Rawdy Reales, conocido en redes como ‘Dr. Rawdy’, nació en Valledupar, tiene 34 años, es médico internista y endocrinólogo, docente universitario y creador de contenido con más de 20 millones de seguidores.
En los últimos días se ha comentado la posibilidad de que aspire al Senado de la República. EL PILÓN dialogó con el médico y creador de contenido sobre política, elecciones y salud.
¿Es cierto que quiere aspirar al Senado de la República?
El momento del país y la forma como hoy se hace política, sobre todo a través de las plataformas digitales, abrieron un espacio que creo que es necesario aprovechar. Hay una coyuntura: la gente está buscando voces nuevas, frescas, y en ese escenario han empezado a mencionarme. Estamos en conversaciones, escuchando, no es una decisión cerrada, pero sí es un tema sobre la mesa.
¿Sería su primera participación directa en política? ¿Ha trabajado antes con algún político o tenido cargos públicos?
Nunca he trabajado con políticos ni he tenido un cargo público. Lo mío siempre ha sido desde el sector privado, construyendo mi patrimonio con mi trabajo. Para mí la política no es el cargo, es el servicio. Yo entiendo la política como el don de servir: trabajar por tu gremio, por tu comunidad, por tus pacientes. En ese sentido todos hacemos algo de política, pero formalmente nunca he hecho parte de una campaña ni he ocupado un puesto en el Estado.
En la legislatura pasada recibí una propuesta para encabezar la lista de un partido que se llamaba SOS, un partido solo de profesionales de la salud. La oferta era para aspirar al Senado, pero hace cuatro años yo sentía que no estaba preparado. Creía que tenía que seguir creciendo, estudiando, madurando. Por eso, en ese momento, decidí decir que no.
¿Quién es Rawdy Reales? ¿Cómo se define usted hoy?
Soy un joven vallenato de 34 años. Mi mamá es docente, mi papá trabajó muchos años en la minería. Vengo de una familia que fue desplazada por la violencia en Valledupar. Como muchos en la década del 2000, tuvimos que salir de la ciudad por la violencia organizada y también por la violencia común de las ciudades.
Me fui a Santa Marta, estudié Medicina en la Universidad Cooperativa. Hice mi año rural en la Orinoquía, en la zona del Meta que se conocía como la antigua zona de distensión, por Casa Verde, donde estuvo el campamento del Mono Jojoy. Fue una experiencia dura, pero maravillosa. Luego hice Medicina Interna en la Universidad Libre y Endocrinología en la Universidad Militar. En ese proceso también me formé como docente universitario y creé empresa. He trabajado siempre con dos pilares claros: crecer en lo personal y en lo profesional.
Además de médico y docente, es una figura muy visible en redes. ¿Qué papel han tenido las plataformas digitales en su trabajo?
Desde que comencé a estudiar medicina, y luego como médico, empecé a crear contenido en redes para educar. Primero a profesionales de la salud, luego a pacientes y también para ser, en muchos casos, la voz de quienes no la tienen en el sistema.
Eso me ha permitido construir una comunidad de más de 20 millones de seguidores en todas mis redes sociales. En momentos críticos, como el estallido social o la pandemia, tratamos de alzar la voz a favor de los profesionales de la salud: médicos internos, rurales, especialistas, pero también técnicos, auxiliares de enfermería, auxiliares de odontología, de laboratorio, bacteriólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, microbiólogos…
Son profesiones fundamentales para que el sistema de salud funcione y para que el paciente se recupere, pero a las que se les ha restado importancia. Eso se ve en las ofertas laborales, en las malas condiciones de contratación, en la baja remuneración. Hemos protestado, denunciado, explicado, siempre buscando dignidad para todos los que sostienen el sistema de salud desde la base.
¿Cómo se ubica usted en el espectro político? ¿Es de derecha, de izquierda, de centro?
Yo creo que lo primero es entender la realidad del país y del gremio. No se pueden ideologizar las necesidades básicas. Que tú seas de izquierda o de derecha no cambia que haya cosas mínimas, urgentes, que hay que resolver para los profesionales de la salud y para los pacientes.
Si te hablo con franqueza: por mucho tiempo la derecha gobernó y cometió errores graves, pero parte del progreso del país también se debe a gobiernos de derecha. Hoy nos gobierna la izquierda y creo que ha tenido voluntad de hacer cosas positivas, aunque muchas no han salido bien.
Llevar los países a un extremo, decir que “la izquierda es una porquería” o que “la derecha son unos asesinos”, no sirve de nada. Eso solo alimenta odios y atrasa. Hay que sentarse a plantear propuestas en pro del paciente, de la gente, de la sociedad como un todo. La posición debe ser coherente con los principios, pero con un objetivo: que el país eche para adelante. La política genera emociones y pasiones, y al final te empuja a un lado o al otro, pero no podemos perder el foco de que trabajamos para la gente.
¿Es posible convertir en votos los seguidores de redes sociales?
Yo he tenido la misma posición desde hace 12 años. Si revisan mis redes, van a encontrar videos criticando a Duque, criticando a Petro, criticando al ministro de Salud de Duque y al ministro de Salud de Petro. No es nuevo que yo hable de lo que pasa en el sistema de salud.
Creo que lo que pasa ahora es que, por la situación del país, la gente me ve como una persona fresca, con un mensaje real y una narrativa coherente con mis principios. Hace poco, en un congreso en Villavicencio, alguien se me acercó y me dijo: “Tú tienes un perfil muy interesante, incluso para aspiraciones políticas. Tienes algo que los políticos buscan: que la gente los conozca. Los políticos están desesperados porque los vean en redes, y tú ya construiste eso”.
¿Los ejemplos de otros influenciadores que han llegado al Congreso también le pesan en esa decisión?
Claro, allí está el caso de Wallys o de varios creadores que lograron una votación muy alta a partir de sus plataformas digitales. En una lista del Pacto Histórico, con gente que llevaba años en política, él consiguió 180 mil votos apoyado en su comunidad digital. Eso le muestra a uno que las redes hoy son una herramienta real de participación y de movilización.
La gente me dice: “Tú tienes la posibilidad”. Y sí, no es un tema ajeno. Lo he hablado con mi familia, con mis hermanos, con personas cercanas. Pero no es un tema decidido, y esto para mí es clave.
¿Qué le falta para tomar la decisión de lanzarse o no al Senado?
Gran parte de lo que soy, del reconocimiento que tengo, de lo que he podido construir desde lo privado y en la academia, no es solo mío. Eso se lo debo a la gente, a esos 20 millones de personas que me siguen, a los pacientes, a los profesionales de la salud que han confiado en mi trabajo.
Por eso una decisión así no se puede tomar solo. Es algo que hay que conversar con los gremios, con los médicos, las enfermeras, los auxiliares, con quienes están en los pasillos de los hospitales, en los consultorios y en las clínicas. Es una decisión que debe ser consensuada.
La idea de cambio, de mejorar el sistema y las condiciones del gremio, por supuesto que está. Pero el paso final, el “sí me lanzo” o “no me lanzo”, debe venir de la mano de ese respaldo real de la gente. Si ellos sienten que podemos representarlos, ahí tomaremos la decisión. Si no, seguiremos luchando desde donde hemos estado siempre: desde la educación, la denuncia y el servicio.
Por Deivis Caro
