Edimer Cuéllar, docente universitario y sociólogo, es uno de los candidatos que busca ganar la consulta del Pacto Histórico y ser el candidato a la Cámara de Representantes en el Cesar. EL PILÓN dialogó con el precandidato sobre la consulta, el presidente Petro y sus contendores.
¿Quién es Edimer Cuéllar y por qué decidió aspirar al Congreso?
Soy docente en la Universidad Popular del Cesar. Decidí aspirar porque esto no se trata de una cuestión personal ni de una candidatura por ambición; es un compromiso ético y político con el proyecto de cambio que encabeza el presidente Gustavo Petro.
Yo siempre he dicho que nuestro proyecto político no depende de un gobierno. Va más allá de él. Es un proyecto de país que apenas inicia y que debe tener continuidad para consolidar los cambios que anhela la mayoría de los colombianos. Porque hay temas, como la salud, la educación, la seguridad o el medioambiente, que no son de derecha ni de izquierda. Son asuntos fundamentales que deben abordarse con sensatez y con un gobierno que los entienda.
Aterricemos el debate. El 26 de octubre se define la consulta interna del Pacto Histórico. ¿Puede ganar?
A nivel personal espero que la sociedad cesarense valore el hecho de que un profesional de este departamento, sin jefes políticos, sin apellidos de poder, ponga su nombre a consideración del pueblo. No vengo de ningún clan, no tengo padrinos ni maquinarias. Mi único jefe político es la ciudadanía.
Yo creo que el verdadero cambio no depende de los políticos, sino de los ciudadanos que eligen bien. Si queremos transformar este país, tenemos que hacerlo desde las urnas. Por eso espero que el domingo los cesarenses voten masivamente por el Pacto Histórico.
Si gana la consulta, ¿qué viene después?
Después de la consulta vendrá la candidatura oficial hacia marzo de 2026. Pero más allá de eso, creo que lo que se viene es la posibilidad de construir unidad. Lo que queremos es convocar al Cesar a tener por fin una representación digna, que defienda los sueños y las necesidades reales de la gente.
Y quiero insistir en algo: no podemos seguir cayendo en la polarización. Hay discusiones que están por encima de los extremos ideológicos. La salud, la paz, la educación o el ambiente son temas que deben unirnos. No se trata de derecha o izquierda, se trata del bienestar de los cesarenses.
Dentro del Pacto se ha hablado de un Frente Amplio. ¿Usted estaría dispuesto a sumarse?
Por supuesto. Si gano, mi papel será fortalecer un Frente Amplio con las distintas fuerzas progresistas y alternativas. Esa unidad es necesaria para construir un proyecto de país con bases sólidas.
Y te digo algo: este no es un espacio cerrado. Nosotros convocamos también a sectores de centro e incluso de derecha que quieran discutir con sensatez. Por ejemplo, La Fuerza de la paz que lidera Roy Barreras tiene raíces en la derecha, pero ha entendido la necesidad de dar un debate serio sobre el país. La idea es abrir el diálogo, incluso con quienes piensan distinto.
Si pierde la consulta, ¿acompañará al ganador del Pacto Histórico?
Por supuesto. Yo hago parte de un proceso, no soy el proceso. Y ese ha sido un error frecuente dentro de algunos sectores de la izquierda: el protagonismo mezquino del “yo soy”. Si no gano, respaldaré de manera decidida al candidato que resulte vencedor. No estoy aquí por cargos ni por vanidades, sino por un proyecto político colectivo.
¿Cuántos votos cree que tiene el Pacto Histórico en el Cesar?
Esto es cuantitativo. Si hablamos de Cámara, hace 4 años el Pacto Histórico obtuvo 54.400 votos. Ahora, esto es una consulta, no una elección. Y una consulta que ha sufrido todo tipo de ataques políticos. La consulta va a pesar del CNE.
Hacer campaña al Congreso es costoso. En el Cesar siempre se impone el dinero…
Hasta los más grandes imperios se han caído, ahora que no caiga el imperio de la corrupción en el Cesar. Pero es necesario una revolución ciudadana. La única forma que cambie el departamento es que el constituyente primario decida cambiar su propia realidad.
Creo que el pueblo está cansado de ver los mismos nombres, los mismos clanes y los mismos resultados. Hoy la gente tiene pruebas de lo que ha significado tener durante tantos años a los mismos congresistas: corrupción, olvido, desidia e indiferencia. Los espacios de participación política están secuestrados por el dinero, pero eso puede cambiar si el ciudadano toma conciencia.
¿Qué diagnóstico hace del papel que han tenido los congresistas del Cesar?
Lamentablemente, nuestros representantes han estado de espaldas a la realidad del pueblo. Han vivido desconectados de lo que pasa en el departamento. Una cosa es lo que sufre la gente y otra muy distinta lo que discuten ellos en Bogotá. El Cesar no ha tenido una voz que defienda sus verdaderas prioridades. Hemos caído en debates estériles y en la polarización.
¿Y qué responde a quienes critican al actual Gobierno?
Yo también he sido crítico. Este gobierno ha cometido errores, como todos. Pero muchos de los que más lo atacan son los que más lo idealizaron, al punto de convertir a Petro casi en un semidiós. Hay que entender que no se puede desmontar un sistema tan corrompido en cuatro años. La corrupción en Colombia se volvió parte de la institucionalidad del Estado.
Lo importante es que tenemos un presidente que no defiende a nadie ante la justicia, ni siquiera a su propio hijo. Eso marca una diferencia frente al pasado. Y esa coherencia es la que me motiva a seguir defendiendo este proyecto de cambio.
Por Deivis Caro











