La economía colaborativa, también llamada como economía de plataformas, está formando parte del contexto mundial cambiando la manera en que se consumen y ofrecen los servicios. En general, consiste en el intercambio entre personas de servicios, bienes y tiempo, normalmente por medio de plataformas online.
Se trata de un modelo de negocio que se ha expandido en Colombia y brinda nuevas oportunidades, aunque también conlleva desafíos. Ya sea que se quiera encontrar un sitio para hospedarse, contratar un transporte o acceder a un servicio financiero de criptomonedas, donde el precio bitcoin hoy es crucial, la economía colaborativa está cambiando la dinámica del mercado.
Este fenómeno no es una tendencia que pasará con el tiempo, sino el reflejo de una transformación estructural que se ve incentivada por la tecnología, confianza y necesidad para mejorar los recursos.
La influencia de la tecnología y la confianza
El crecimiento de la economía de plataformas se ha generado por el progreso inesperado de las tecnologías móviles y la internet de alta velocidad. Las apps y plataformas sirven como terceros eficientes, conectando la demanda en tiempo real y la oferta. Se trata de disminuir de forma significativa el costo por operación y mejorar la comunicación.
Pero, la esencia de este modelo de negocio se encuentra en la confianza. Al contrario de las operaciones comunes con organizaciones establecidas, el intercambio colaborativo suele requerir de la interacción con terceros. Los sistemas de reseñas y clasificación son esenciales para crear confianza. En el caso de los colombianos, estos confían más en la experiencia de otros al momento de tomar una decisión, haciendo que los proveedores deban mantener estándares de calidad altos, así como una mayor seguridad para una mejor reputación digital.
Oportunidades y desafíos en el mercado colombiano
En Colombia, la economía colaborativa ha sido objeto de un debate importante. Por una parte, brinda oportunidades para adquirir más ingresos, sirviendo como una canal de alivio ante el desempleo o fuente de ingresos extra. En otros mercados, como el de transporte, con apps de movilidad y alojamiento, se ha visto la creación de microemprendedores.
Por otra parte, este modelo de negocio tiene desafíos legales importantes. La falta de una legislación fiscal y laboral ha causado problemas en varios sectores tradicionales, tales como el de hotelería formal y los taxistas, indicando que la competencia no es equitativa. El reto para la gobernación de Colombia es lograr que la balanza no se incline a favor de ningún comercio, favoreciendo la innovación y equidad, al mismo tiempo que garantiza el cumplimiento con las necesidades fiscales de las plataformas y quienes prestan los servicios.
La economía colaborativa y su impacto en la sostenibilidad
La economía colaborativa no impacta solamente en los proveedores, sino que cambia el estilo de vida de los colombianos. Ahora es posible acceder a bienes sin poseerlos, tal como alquilar un equipo en vez de comprarlo, lo que permite que exista un modelo de consumo sostenible y eficiente.
Se trata particularmente de algo esencial para los países con recursos limitados. Pues, al maximizar el uso de activos subutilizados, tal como un coche usado o un cuarto vacío, disminuye la necesidad de nueva producción, así como la huella de carbono. Este cambio en las tendencias de consumo promueve un futuro económico más compartido y consciente.
Economía colaborativa y las criptomonedas
La relación entre la economía colaborativa y las criptomonedas se fundamenta en algo que ambas partes comparten: la descentralización. Plataformas de economía colaborativa como Binance están descentralizadas, además son intermediarios que simplifican y garantizan las operaciones de cambio con una comisión.
Es en este punto donde la red blockchain cobra importancia, pues es la base de las criptomonedas. La misma permite crear plataformas de economía colaborativa descentralizadas que trabajen sin limitaciones. Esto se consigue por medio:
- Pagos P2P. Las monedas digitales evitan tener que acudir a intermediarios bancarios, facilitando que los pagos vayan directo al comprador o vendedor, evitando tarifas adicionales, una ventaja clave para las personas en Colombia que hacen remesas internacionales.
- Smart Contracts. Son contratos digitales que se ejecutan de forma automática en el momento que las condiciones se cumplen, es decir, se libera el pago cuando el receptor hace check-out. De este modo, se asegura la confianza y seguridad sin necesidad de acudir a terceros corporativos o humanos, manteniendo la filosofía del intercambio persona a persona.
A pesar de que emplear estas plataformas descentralizadas en Colombia sigue siendo incipiente, la nación, con el aumento de su interés por los activos digitales, es el lugar ideal para que la tecnología blockchain y las criptomonedas se conviertan en impulsoras de la economía colaborativa. Esto la hará más transparente y justa para quienes decidan participar, al dar ese valor que en el pasado obtenía el intermediario.
En general, el crecimiento de la economía colaborativa es una tendencia que no se puede detener y que está cambiando el mercado colombiano. Incentivado por la tecnología y el pensamiento cultural dirigido a la optimización de recursos, brinda varias oportunidades para crear ingresos y lograr un consumo sostenible. El hecho de contar con la red blockchain y las monedas digitales asegura que el futuro sea aún más descentralizado.
