El Centro Artesanal Calle Grande, uno de los referentes artesanales y turísticos de Valledupar, atraviesa una profunda crisis estructural que mantiene en alerta a sus arrendatarios. Luis Castellar Anillo, portavoz de los comerciantes, relató con preocupación: “La pared que se cayó lleva ahí años, la escalera está oxidada, las manillas son un peligro y todo eso le pertenece tanto a Mercabastos como a la Alcaldía”.
Según Castellar, el deterioro afecta tanto a comerciantes como a ciudadanos y turistas, además data de varias administraciones atrás. “Desde la inauguración, hace cerca de nueve años, los problemas persisten. Jamás han hecho mantenimientos al tanque de agua, el cielo raso y los baños quedaron inconclusos desde un principio. Las promesas han sido muchas, pero ninguna solución concreta”, explicó.
Baños en estado deplorable y uso con baldes
Una de las mayores vergüenzas y molestias para quienes dependen de Calle Grande es el estado de los baños. “Los turistas y los propios vendedores deben bajar la cisterna por medio de baldes. No existe un sistema adecuado y muchos visitantes, al ver esto, optan por irse. Eso nos afecta directamente en las ventas y en la imagen del centro”, señalaron comerciantes.
El sistema de abastecimiento es manual y antiguo: “Cuando hay agua, llenan los tanques con una motobomba y una manguera. Cuando no, nos las arreglamos como se pueda. El tanque, que tiene más de 23 años de uso, solo ha recibido mantenimiento una vez”, detalló el vocero.
Por su parte, la Alcaldía expidió el Decreto 847 de 2025, que regula el cobro y la prestación del servicio de baños públicos. En relación con el cobro de $2.000 por el uso de los baños en Calle Grande, el gremio de comerciantes sostiene que este valor es apenas simbólico e insuficiente, considerando que una trabajadora debe encargarse, bajo condiciones precarias, de subir baldes de agua y limpiar los baños, “ni siquiera recibe un salario mínimo por toda esa labor”, denuncian.
Promesas incumplidas y derecho de petición sin respuesta
Pese a las reuniones con el gremio de vendedores y promesas en campaña electoral, los comerciantes solo recibieron promesas. “El alcalde (Ernesto Orozco) vino antes de elecciones, escuchó, prometió hacer las obras. Jamás regresó, ni él ni la gerente. Lo mismo han hecho otros funcionarios: pasan el problema de una administración a otra, de la Alcaldía a Mercabastos y viceversa”, denunció Castellar.
La última acción concreta fue la radicación de un derecho de petición el pasado 26 de septiembre, dirigido a la Alcaldía y sustentado en la Constitución: “Solicito que se construyan nuevas unidades sanitarias o reparen las existentes, y que se tomen medidas para garantizar el acceso a los locales y mejorar la exhibición de mercancías. Llevamos años acudiendo a Mercabastos como administrador, pero nadie presta atención. Esta situación afecta la imagen de Valledupar frente a turistas y requiere intervención urgente”, cita el documento.
El techo deteriorado de Calle Grande muestra fragmentos desprendidos y representa un riesgo latente para comerciantes y visitantes. Foto: EL PILÓN.
Aunque la Alcaldía respondió el pasado 20 de octubre, argumentó que la responsabilidad recae sobre la gerente de Mercabastos y no es competencia directa de la administración de Ernesto Orozco.
Canon alto y falta de retribución
Mientras la crisis persiste, los comerciantes denuncian pagos mensuales que llegan hasta $800.000 por local, sin recibir en contraprestación condiciones dignas. “Los arriendos de los nuevos locales superan los $600.000, mientras pagamos por nuestro propio riesgo y a veces tenemos que arreglar los pisos de nuestro bolsillo. No hay quien responda”, reclamó el vocero.
Acciones prontas, no más dilaciones
En su escrito, Castellar concluye: “La imagen de la ciudad está comprometida y se requiere la intervención urgente de la administración municipal. No queremos más excusas, queremos soluciones de fondo”.
La comunidad de Calle Grande advierte que continuará con las jornadas de protesta y exigencias hasta obtener respuestas concretas y acciones inmediatas de la administración municipal. Insisten en que no pueden seguir esperando una próxima Alcaldía para que “arregle esto”—tal como proclama el lema del alcalde Ernesto Orozco—porque cada día de abandono pone en riesgo la historia, la identidad y la vocación turística de este emblemático espacio de Valledupar.














