María Elena Castro de Quintero, paradigmática emprendedora y matriarca vallenata, falleció dejando un legado imborrable como pionera del comercio moderno y el desarrollo económico en Valledupar. Nacida el 4 de diciembre de 1923, fue una mujer multifacética, incansable y profundamente humana, reconocida por fundar en 1957 la primera supertienda de abastos en la ciudad, un negocio que revolucionó el comercio local y sentó las bases del crecimiento económico regional.
Empresaria vanguardista
Castro implementó prácticas avanzadas en sus emprendimientos en el supermercado ZAS, ubicado donde antes funcionaba el Club Valledupar en la calle 16 entre carreras 7 y 8, tales como la clasificación de residuos, uso de abanicos para confort térmico y capacitaciones a empleados. Además, fomentó la empleabilidad y el sentido de pertenencia vendiendo a precio de costo a sus trabajadores.
Más allá del comercio, fundó diversos negocios: en 1970 una bodega de insumos para cultivos de algodón, exitoso durante el boom algodonero; en 1974 la mueblería El Escaño, que comercializaba muebles exclusivos; y en 1983, ya viuda, gestionó la venta de vehículos Mazda y un almacén de modas.
Su faceta social también fue notable: fue cofundadora de las Damas Rosadas del hospital y de la Liga Antituberculosa, donde destacó por su generosidad apoyando a enfermos, facilitando posadas y encabezando campañas de vacunación entre los más necesitados.
Arraigo familiar
Casada con Clemente Quintero Araújo, político liberal destacado, supo equilibrar su papel en una familia influyente con su espíritu empresarial y vocación social. Fue pionera apoyando y liderando el voto femenino en la región en 1958, después de la caída del régimen de Gustavo Rojas Pinilla. Sus hijos continuaron su legado, destacándose María Clara Quintero, primera mujer alcaldesa de Valledupar en el siglo XX y Juan Carlos Quintero, empresario, director y copropietario del periódico EL PILÓN.
Como persona, María Elena fue una talentosa pianista, culta, con profundo sentido cristiano y caritativo. Su historia es la de una mujer adelantada a su tiempo y un ícono del emprendimiento femenino, junto a otras figuras ejemplares como Ana Cecilia Castro y Alba Martínez “la Bicha”.
El testimonio de su prima hermana, Leonor Palmera, añade una dimensión familiar y afectuosa al relato, describiéndola como una figura maternal que acompañó y cuidó a su familia en la infancia, especialmente cuando visitaban Valledupar desde Bogotá. Leonor expresó su dolor por la pérdida de “una tía también como una madre para nosotros”, destacando su cercanía y calidez.
Las honras fúnebres de María Elena Castro Palmera se realizarán hoy, 30 de julio de 2025, con la misa a las 3:40 p.m. en la Catedral Ecce Homo, seguida del sepelio en el Cementerio Central, con velación en la Funeraria Ecce Homo. María Elena Castro de Quintero deja un legado imborrable como empresaria, benefactora social y mujer adelantada que inspira a generaciones.











