Este balcón insignia de la historia del viejo Valledupar, que se habría construido justo al iniciar el siglo XVIII, ha sido el santuario materno que ha servido de abrigo a la familia Ustáriz.
Ubicado en el sector fundacional de la ciudad, en la calle de la Estrella (carrera Quinta), que en 1857 se distinguía con el número 29, fue llamado el Balcón Viejo durante la Independencia, en contraste con el Balcón Nuevo, edificado 90 años después, propiedad del alférez real Vicente Maestre, en la Plaza de la Constitución, hoy plaza Alfonso López.
Por ser capellanía del Señor de la Columna, fue habitado por personajes eclesiásticos importantes en la época, entre ellos el presbítero Juan Bautista Rodríguez, venezolano y confesor de la heroína María de la Concepción Loperena Ustáriz. Esta, a su vez, tenía un parentesco con el sobrino del segundo marqués de Ustáriz, quien era esposo de una tía materna de Simón Bolívar. Este marqués acogió a Bolívar en España y fue quien lo presentó a la realeza y lo preparó, posteriormente, para liderar la independencia de América, convirtiéndose en el Libertador, relación cuya existencia ha defendido la historiadora y antropóloga Ruth Ariza Cotes.
Vivió también en esta casa balcón el sacerdote José Félix Blanco, secretario privado de Bolívar desde 1823 hasta 1826. Este era primo hermano de la madre del Libertador.
Fue Blanco el capellán del ejército patriota. Habría combatido en 40 batallas en la Gran Provincia de Santa Marta; fue pacificador de insurgentes y derrotó, junto con 400 hombres, a la tropa realista comandada por Juan Salvador Anselmo Daza y otros. Su secretario, José Vicente Ustáriz, quien para ese entonces residía en el Balcón, firmó el acta de independencia de Valledupar.
El Balcón sirvió de garita y observatorio durante la Independencia, y se podría decir que fue el balcón de los patriotas, al convertirse en un fuerte de guerra desde el cual se divisaba la hoy plaza Alfonso López, siendo un punto estratégico para defenderse del enemigo.
Debido al deterioro de su estructura, fue restaurado en agosto del año 2007 por el arquitecto fallecido Edgar Cárdenas Ustáriz, hijo de Elba Gracia Ustáriz Villazón y del reconocido ebanista y artesano de la región, Augusto Manuel Cárdenas Castellanos, quienes posteriormente se convirtieron en propietarios, manteniendo así la histórica propiedad en el seno familiar que conformaron junto a sus ocho hijos, los cuales aún conservan la casa. En Valledupar, en una época, se le denominaba como el Balcón de Castellano, pues el apellido identificaba su raigambre castellana.
La casa será objeto de eventos en la ciudad y de importantes recepciones privadas. En esta FELVA 2025 dará comienzo la conferencia del director de Arqueología del ICANH, Juan Pablo Ospina, este sábado 7 a las 10:30 a. m., titulada ‘Tierras que hablan: arqueología y herencia prehispánica’.
Por: Redacción EL PILÓN.










