Dieciocho años después de su secuestro a manos de las Farc, el rostro del exalcalde de Valledupar Elías Ochoa Daza aún conserva el horror de la tragedia; tiene la mente intacta para detallar los momentos de angustia que vivió.
No olvida aquel 22 de marzo de 1998 cuando el grupo armado ilegal irrumpió en la finca California, zona rural del municipio de El Paso; allí estaba el hombre de 58 años en compañía de sus hermanos Eliécer y Víctor mirando unos cultivos de arroz cuando fueron retenidos.
Por más que Elías Ochoa corrió las piernas lo traicionaron y cayó en medio de matas de espina como él mismo recuerda. “Eran como las 11:30 de la mañana, nosotros sabíamos que la guerrilla estaba cerca, pero nos habían informado que el Ejército había tomado el control de la zona; de repente vimos que venían caminando hacia nosotros, pero todavía estaban lejos, tuve tiempo de correr como 300 metros, sin embargo me caí en medio de unas espinas y me dijeron ‘quieto’: no pude hacer más nada; de milagro no me dispararon. Mi hermano alcanzó a escapar”, recordó.
Desde ese momento, los días y las noches se hicieron más largos para alguien que acababa de dejar el primer cargo en la Alcaldía de Valledupar; lo boscoso de la Serranía del Perijá se convirtió en su hábitat ambulante. “Desde que me secuestraron me pasearon en mula por toda la Serranía, recuerdo que nos atravesaron por los playones de Media Luna, La Aurora, Callejón del Cerrejón, Arenas Blancas cerca de La Jagua de Ibirico, Poponte, nunca recibí un mal trato porque se dieron cuenta que yo era un campesino acostumbrado a tirar machete, ayudábamos mucho en las labores campesinas, eso hizo que nos ganáramos la confianza de ellos, duré siete meses y seis días en poder de las Farc: nuestra familia sufrió un daño económico terrible”.
¿Habló con Simón Trinidad?
Aunque nunca tuvo contacto cercano con Ricardo Palmera alias Simón Trinidad, Elías Ochoa Daza asegura que “siempre escuchaba su voz por los elementos de comunicación que usaban, era una voz inconfundible, yo le preguntaba a los guerrilleros que me custodiaban que cuándo me iban a soltar y me decían que por orden de Simón Trinidad había que esperar”.
Después de pagar una alta suma de dinero a la guerrilla de las Farc, Ochoa Daza fue liberado, sin embargo, cuatro años después el terror del secuestro lo volvió a tocar: Elías fue secuestrado el 13 de enero de 2002 por un comando paramilitar que incursionó en su finca bajo el mando de Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’.
La desdicha volvió a repetirse; fueron 80 días que duró el hombre oriundo del corregimiento de Patillal en poder de las Autodefensas; parecía que el infortunio se había ensañado con su destino. “Cuando fui secuestrado por los paramilitares, un señor al que apodaban ‘Cara Cortada’ o ‘Willintong’ me dijo que me buscara un millón de dólares y yo le respondí que nada más podía conseguir 10 y le firmaba un pagaré para después pagarle con cuotas, eso no le gustó al hombre y cortamos enseguida la conversación”, recordó.
Después de ese ‘vendaval’ de desgracias para él y su familia, Elías Ochoa Daza se atrevió a guiar por segunda vez los destinos de Valledupar: lo hicieron más fuerte por ser protagonista directo de una realidad violenta sembrada por los grupos armados.
Hoy tiene potestad para hablar del proceso de paz: por sus venas corre el sentimiento de perdón; no siente rencor y como uno de los 45 millones de colombianos anhela que la paz comience a gestarse con la entrega de armas y no con la dejación de las mismas.
EL PILÓN: ¿Cómo analiza estos cuatro años de negociaciones entre el Gobierno y las Farc?
Elías Ochoa Daza: Pienso que es una etapa necesaria para la paz de todos los colombianos, la mejor pelea es la que no se hace, es un escenario apropiado para concertar y dialogar; pero debe haber sinceridad, el hecho que las Farc desaparezcan no nos garantiza que haya paz, no puede haber paz si en algunos hogares falta la comida, pero el desarme de las Farc es el principio para aliviar el derramamiento de sangre en Colombia.
¿Usted le cree al Gobierno, le cree a las Farc?
Tengo escepticismo, no le creo a las Farc y Santos (Juan Manuel) ha generado muchas dudas, hay muchas cosas a la luz pública que no ha cumplido, ha postergado mucho las fechas para la firma de la paz, pero ojalá se den las cosas como se pintan, sería un paso histórico porque vi crecer la violencia y quiero verla morir.
¿Usted qué opina de las zonas de concentración acordadas entre las Farc y el Gobierno Nacional en el área rural del municipio de La Paz y en La Guajira?
En alguna parte había que reunir a los combatientes de las Farc, pero hay que ser cauteloso con esta medida, que se cumpla lo pactado, las autoridades deben ejercer total control a las actividades que allí se realicen.
¿Perdona a las Farc?
Por supuesto, si todo esto que se está dando en el proceso de paz contribuye a la misma, yo perdono a las Farc, en mi alma no hay rencores, pese al dolor que causó en mi familia, nos hicieron un daño económico, pero lo importante es que estamos vivos.
¿Cuánto le entregó la familia Ochoa Daza a la guerrilla y a los paramilitares por los diferentes secuestros de los que fueron víctimas?
Nosotros pagamos como 1.000 millones de pesos, eso ahora no importa, después de la muerte lo peor que le puede pasar al ser humano es estar secuestrado. Afortunadamente estamos vivos para contar todas estas experiencias horrorosas.
Ficha técnica
Nombre: Elías Guillermo Ochoa Daza
Origen: Patillal (Valledupar-Cesar)
Cargos: Alcalde de Valledupar (1995-1997 y 2001-2003); Gerente de Emdupar y Telecóm; Cónsul de Colombia en Venezuela.
En abril de 2000, el menor de los hermanos Ochoa Daza, José María, fue secuestrado por el grupo guerrillero del Eln, en su finca ‘Las Tangas’ al norte de Valledupar, donde sembraba un cultivo de arroz. Esa guerrilla lo liberó el 20 de junio de ese mismo año.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN











