CESAR Y LA GUAJIRA

Consumo fantasma y menos simultaneidad: las mejores recomendaciones para ahorrar energía en Fin de Año

En una misma noche conviven cocina, entretenimiento, iluminación y climatización. Y en pequeños negocios de barrio, como tiendas, panaderías, ventas de comida, ese patrón se intensifica: más horas de atención, más luces, más refrigeración y más equipos funcionando sin pausas.

web-Tips para ahorrar energía en diciembre

web-Tips para ahorrar energía en diciembre

canal de WhatsApp

En la región Caribe, con la llegada de diciembre y la Navidad cambia la forma de habitar la casa. Aunque se lea extraño, así es: hay más reuniones, más gente entrando y saliendo, más comida que preparar y más horas de ventilador o aire acondicionado. A esa rutina se suman detalles que parecen menores, como abrir la nevera cada cinco minutos, dejar cargadores conectados todo el día o encender luces decorativas “por si acaso” hasta la madrugada.

Por eso, el aumento del consumo en Navidad no suele venir de un solo equipo, sino de un “todo al tiempo” que se vuelve costumbre. En una misma noche conviven cocina, entretenimiento, iluminación y climatización. Y en pequeños negocios de barrio, como tiendas, panaderías, ventas de comida, ese patrón se intensifica: más horas de atención, más luces, más refrigeración y más equipos funcionando sin pausas. 

Por eso, queremos compartir consejos y tips a tener en cuenta en estos días de diciembre para evitar que el recibo de energía se suba por el alto consumo.

La hora crítica, cuando todo se enciende a la vez

Si hay un momento del día que explica buena parte de la factura decembrina, es la franja nocturna. El tramo de mayor consumo se encuentra entre las 18:00 y las 21:00 (la “punta dos”), cuando coincide la vida familiar: comida, luces, televisión y ventilación funcionando simultáneamente. En diciembre, esa punta se prolonga porque muchas actividades se corren hacia la noche: visitas, novenas, fiestas y cenas tardías.

Ahorrar, entonces, no significa “apagar la Navidad”, sino evitar que el gasto se concentre en el peor horario. En la práctica, conviene mover lo movible: si hay que planchar, mejor hacerlo temprano; si se va a usar lavadora, agrupar cargas y programarlas fuera de la noche; si se cocinará para varias personas, aprovechar el mismo encendido del horno o la airfryer para preparar por tandas y no prenderlos muchas veces por periodos cortos. En negocios pequeños, esa misma lógica ayuda: producir antes del pico nocturno, y dejar para la hora de atención lo estrictamente necesario.

Evite un accidente

Este orden también reduce riesgos. Diciembre trae una tentación clásica: llenar una sola toma con regletas, extensiones y adaptadores para que alcance “todo”. El problema no es la decoración, sino la improvisación. Las autoridades han insistido en no sobrecargar tomas ni hacer conexiones informales, porque esas prácticas elevan el riesgo de recalentamiento y cortocircuitos en el hogar. 

Una regla simple es revisar qué equipos ya están conectados a cada punto y repartir cargas: nevera y equipos de alto consumo merecen un toma estable, no el mismo donde cuelgan luces, parlantes y cargadores.

Los tres electrodomésticos a tener en cuenta 

En el Caribe, el aire acondicionado suele ser el equipo que más “pesa” cuando se usa muchas horas. La diferencia, a veces, no está en apagarlo, sino en hacerlo trabajar menos: cerrar bien puertas y ventanas para que el frío no se escape, evitar que entre aire caliente, y no llevar la temperatura al mínimo como si fuera una competencia contra el clima. 

Si el equipo enfría un espacio con filtraciones, trabaja más tiempo para lograr lo mismo. Un mantenimiento básico (filtros limpios y rejillas despejadas) también evita que el sistema se esfuerce de más.

La nevera, por su parte, tiene un consumo silencioso: funciona 24/7 y en diciembre sufre por el tráfico familiar. Abrirla, mirar, cerrar y volver a abrir al minuto siguiente termina multiplicando el trabajo del compresor. Por eso, ayuda adoptar una disciplina sencilla: decidir qué se va a sacar antes de abrir, organizar bebidas y alimentos para encontrarlos rápido, y no guardar ollas calientes que obliguen al motor a compensar un golpe de temperatura. Si la puerta no sella bien, el gasto se vuelve permanente; esa goma que “ya está floja” suele costar más que el arreglo.

Que engorde todo, pero no la factura

En la cocina, diciembre enciende más aparatos que el resto del año, incluyendo horno, airfryer, licuadora, sanduchera, olla arrocera, además de recalentados interminables. 

El ahorro real aparece cuando se cocina con estrategia, eso significa preparar varias porciones en un solo ciclo, usar tapas para reducir tiempos, aprovechar el calor residual del horno y evitar recalentar de a uno.

 A eso se suma el “consumo fantasma”. ¿Cómo así? Televisores en espera, parlantes, decodificadores y cargadores que quedan conectados aunque nadie los use. Una multitoma con interruptor permite cortar varios equipos de una vez sin convertir el ahorro en una tarea tediosa.

Que la decoración no pegue en el bolsillo

Las luces decorativas no son el mayor consumo del hogar, pero sí pueden convertirse en un gasto constante si se dejan encendidas demasiadas horas y, sobre todo, en un punto de riesgo si se instalan con materiales inadecuados. 

En recomendaciones divulgadas a partir de lineamientos del Ministerio de Minas y Energía, se sugiere usar tecnología LED por su eficiencia, porque consume entre 60% y 80% menos que bombillas tradicionales. 

Además, establecer horarios de encendido y apagado para reducir el impacto en el consumo.En términos prácticos, un temporizador sencillo evita el “se me olvidó” y corta horas innecesarias en la madrugada.

En resúmen: menos simultaneidad en la noche, más control en lo que queda encendido sin necesidad. Empiece por lo inmediato: revise su regleta y sus extensiones, saque de servicio lo que esté en mal estado, defina un horario fijo para las luces y haga el ejercicio de identificar consumos fantasma (cargadores y equipos en espera). Diciembre siempre trae más uso, pero también trae más margen para corregir hábitos. La Navidad se disfruta más cuando no deja una factura inesperada, ni un susto eléctrico, en enero.

Temas tratados
  • Afinia
  • Ahorro de Energía
  • navidad

TE PUEDE INTERESAR