El pasado jueves 8 de mayo, el mundo puso sus ojos sobre la Capilla Sixtina del Vaticano. Decenas de miles de fieles se congregaron en la Plaza de San Pedro y vieron cómo, sobre las 18:07 horas (hora local), la fumata blanca brilló más que el imponente sol que da indicios del verano europeo de este año, dando la noticia que millones de personas alrededor del mundo estaban esperando.
El cardenal Dominique Mamberti se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro y pronunció ‘Habemus Papam’ desatando la euforia entre los feligreses presentes. Luego apareció el cardenal Robert Francis Prevost, de origen estadounidense y nacionalizado peruano, quien bajo el nombre de León XIV ejercerá como el papa número 267 de la Iglesia Católica.
Un papa que ya había cambiado vidas
Millones de creyentes de todo el mundo confían que el título de ‘obispo de Roma’ está en nuevas manos. Con el nombramiento de León XIV se esperan cambios positivos para la Iglesia. No obstante, la figura de Prevost también ha significado una transformación en la vida de cientos de personas, entre ellas la de un sacerdote cesarense.
Se trata del padre Ciro Tomás Jaimes Arévalo, nacido en Curumaní y formado sacerdotalmente hace más de 20 años en el Seminario Juan Pablo II de la Diócesis de Valledupar. Sin embargo, Dios tuvo preparadas duras pruebas que pusieron a prueba su fe.
En el año 2006, por diversos motivos, se ve obligado a alejarse del sacerdocio de manera indefinida. En entrevista con EL PILÓN, Jaimes ahondó en lo que fueron esos años para él.
Años de prueba y silencio
“Hice una experiencia bastante difícil fuera de los entornos de la iglesia, fueron siete años bastante difíciles en mi vida, bastante tristes… Hice mis proyectos personales, pero como son de hombres, todo se vino al suelo”, contó el padre Ciro.
Sin embargo, en el año 2013, Dios llamó a su puerta nuevamente y al sentir la presencia del Espíritu Santo, el padre Ciro Jaimes no dudó en acudir a su cita, viviendo nuevamente su fe después de años complicados. Su deseo de retornar nuevamente al sacerdocio lo lleva en 2016 a Perú, más específicamente a la Diócesis del Callao en Lima.
El encuentro con Prevost
El padre Ciro vivió en tierras incas durante más de 6 años y durante una época dura, tal como lo fue la pandemia de COVID-19, Dios intercedió nuevamente por él acercando a Robert Francis Prevost, en ese entonces obispo de Chiclayo, a su vida. Jaimes aún recuerda aquellos días en los que, sin saberlo, convivió con el que sería nombrado papa años después.
“Monseñor Prevost, así como lo pudieron ver ustedes en esa presentación el 8 de mayo, de entrada es una persona llena de paz espiritual, es un hombre muy ecuánime, le gusta escuchar muchísimo, analiza muchísimo, interactúa contigo, es un hombre muy sociable, muy al estilo de Francisco, muy de la calle, muy de andar en los barrios, de estar con la gente más humilde y de estar en misiones”, dijo el vicario.
Sorprendentemente, aquel sacerdote ‘gringo’ que llevaba décadas en el Perú se interesó notablemente en el sueño de Ciro por regresar al sacerdocio, manifestándole todo su apoyo en las etapas más importantes del proceso y siendo un intermediario clave para ser readmitido como sacerdote.
“La verdad que Dios mueve sus fichas, Dios pone a las personas indicadas en el momento indicado. Él (Prevost) inmediatamente llegado, se interesó muchísimo por mi proceso. Me dijo: “Bueno, yo me voy a encargar de llevar adelante tu proceso porque es muy interesante lo que Dios está haciendo en tu vida”, cuenta Jaimes.
“Monseñor Prevost envió un informe de mi paso por el Perú muy positivo, eso se incluyó en la petición que personalmente monseñor Oscar José Vélez Isaza llevó a Roma y gracias a la intervención de ambos las cosas se dieron. En el año 2023 fui readmitido nuevamente por el papa Francisco al ejercicio del Ministerio Sacerdotal. Entonces fue una ayuda inmensa del paso de Dios de Prevost en mi caso particular”, contó el Padre Ciro.
James dio sus mejores deseos para el papado de León XIV, resaltando todas sus cualidades y cómo estás serán de gran ayuda ante tal responsabilidad.
“Los cardenales estaban en búsqueda de un nuevo Obispo de Roma, un nuevo papa con un corazón donde cupiesen todos los católicos y cristianos de los cinco continentes. Y, pienso yo, que Monseñor Robert Prevost, el papa León XIV, es la persona indicada para esta misión. Es un hombre lleno de Dios, es un hombre de una sana doctrina, es un hombre que realmente va a impactar el corazón de la Iglesia y el corazón de la humanidad, como lo han hecho los anteriores papas: Francisco, Benedicto, el gran papa Juan Pablo II, sé que el papa León XIV va a ser una respuesta de Dios para la humanidad y para la iglesia actual”, dijo el padre Ciro.
Una nueva misión pastoral en el sur de La Guajira
Actualmente, el padre Ciro Jaimes se desempeña como vicario parroquial de la parroquia San Juan Bautista de San Juan del Cesar y también es encargado del Centro Pastoral El Divino Niño, tanto de la construcción pastoral espiritual como de la construcción también material del templo.
El padre se ha apersonado de la construcción del Centro Pastoral El Divino Niño, realizando recientemente una misa en San Juan en compañía del padre Doriam Rocha, con la cual predicaron la fe ante más de 3.000 personas y así buscar fondos que permitan avanzar con la construcción del Centro.
La obra de León XIV empezó desde mucho antes de la fumata blanca, impactando en la vida de quienes hoy cambian la vida de más personas.
Por: Alfredo José García Betancourt, Betan
