas obras que han sido ampliamente discutidas por su conexión con el Caribe colombiano.
Al respecto, el autor vallenato Felipe Núñez comentó que el Caribe está presente en su novela ‘Querido muerto mío’ porque narra desde su vivencia de la infancia esta historia que se desarrolla en los batallones de La Popa, Malambo y Montería.
Por otro lado, el samario José Arcadio López, precisó que no necesariamente se plasma una región describiendo personajes que vivieron en ese territorio como él lo hizo con su obra ‘El monstruo de los manglares’.
“Mi novela está enfocada en un asesino en serie que existió, que no tiene que ver con el Caribe, pero al ser oriundo del Caribe utilice mis vivencias para desarrollar la historia. Es por eso que la historia transcurriera en la zona del Magdalena y Santa Marta que es donde estoy y pasaron todas esas experiencias en mi infancia”.
El lenguaje del Caribe y las etiquetas
Otro punto que tocaron estos reconocidos escritores sobre la relación del Caribe colombiano con sus obras literarias, fue el lenguaje con el que se narran las historias y el utilizado por los personajes. Puntualizaron que es de vital importancia porque es lo que permite transmitirle al lector la identidad de la región.
“En mi novela es muy indispensable el Caribe porque ‘Las Killer Gringo’ trata de un grupo de muchachas costeñas que para financiar sus fiestas se levantan a gringos que vienen de vacaciones a la costa colombiana. Ellas no asesinan a los gringos, tiene sexo con ellos y como vulgarmente se dice que se los comen, hay ese juego palabras”, dijo Jarol Ferreira.
Este villanuevero contó que si se traduce el nombre de su obra se podría leer como “come gringos” y que al ser escrito en tercera persona y narrado por la protagonista que es costeña, el uso de palabras propias de la costa marca la identidad del texto y la conexión con lectores de esa zona geográfica.
Sin embargo, esta identidad puede también convertirse en una “etiqueta” que muchas veces se desdibuja al relacionar que por ser escritores caribeños “solo escriben literatura costeña”. Esta premisa fue debatida en la ronda de preguntas en donde los escritores señalaron que la literatura no tiene una “regionalización” por lo que no se debe etiquetar a estas obras como escritas en “costeñol”.
Acotando así que son historias que cuentan la realidad de un territorio, sus problemáticas, las fragilidades de una población y vivencias propias que no deben ser encasilladas solamente en una región porque, según los escritores, la literatura no tiene fronteras.
Por Redacción EL PILÓN












