¡Valledupar corrió, vibró y gozó con la media maratón! Este domingo 12 de octubre, las calles de la capital del Cesar se llenaron de más 3.000 corredores que, con pasión y entrega, participaron en la Media Maratón de Valledupar, una fiesta atlética que demostró que en la ciudad cada días son más los vallenatos que practican deportes y están preocupados por el bienestar físico.
Desde tempranas horas de la madrugada, el parque de la Leyenda Vallenata, recibió a retadores oriundos de países como Ecuador, México, Venezuela y Panamá. Adultos, jóvenes, niños y adolescentes midieron su resistencia en los trayectos de 5k, 10k y 21k. Del total de los fondistas que participaron, 1.677 llegaron de 24 departamentos del país.
Aunque los participantes provenían de diferentes ciudades, compartían un objetivo común: cruzar la meta. Sin embargo, cada corredor dentro de sus coloridos zapatos escondía su propia historia, y un propósito que en el calentamiento empezó a correr en las gotas de sudor que resbalaban por sus rostros ante la ansiedad y el nerviosismo que se respiraba en el abarrotado parque.
Finalizado el calentamiento que inyectó en los corredores una adrenalina sin precedentes, la marea de corredores se acercó a la salida por grupos. El ambiente era pesado, la temperatura estaba elevada y los cuerpos se rozaban unos con otros. No había cabida para pequeñeces como el espacio personal, cada centímetro vale para acercarse más a la salida.
Trayectos de sueños
Las palabras de ánimo de los organizadores disparan aún más la ansiedad de los atletas que están expectante a la orden de salida. “Avancen hasta la salida el primer grupo de los 21k”, dice con emoción uno de los animadores de la carrera. Los zapatos de la masa de corredores se despega del asfalto para abarrotarse en la línea que los separa del ansiado trayecto que esperan superar: “inicia el conteo”.
Dan la señal de salida y sale la gente pasada las cinco de la mañana como una manada de caballos desbocados. El espacio sigue siendo poco y las pisadas en los zapatos no se hacen esperar ante la emoción desenfrenada de aquellos que han entrenado durante meses para una carrera que no durará más de tres horas.
Como una avalancha siguieron los de 10k aún más ansiosos al ver a sus “ejemplos” a seguir, y cerrando la marea de corredores los de 5k entraron a la carrera. Sin creerse menos que sus compañeros de mayor kilometraje, se abrieron paso con historias conmovedoras como la de una mujer embarazada que corrió cinco kilómetros que fueron para ella metros de vida en los que se demostró a sí misma que no hay reto que no pueda superar.
La vida se celebra en cada metro
Para correr, aunque se lea “crudo” no se necesitan piernas; se necesita disciplina, constancia, resistencia y una meta que atravesar. Uno de los participantes, en silla de ruedas, fue ejemplo para los más de 3.000 corredores que participaron en esta edición. Con un ritmo constante recorrió las coloridas calles de Valledupar dejando a su paso una lección silenciosa “los obstáculos son excusas para no intentarlo”.
Las carreras atléticas no discriminan, aceptan a quien quiera asumir el reto y Valledupar ya demostró que no le teme a ello y seguirá haciéndolo. El próximo 26 de octubre se llevará a cabo la carrera ‘Las Calles se Visten de Rosa’ en su quinta edición. Una carrera que estará cargada de historias de vida de familias y mujeres que luchan o han luchado contra una enfermedad que no distingue edad, estrato social o lugar de origen, el Cáncer.











