El corregimiento de Mariangola, al sur de Valledupar, enfrenta una crisis permanente por la falta de agua potable. La sequía prolongada seca el río Mariangola, fuente vital para sus más de 5.500 habitantes, y cuando el caudal regresa, el agua no es apta para el consumo debido a vertimientos de aguas residuales y la ausencia de un sistema de tratamiento.
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Ante esta situación, el nuevo sistema de acueducto, cuya construcción inició el 20 de mayo de 2024, avanza con un 45 % de ejecución, según informó Aguas del Cesar S.A. E.S.P. La obra tiene como fecha estimada de entrega el 22 de agosto de 2025.
Una necesidad urgente
“Aquí el río siempre se ha secado, pero no como ahora”, relató Raúl Pérez, miembro de la junta administradora local, en entrevista con EL PILÓN durante la reciente temporada de sequía. El sistema actual, que funciona por gravedad desde el río, queda inoperativo cuando no hay agua, obligando al racionamiento por sectores. “Cada 12 horas le toca a un sector, entonces los otros duran 24 horas sin agua”, explicó.
La falta de agua potable también ha derivado en afectaciones a la salud, especialmente en niños y adultos mayores. “Las aguas que hay ahora en el río no son aptas ni para bañarse. Ya se están presentando brotes y rasquiñas”, advirtió Ana Rocío Cantillo, líder comunitaria.
A la crisis se suman las denuncias sobre edificaciones construidas a orillas del río que, además de captar agua sin control, descargan aguas residuales directamente en el cauce. EL PILÓN solicitó un pronunciamiento oficial a Corpocesar, pero hasta el momento no ha recibido respuesta.
En temporadas críticas, las autoridades han enviado carrotanques para abastecer a la población, pero la solución es limitada y el agua no siempre es segura. “El agua que captan de los pozos no es del todo apta para el consumo”, advirtió Pérez.
El proyecto: optimización y sostenibilidad
Según Aguas del Cesar, el proyecto contempla la reparación de la línea de aducción, la instalación de válvulas de purga y ventosas, y la construcción de una planta de tratamiento de agua potable con capacidad de 20 litros por segundo. Esta incluirá sistemas de dosificación automática de desinfectantes y coagulantes para garantizar la calidad del agua.
También se construirá un tanque de almacenamiento con capacidad para 360 metros cúbicos, lo que permitirá contar con una reserva en periodos de alta demanda o interrupciones del servicio. Para mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sistema, se instalará un sistema de energía solar.
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Adicionalmente, se prevé la instalación de 1.500 metros de línea de conducción en PVC de seis pulgadas, paralela a la existente, para mejorar la distribución del agua en el corregimiento. Aunque el contrato tiene una duración inicial de seis meses, ha tenido algunas suspensiones y ajustes en el cronograma.
¿Solución definitiva o medida temporal?
A pesar del avance de las obras, hay escepticismo en la comunidad. “No creo que eso resuelva del todo la necesidad de agua en Mariangola, porque el acueducto seguirá dependiendo del río, y cuando el río se seque, ¿de dónde vamos a sacar el agua?”, cuestionó Raúl Pérez.
Otros, como Ana Rocío Cantillo reconocen que los tanques pueden ayudar en momentos críticos, pero insisten en la necesidad de buscar fuentes alternativas como pozos profundos.
Mientras avanza la construcción del nuevo acueducto, la comunidad continúa afrontando la escasez con preocupación. Los líderes locales hacen un llamado urgente a las autoridades departamentales y nacionales para que se implementen soluciones integrales que garanticen el acceso permanente al agua potable y se proteja el río Mariangola, vital para la supervivencia del corregimiento.
Por: Katlin Navarro Luna/ EL PILÓN











