Hace siete años, desde Valledupar, Cesar, Marian Almeira, poeta, escritora y periodista, decidió emprender un viaje distinto. No con las palabras, sino con las manos. Así nació Maarianh, un proyecto que comenzó con mochilas artesanales tinturadas con pigmentos naturales, llevando consigo el eco de los saberes ancestrales y un profundo respeto por la tierra.
Sin embargo, como todo lo auténtico, la marca evolucionó. Marian confiesa: “Al pasar el tiempo me di cuenta que, aunque estaba ofreciendo piezas propias, el producto no tenía un valor agregado y que muchas marcas estaban comercializando productos similares”. Esa reflexión la llevó a cuestionarse: ¿Cómo ofrecer un producto de larga duración, con identidad, que perdure en el tiempo y refleje verdaderamente su esencia como creadora?
Esa búsqueda marcó el inicio de una nueva etapa: la marroquinería artesanal. Lejos de recurrir a grandes fábricas o moldes industriales, Marian optó por aprender desde la raíz. “Me senté a escuchar a artesanos con más de 50 años de experiencia, de quienes aprendí el arte del cuero: su lenguaje, sus tiempos, su nobleza”, explica. Así, Maarianh se transformó en una marca donde cada pieza es testimonio de conocimiento transmitido y de transformación constante.
Lo que realmente diferencia a Maarianh no es solo su diseño o calidad, sino su firme compromiso con la sostenibilidad. Aunque trabaja con cuero, este proviene de un proceso consciente. “Como todo es una cadena circular, lastimosamente la industria cárnica está activa; esa industria genera grandes excesos de cuero animal que incluso a veces no se utiliza. Entonces lo que estamos haciendo es reciclar el producto y curtir con productos vegetales”, afirma. Gracias a este método, logran un impacto ambiental mucho menor: “Al hacerlo de esta manera, nosotros utilizamos menos del 60 % de agua que otros modelos de curtido, menos de la mitad”.
La marca fue relanzada con una colección profundamente arriesgada: “Quise lanzar y reactivar mi marca con esta colección que se llama: Alma Indómita”. Se trata de una invitación a abrazar la impermanencia, a entender que todo cambia y se transforma, pero que no todo necesariamente desaparece. Marian quería crear un producto que reflejara quién es y, en ese acto de sinceridad, ofrecer algo con lo que otros también pudieran sentirse identificados.
Hoy, Maarianh vende exclusivamente a través de canales virtuales, con presencia consolidada en ciudades como Bogotá, Barranquilla y otras regiones del país. A corto plazo, su objetivo es seguir conectando con personas que vean en sus piezas no solo un accesorio, sino una extensión de su historia personal. A mediano plazo, busca posicionarse a nivel regional y nacional, y a largo plazo sueña con ver su marca brillar más allá de las fronteras: “Es la primera empresa de marroquinería sostenible en el Cesar que está
a la altura de competir con otras marcas a las cuales admiro mucho como Vélez y Mario Hernández”.
El siguiente paso será llevar los productos a tiendas multimarcas y, eventualmente, abrir una tienda física propia. Un espacio donde las texturas, los colores naturales y la poesía de Maarianh puedan encontrarse cara a cara con quienes buscan algo más que moda: buscan significado.
Por: Karoll Duarte / Practicante de Areandina











