OPINIÓN

El acordeón mueve más que pasiones, también cifras

En el mundo de los eventos culturales, pocos fenómenos combinan emoción, identidad y economía como el Festival de la Leyenda Vallenata.

Parque de la Leyenda Consuelo Araújo Noguera.

Parque de la Leyenda Consuelo Araújo Noguera.

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En el mundo de los eventos culturales, pocos fenómenos combinan emoción, identidad y economía como el Festival de la Leyenda Vallenata. Su versión número 58, que se celebrará entre el 29 de abril y el 3 de mayo de 2025, no solo será un homenaje al eterno Omar Geles Suárez, sino una oportunidad para entender cómo la cultura se convierte en un activo económico estratégico para una ciudad como Valledupar. 

A diferencia de años anteriores, en los que entregaba el análisis al cierre de la programación, esta vez decidí ir un paso adelante. Presentando un primer corte de resultados basado en un ejercicio comparativo entre las versiones 2024 y 2025 del festival, basado en los datos recopilados por el Centro de Análisis de Datos Creativos y Culturales de La Casa del Parrandero, A partir del entrecruzamiento de cuatro variables clave —aforo, volumen y tipo de actividades, precios y retornos económicos estimados—, identificado las primeras señales de cambio que podrían estar redefiniendo el modelo de rentabilidad del festival y su papel en la economía cultural de Valledupar. con el propósito de anticipar patrones, detectar transformaciones en curso y proyectar oportunidades para los distintos actores del sector.

Este artículo se propone ir más allá de las cifras. Aspira a narrar lo que los datos sugieren: una historia de evolución, tensiones y aprendizajes en un evento que, cada año, reafirma su lugar como patrimonio vivo de la nación y motor estratégico de desarrollo para Valledupar.

Aforo: menos capacidad, más segmentación

En 2025 se dispondrán 256.328 lugares, lo que representa una reducción del 8.5 % frente a los 280.108 ofrecidos en 2024. Sin embargo, esta aparente disminución no debe interpretarse como un retroceso, sino como una estrategia de reorganización espacial y segmentación de públicos. 

Históricamente La Fundación Festival de La Leyenda Vallenata (FFLV) ha soportado el mayor peso del festival, y para esta versión 58 aumenta reafirma su papel como eje central del desarrollo cultural local con un leve pero significativo aumento del 2 % en su capacidad ofertada (pasando de 167.828 a 171.208 entradas). En contraste, los Promotores Varios (PV) — productores independientes y empresas culturales reducen su participación en un 24 %, lo cual representa una contracción de más de 27.000 boletos en el sistema general de eventos alternos. Esta redistribución sugiere una consolidación del liderazgo institucional de la FFLV y una mayor concentración del mercado cultural en torno a su programación.

Desde una perspectiva económica, este comportamiento puede interpretarse como una respuesta a múltiples factores: ajustes en costos operativos, estrategias de focalización del público, limitaciones logísticas o incluso cambios en las expectativas de retorno sobre la inversión de los eventos privados o independientes. 

Programación: más eventos, más oportunidades

Se estima que se realizarán más de 50 eventos en todo el festival. De las cuales se derivarán una serie de actividades culturales y musicales, que muestran un incremento en un 19.6 %, pasando de 194 en 2024 a 232 en 2025. Este salto no es menor: se trata de una expansión significativa del contenido ofertado, especialmente en los viernes (+35 actividades) y domingo (+4), que ahora gana protagonismo con seis eventos agendados.

Este incremento no solo amplía la variedad de experiencias para los asistentes, sino que también representa una oportunidad de dinamización económica para artistas, proveedores logísticos, técnicos y operadores turísticos. En cifras, es una apuesta clara por una economía creativa intensiva en talento y circulación simbólica. Es decir, el festival dejó de ser un solo gran concierto y se convirtió en una red de experiencias simultáneas. Lo que antes era concentración, ahora es circulación. Y esa circulación mueve la economía.

Precios: una pirámide tarifaria más sofisticada

Aunque la reducción de tiquetes económicos es evidente —se eliminan los boletos por debajo de $10.000 y caen en un 42 % los que están entre $10.000 y $50.000— el 2025 marca una sofisticación en la estructura de precios.

