CULTURA

La tradición de los añoviejos en Valledupar sigue viva en 2025: así se prepararon los vallenatos para recibir el 2026

La tradición de los añoviejos tiene sus raíces en antiguos ritos de purificación y renovación asociados al fuego.

La tradición de la quema de los ‘año viejos’ sigue viva en Valledupar. Foto: Said Armenta.

La tradición de la quema de los ‘año viejos’ sigue viva en Valledupar. Foto: Said Armenta.

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El año que hace 365 días era el nuevo está a punto de convertirse en Nochevieja. 2025 llega a su fin y en Valledupar muchos miran el 2026 con ambición, mientras otros lo hacen con una carga de supersticiones y rituales heredados.

Cada 31 de diciembre, la ciudad se convierte en escenario de prácticas simbólicas destinadas a atraer prosperidad para el año venidero. Una de las más representativas es la quema de los añoviejos, muñecos elaborados con tela o cartón, rellenos de trapos y, en algunos casos, pólvora, que se incineran justo cuando el reloj marca la medianoche.

Cada 31 de diciembre se convierte en el escenario de rituales destinados a atraer la prosperidad para el año venidero. Foto: Said Armenta.

Cada 31 de diciembre se convierte en el escenario de rituales destinados a atraer la prosperidad para el año venidero. Foto: Said Armenta.

Estos muñecos no solo simbolizan el paso del tiempo, sino que también funcionan como una forma de crítica social y política, al representar personajes públicos, figuras de la cultura popular o hechos que marcaron el año que termina.

Aún quedan hogares que anualmente siguen despidiendo el año. Foto: Said Armenta.

Aún quedan hogares que anualmente siguen despidiendo el año. Foto: Said Armenta.

 Origen y significado 

La tradición de los añoviejos tiene influencia en antiguos ritos europeos de purificación mediante el fuego, como la quema del Judas, traídos a América durante la colonización española. Con el tiempo, la costumbre se transformó y encontró especial arraigo en Ecuador, donde en el siglo XIX se popularizó la quema de monigotes para “limpiar” el ambiente durante epidemias.

La práctica se integró luego a la cosmovisión indígena andina, que concibe el tiempo como un ciclo de muerte y renacimiento. Bajo esta mirada, el fuego no destruye: transforma.

Para muchas familias vallenatas, la quema del año viejo representa la despedida simbólica de un año con alegrías y dificultades, y la apertura de un nuevo ciclo cargado de esperanza.

 Una tradición que persiste 

Aunque con los años muchas costumbres decembrinas han ido desapareciendo, en Valledupar aún hay hogares que mantienen viva esta tradición.

Varios vallenatos le contaron a EL PILÓN cómo se prepararon para recibir el año nuevo con sus ‘año viejos’. Foto: Said Armenta.

Varios vallenatos le contaron a EL PILÓN cómo se prepararon para recibir el año nuevo con sus ‘año viejos’. Foto: Said Armenta.

“La tradición de nosotros es hacer el año viejo, quemar todo lo malo que nos dejó el año y recibir el nuevo con prosperidad, salud y vida”, expresó Yudith Garrido Herrera a EL PILÓN.

Martha Vega, por su parte, hizo un llamado a evitar el uso de pólvora: “Ese no es el sentido del año viejo. La tradición es para que se vayan las malas energías, no para fomentar un peligro”.

Desde EL PILÓN, la invitación es a celebrar el cierre del año y la llegada del 2026 con responsabilidad, evitando el uso de pólvora y las conductas de riesgo, para que la tradición continúe sin tragedias.

Por: Alfredo José García Betancourt, Betan

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