CULTURA

‘La tartamuda’ le cambió la vida a ‘Checha’ Blanco

“Checha, Checha, me caso con esa canción. No la vaya a mostrar a nadie, esa la grabo yo, me gusta”. Estas fueron las palabras que hace tres años dijo Silvestre Dangond, para quedarse con la obra ‘La tartamuda’ que fue uno de los grandes éxitos de la producción musical ‘El cantinero’.

‘La tartamuda’ le cambió la vida a ‘Checha’ Blanco

‘La tartamuda’ le cambió la vida a ‘Checha’ Blanco

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“Checha, Checha, me caso con esa canción. No la vaya a mostrar a nadie, esa la grabo yo, me gusta”. Estas fueron las palabras que hace tres años dijo Silvestre Dangond, para quedarse con la obra ‘La tartamuda’ que fue uno de los grandes éxitos de la producción musical ‘El cantinero’.

Esa canción fue la mayor tabla de salvación del compositor Cesar Julio Blanco Ospino, natural de Los Venados, Cesar, a quien la vida le cambió del cielo a la tierra y pudo adquirir casa, carro, ayudar a sus padres, hermanos y seguir dándoles educación superior a sus hijos Leiner José, Xileidis Genith y Lilibeth Paola.

‘Checha’ Blanco, como es conocido este cantautor, llegó a Valledupar hace 20 años a abrirse camino y con la firme esperanza de liberarse de la pobreza que lo acosaba.

 

Esa canción fue la mayor tabla de salvación del compositor Cesar Julio Blanco Ospino, natural de Los Venados, Cesar, a quien la vida le cambió del cielo a la tierra y pudo adquirir casa, carro, ayudar a sus padres, hermanos y seguir dándoles educación superior a sus hijos.

Dejaba en su pueblo los días de recogedor de algodón, largas jornadas de machete y de parrandas. Claro, que todo cambió un poco, porque entró a ser ayudante de albañilería en el día, y mesero y asador de carne en la noche.

Seguidamente dejó esos oficios y entonces quiso ser independiente y se puso a vender ‘Tutifruti’ con un termo al hombro, después chicha de maíz y empanadas, pero la suerte le era esquiva y solamente le alcanzaba para medio comer.

Así de esa manera fue saliendo adelante “Porque los que triunfan son personas ordinarias con una determinación extraordinaria”, solía decir Consuelo Araujonoguera, cuando se encontraba con esta clase de historias de vida.

Mientras tanto, allá en el pueblo, sus padres Jorge Blanco Orellano y Elida Ospino Madrid, le pedían a Dios por su hijo noble y bueno, ese que enamoraba con canciones, como su primera ‘Vamos a amarnos’ y que merecía una oportunidad. Y esa oportunidad le llegó a través de una mujer que asustada se le enredaba la lengua y no podía expresar con exactitud lo que quería. En otras palabras se ponía a “cancanear” y cambiaba de colores. Ese fue el motivo para inspirarse un mediodía y darle vida al tema que le zumbaba en el cerebro.

Historia de la canción

Ay , yo, yo, yo, yo, tu, tu, tu, tu, que, que, que, fue
que no te entendí fue na’,
ay, te pusiste tartamuda, empezaste a suda frío
y empezaste fue a gaguear.

‘Checha’ Blanco cuenta que esa historia se la habían contado hacía varios días, pero que pudo concretarla en poco tiempo. Entonces declara que hubo una persona a la que se la hizo escuchar y fue al músico Nemesio Gómez, quien pertenece a la agrupación de Silvestre Dangond. Él, fue su padrino para que hiciera el curso y llegara al mayor receptor, el cual no dudó en hacerla suya.

Se casó con ella en su primera oída, pero hizo la petición que montara la canción. La había escuchado era a capela.

‘Checha’ como hombre de fe, visitó el estudio de grabación de Rodrigo Muñoz, e hizo la solicitud sin siquiera tener el recurso económico. Se grabó y llegado el día no tenía los 200 mil pesos para sacarla y entregarla. Se empeñó y pudo lograr el objetivo. En ese recorrido varias puertas se le cerraron porque pensaron que esa tartamuda no hablaría nunca bien. Pensaban que la lengua la tendría trabada eternamente.

En ese proceso, nunca se pudo entrevistar con Silvestre Dangond, sino hasta que se hizo el lanzamiento de la producción musical en un centro comercial de Valledupar. Esa vez el cantante le dijo: “Prepare los bolsillos que lo que le caerá es plata”.

Desde esa vez no ha visto más a Silvestre, pero le ha mandado muchos mensajes dándole las gracias porque esa canción le cambió la vida.

“Eso le dio un giro a nuestras vidas, y cuando digo nuestras, es toda la familia, mis padres, mis hermanos, mis hijos, mi señora Eveleydis. Todo cambió de una manera sorprendente, pero eso sí primando la humildad y gratitud a Dios y a Silvestre Dangond, de quien vivo eternamente agradecido”.

A raíz de esta y otras circunstancias comenzó su carrera como cantautor, realizando presentaciones en distintos pueblos de la Costa Caribe, lo que ahora le permite tener una mejor vida, y seguir dándoles canciones a los más importantes artistas vallenatos, caso Iván Villazón, quien le grabó ‘La pareja explosiva’. Además, de grabar sus propias producciones musicales, que le permiten ser fiel al folclor que lo tiene viviendo mejor.

El hombre que se inspira en historias reales, que para componer toca la mesa, la silla, la espalda a su mujer, produciendo un sonido acompasado, sigue su camino lleno de alegrías y olvidando aquel triste ayer, pero eso si pendiente de Silvestre Dangond, a quien le tiene otra canción.

Ay cuando te cogí pilla,

enganchaste a cancanea,
ay , yo, yo, yo, yo, tu, tu, tu, tu, que, que, que, fue
que no te entendí fue na’,
ay, que vienes a inventar, es caso cerrado ya
anda sigue con tu vida que yo sigo con la mía,
pero a metros claro está,
ay le dejé con un trabalengua en la boca,
derramando lágrimas de cocodrilo,
para qué seguía parándole bolas,
si yo sé que ibas a salir con lo mismo.

Por Juan Rincón Vanegas

 

 

 

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