La mañana de este martes, 11 de noviembre, las puertas del establecimiento SionKids Preschool, una guardería ubicada en el barrio Don Alberto de Valledupar, fueron selladas por la Secretaría de Educación Municipal, en compañía de la Secretaría de Gobierno, en atención a las denuncias de cinco familias que aseguraron que sus hijos fueron agredidos física y emocionalmente en este establecimiento que prestaba servicios educativos de manera ilegal.
Las dos carteras municipales se desplazaron hasta este lugar, que no puede ser llamado guardería, colegio o establecimiento, según la secretaria de Educación Municipal, Karol Lobo, debido a que no cuenta con la licencia de aprobación expedida por la sectorial, y no tiene autorización para prestar el servicio educativo en el municipio.
“Nosotros tomamos previamente un registro fotográfico y adelantamos los oficios para proceder en compañía de la Secretaría de Gobierno al cierre de este lugar. Es importante que los padres denuncien este tipo de lugares que no están avalados para prestar un servicio tan importante y de cuidado como la educación de nuestros niños”, manifestó Lobo.
En la diligencia estuvo presente un equipo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, así como uniformados de la Policía de Infancia y Adolescencia y un inspector urbano de Policía. Los funcionarios fueron recibidos por el representante legal del lugar, quien los acompañó en un recorrido por las instalaciones que, desde el lunes, no están en funcionamiento por una orden que les envió la Secretaría de Educación Municipal.
Múltiples irregularidades
De acuerdo con el inspector urbano de Policía, Javier Carrillo, Sionkids Preschool no tiene un estudio de uso de suelo y presenta un cerramiento irregular en zona jardín y antejardín. Al indagar en la documentación de este sitio, las autoridades encontraron que tampoco cuenta con registro en la Cámara de Comercio de Valledupar.
Por las irregularidades encontradas, se citó a los representantes de este sitio a la inspección, para un proceso verbal abreviado que se llevará a cabo este miércoles a las tres de la tarde. El diario EL PILÓN intentó dialogar con el representante jurídico del lugar, pero este se negó a dar declaraciones.
En el recorrido se pudieron observar los salones en donde 100 niños aproximadamente estaban desde tempranas horas de la mañana hasta las seis de la tarde. Esta casa editorial tuvo acceso a algunos salones en los que aún permanecían las mesas de trabajo de los pequeños y algunas áreas de juego. También las cámaras de vigilancia que, según la propietaria de este lugar, Luz Carrillo, no registraron una prueba de que las tres docentes señaladas encerraran a los niños del grado Prejardín A en el “cuarto oscuro”.
El colegio no está en proceso de certificación
Al preguntarle a la rectora Luz Carrillo y al ingeniero de Sistemas, Sergio Rincón sobre la ilegalidad de estas instalaciones para prestar el servicio educativo, Rincón aseguró que: “Nosotros como institución empezamos como guardería. Las guarderías en Colombia no tienen un proceso. Hay un vacío jurídico donde nadie les hace supervisión y vigilancia. Nosotros tenemos una fundación y como fundación funcionamos como guardería”.
Concluyó que actualmente están en el proceso para obtener el aval que les permitiría prestar el servicio educativo. “El nombre está en inglés, entonces el proceso se está llevando a cabo con otra razón social y con un nombre en español. Estamos a la espera de que ellos nos den una resolución”.
Argumentos que tachó de “falsos” la Secretaría de Educación Municipal. De acuerdo con Lobo, en la sectorial no reposa un documento que certifique que están en el proceso que mencionó Rincón.
El cuarto oscuro que salió a la luz
“La miss me llevó al cuarto oscuro porque me porté mal”, fue lo que le dijo un pequeño de tan solo cuatro años a su madre, quien consternada aguantó las lágrimas al descubrir que su hijo estaba siendo, presuntamente, agredido física y emocionalmente en un lugar que le había prometido ser un refugio para su hijo y no un “calvario para su familia”.
“A mi hijo lo encerraban en un cuarto oscuro cuando se portaba mal y lo pellizcaban. No sé cuántas veces pasó. Me enteré porque un niño le dijo a su mamá que a mi hijo lo encerraban en ese lugar. La mamita me llamó y de inmediato le pregunté a mi hijo. Él me dijo que sí le hacían eso y en ese momento el mundo se me vino encima”, manifestó con tristeza.
Esta madre de familia, preocupada por el bienestar emocional y físico de su hijo, lo retiró del lugar en el mes de octubre. “Por lo que vivió en ese lugar mi pequeño ha tenido muchas afectaciones. Se hace popó en el pantalón y le da temor dormir solo, comportamientos que no tenía antes. Ahora lo verá un neuropsicólogo”.