Los segmentos premium (entre $150.000 y $850.000) experimentan un alza sustancial. Por ejemplo, los boletos entre $150.001 y $250.000 aumentan en un 249 %, y aquellos entre $450.001 y $650.000 en un 70 %. Incluso los de más de un millón de pesos encontraron 5.770 compradores. 

¿Qué nos dice esto? Que el Festival ha entendido cómo segmentar audiencias y diseñar experiencias con valor percibido. En otras palabras: ha dejado de vender sillas para empezar a vender vivencias. Esto refleja una mayor confianza del público en pagar por experiencias exclusivas, pero también un reto: garantizar un valor percibido que justifique el costo.

Con esta redistribución, el festival está migrando de un modelo de masividad indiscriminada a uno de capitalización progresiva, donde se monetiza la experiencia sin sacrificar identidad ni acceso popular gracias a los eventos gratuitos que continúan vigentes.

De fiesta a fenómeno económico: un salto del 28 % en impacto total 

De acuerdo con las estimaciones realizadas por el autor, en 2025, el Festival proyecta un impacto económico total de $64.499 millones, lo que representa un crecimiento del 28 % frente a los $50.251 millones de 2024. 

Durante décadas, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV) fue el corazón logístico y financiero del evento. En 2025 seguirá liderando el impulso económico de la ciudad con recursos que superan los $37.786 millones, pero en esta versión se observa una leve disminución respecto al año anterior. Aunque sigue siendo el eje institucional, el descenso del 1,77 % sugiere una contención estratégica o un techo operativo alcanzado.

En cambio, los productores independientes y empresas culturales duplican su peso económico. Pasan de $11.782 millones a $26.712 millones, un asombroso aumento del 126,7 %. Esta expansión es más que una tendencia: es el síntoma de una nueva gobernanza del festival, en la que el sector privado ya no es espectador, sino coprotagonista de la escena cultural.

Los días en que el vallenato hace caja

A nivel de días, el miércoles ya no es un de calentamiento: en 2025 concentrará 20 actividades y un aforo de 59.040 asistentes, con un impacto económico cercano a los $1.000 millones de pesos. El jueves, históricamente fuerte, crece aún más, generando $15.874 millones. 

Pero el verdadero golpe maestro viene el viernes y sábado, que juntos movilizarán más de $47.625 millones entre entradas, consumo, hospedaje, gastronomía, transporte y experiencias asociadas. Esto convierte al sábado como el nuevo rey del gasto: 62.338 tiquetes, 65 actividades, y un impacto de $25.828 millones, seguido del viernes $21.797 millones casi igual al presupuesto anual de algunos municipios intermedios de Colombia. Una cifra que, si se mira con ojos económicos, convierte a un solo día de festival en un motor de escala regional.

La inactividad económica del lunes y martes se mantiene, pero esto representan espacios usados para la programación académica, patrimonial o de turismo cultural alternativo. Esto ratifica la hipótesis de que el clímax económico del festival ocurre en su recta final, coincidiendo con los eventos de mayor masividad y visibilidad mediática.

Este giro es mucho más que una cifra: es un cambio de lógica. Significa que el Festival está aprendiendo a monetizar mejor su infraestructura, su programación y su narrativa. Está logrando convertir la emoción en estrategia, la memoria en activo, la identidad en ingreso.

La comparación entre los ingresos estimados de los operadores del Festival de la Leyenda Vallenata entre 2024 y 2025 revela un giro significativo en la estructura económica del evento. Este ajuste podría obedecer a estrategias de moderación tarifaria, optimización del aforo o reconfiguración de su portafolio de eventos. 

El mensaje detrás de los datos

Quizás este sea el momento de preguntarnos qué queremos que sea el Festival de la Leyenda Vallenata en 2030. ¿Un espectáculo? ¿Un recuerdo? ¿Una fuente de ingresos para unos pocos? ¿O una plataforma para transformar la ciudad en un verdadero destino creativo?

Las cifras de 2025 nos dan una pista: Valledupar ya tiene el contenido, la historia y el talento. Lo que necesita ahora es visión. Porque el legado de Omar Geles no se honra solo cantando sus canciones, sino construyendo con ellas un nuevo capítulo donde cultura, economía y territorio suenen en la misma tonalidad.

Y si algún día el acordeón deja de sonar, que al menos nos quede la certeza de que lo supimos escuchar a tiempo.

Por: Fabián Dangond Rosado.

Estadígrafo musical e investigador de La Casa del Parrandero.

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