La inflación es el aumento generalizado de los precios de bienes y servicios, y en Colombia estos incrementos los mide el Índice de Precios al Consumidor (IPC), reportado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE. Este organismo indicó que entre junio de 2024 y junio de 2025 el costo total de la canasta familiar en Valledupar solo creció un 3,1 %.
Ese fue el segundo porcentaje de inflación más bajo entre las ciudades del país, superado únicamente por Santa Marta, donde los precios aumentaron un 1,4 % en el último año. La tendencia de los precios de dicha canasta —que incluye alimentos, prendas de vestir, arriendo, servicios públicos domiciliarios, salud, transporte, artículos para el hogar, recreación, educación y comunicación— ha sido de desaceleración.
Es decir, dichos productos y servicios públicos no se están encareciendo al mismo nivel que hace un año y la suma de esas variaciones dio un total por debajo del promedio nacional, que fue de 4,8 %.
Divisiones de gasto que más aumentaron
Por ejemplo, los servicios que más aumentaron en la capital vallenata fueron los de educación, en un 8,7 %, lo que indica que si una matrícula en un colegio privado costaba $200.000, ahora cuesta 217.400. Sin embargo, en junio de 2024 los servicios educativos habían aumentado 11,8 %.
Lea: Valledupar, segunda ciudad con menor inflación en junio: ¿qué hay detrás de la desaceleración?
En el caso de los restaurantes y hoteles, en junio de 2025 tuvieron un alza de 7,3 % -dicen los expertos que debido a los eventos folclóricos, deportivos y culturales que se han desarrollado en la ciudad-, pero para la misma época de 2024 el costo de un plato o de una habitación era 8,1 % más caro. Todo esto quiere decir que los precios sí han crecido, pero menos que hace un año, a diferencia de interpretaciones erradas que señalan que ahora la ciudad es más “barata” o que están bajando los precios, lo que sería deflación.
Incluso, la Alcaldía de Valledupar se ha atribuido la desaceleración, asegurando que “este comportamiento favorable para la economía local hace parte del resultado de la implementación de los diferentes programas institucionales del gobierno del alcalde Ernesto Orozco Durán, que apuntan a la generación de empleo y al aprovechamiento de estrategias que estimulan escenarios de ocupación entre los vallenatos”.
Empleo informal y temporal, un desafío para la economía local
Pero los economistas coinciden en que no se debe enviar un mensaje “completamente positivo de una inflación controlada”, sino que hay que revisar qué hechos han venido ocurriendo en el año que impactan la demanda de bienes y servicios. Tatiana Paola Contreras Sanabria, directora del Observatorio Socioeconómico de la Cámara de Comercio de Valledupar, advierte que la baja inflación no refleja un cambio estructural positivo, sino que “esa disminución de la inflación se debe a que ha disminuido la compra o la adquisición de bienes y servicios en el mercado interno”.
El fenómeno, detalla la economista, está acompañado por una compleja dinámica laboral: “Al revisar otros indicadores como tasa de desempleo, vemos que disminuyó la tasa de desempleo, pero aumentó la informalidad… aumentaron unos ocupados en la ciudad, pero esos ocupados están en trabajos informales. Esa informalidad produce una inestabilidad a la hora de adquirir bienes y servicios”.
Según el DANE, el desempleo en Valledupar cayó al 7,8 % en mayo, la más baja en casi 2 décadas, pero más del 63 % (unas 124.000 personas) trabajan en la informalidad, en el rebusque, y por lo menos 89.000 laboran por cuenta propia, emprenden al no haber industrias que ofrezcan puestos de trabajo.
El bajo poder adquisitivo genera incertidumbre
Esta falta de estabilidad laboral genera incertidumbre sobre la capacidad real de consumo de los ciudadanos y, por ende, sobre la estabilidad económica local. Por eso, Contreras reiteró: “No podemos decir que es una ciudad barata o no porque esa disminución de la inflación se debe a que ha disminuido la compra o la adquisición de bienes y servicios”.
Además, la inflación no ha sido homogénea en todos los sectores: los alimentos han tenido un incremento moderado (2,9 % anual) y el transporte ha sido más significativo (6,5 %), afectando el costo de vida en áreas esenciales.
Por eso, los empleos logrados en los eventos culturales y turísticos recientes, como el Festival Vallenato y el Festival Silvestrista, al ser temporales no garantizan flujo de dinero en los próximos meses. “¿Qué va a pasar con esas personas los próximos meses? Son empleos que lamentablemente no les dan estabilidad y no pueden adquirir constantemente bienes y servicios”, cuestionó la directora.
Análisis más complejo
La analista económica invita a mirar más allá de la cifra de inflación y a considerar el contexto socioeconómico completo, que también incluye factores nacionales como la tasa de interés e internacionales como el precio del dólar.
“No hay que hacer análisis diciendo que todo está más barato y que vamos a poder vivir mejor. No, no estamos viviendo mejor porque hay mucha más informalidad, que no da esa estabilidad de poder adquisitivo. Entonces, hay incertidumbre de cómo se va a comportar la economía en los próximos meses en la ciudad”, puntualizó Contreras.
Por Redacción EL PILÓN.
