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Columnista - 23 abril, 2014

¿UN Cesar, es otro orangután?

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan debieron haber propuesto escribir esta columna sobre la vida, obra y muerte de nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, en vez de azuzar el fuego del tremendo ¿elefante blanco? en el que se están invirtiendo miles de millones de pesos, como lo es la utópica sede en […]

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan debieron haber propuesto escribir esta columna sobre la vida, obra y muerte de nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, en vez de azuzar el fuego del tremendo ¿elefante blanco? en el que se están invirtiendo miles de millones de pesos, como lo es la utópica sede en Valledupar de la prestigiosa Universidad Nacional de Colombia.

Se afirma que el exgobernador, Cristian Moreno, usando artimañas legales logró comprar el lote (50 ha.) más caro del mundo por $1.400 millones al hacendado Alcides Manuel Morón, predio conocido en el municipio de La Paz como “El Mamón de Callejas”, para construir el campus universitario de la UN.

Mis consejeros periodísticos sostienen que dicha idea nació muerta, improvisada, sin un hálito de vida, en contraste con la ciencia que exige rigor. Así es.

Nació sin vida porque no se hizo un estudio, un proyecto, con resultados que señalaran las conveniencias, las externalidades, ni mucho menos una verificación del grado de logro de objetivos y metas formuladas.

Mis consejeros entendían que la sede de la UN era para pregrados, dizque para que nuestros jóvenes bachilleres pudieran tener acceso a estudios universitarios dada la incapacidad de cobertura que tiene la UPC para albergar a los miles de bachilleres que cada año egresan de los colegios. Es que el presupuesto de la UPC es irrisorio ($60 mil millones) frente al billón de pesos que tiene la UN.

Pero no. Lo que pregonó el entonces gobernante (de lamentables recuerdos) fue la edificación de una sede de la UN solo para postgrados.

Olvidó el entonces gobernante y sus acólitos consejeros que hace años la Universidad Popular del Cesar tiene convenios con la UN para programas de postgrados y son muchos los profesionales de la región que han obtenido esos títulos en Valledupar.

Entonces, ¿para qué invertir tanto dinero en una obra inoficiosa?, lo mejor hubiese sido fortalecer las arcas de la UPC y subsidiar a los profesionales para su cualificación. Claro que mis consejeros periodísticos sostienen que primero habría que hacer una depuración interna y externa de la Universidad Popular del Cesar para que los nuevos recursos no fueran a ser dilapidados por inescrupulosos funcionarios.

Lo otro es la aprobación que hizo la sesión del Órgano Colegiado de Administración y Decisión OCAD, al darle vía libre al proyecto por valor cercano a los $40 mil millones. Inclusive, el actual Gobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco adjudicó la licitación pública a una unión temporal de nombre Uninal Cesar, conformado por las firmas Vera Construcciones Sucursal Colombia y Benjamín Tomás Herrera.

El contrato de obra 0020812 del 26 de junio de 2013, se le otorgó a esta unión la licitación para que empezara a construir la primera fase de lo que sería el campus universitario de la UN. El contrato fue firmado por $38.388.365.865.

Todo mundo pregunta: ¿La UN será para albergar 2.600 estudiantes de pregrado o será solo para programas de postgrados? ¿Para qué invertir $42 mil millones en una obra cuando no se tienen por lo menos $30 mil millones al año para los gastos administrativos de funcionarios, docentes, logística y otros. ¿Quiénes responderán por este orangután blanco? Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.

Columnista
23 abril, 2014

¿UN Cesar, es otro orangután?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan debieron haber propuesto escribir esta columna sobre la vida, obra y muerte de nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, en vez de azuzar el fuego del tremendo ¿elefante blanco? en el que se están invirtiendo miles de millones de pesos, como lo es la utópica sede en […]


Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan debieron haber propuesto escribir esta columna sobre la vida, obra y muerte de nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, en vez de azuzar el fuego del tremendo ¿elefante blanco? en el que se están invirtiendo miles de millones de pesos, como lo es la utópica sede en Valledupar de la prestigiosa Universidad Nacional de Colombia.

Se afirma que el exgobernador, Cristian Moreno, usando artimañas legales logró comprar el lote (50 ha.) más caro del mundo por $1.400 millones al hacendado Alcides Manuel Morón, predio conocido en el municipio de La Paz como “El Mamón de Callejas”, para construir el campus universitario de la UN.

Mis consejeros periodísticos sostienen que dicha idea nació muerta, improvisada, sin un hálito de vida, en contraste con la ciencia que exige rigor. Así es.

Nació sin vida porque no se hizo un estudio, un proyecto, con resultados que señalaran las conveniencias, las externalidades, ni mucho menos una verificación del grado de logro de objetivos y metas formuladas.

Mis consejeros entendían que la sede de la UN era para pregrados, dizque para que nuestros jóvenes bachilleres pudieran tener acceso a estudios universitarios dada la incapacidad de cobertura que tiene la UPC para albergar a los miles de bachilleres que cada año egresan de los colegios. Es que el presupuesto de la UPC es irrisorio ($60 mil millones) frente al billón de pesos que tiene la UN.

Pero no. Lo que pregonó el entonces gobernante (de lamentables recuerdos) fue la edificación de una sede de la UN solo para postgrados.

Olvidó el entonces gobernante y sus acólitos consejeros que hace años la Universidad Popular del Cesar tiene convenios con la UN para programas de postgrados y son muchos los profesionales de la región que han obtenido esos títulos en Valledupar.

Entonces, ¿para qué invertir tanto dinero en una obra inoficiosa?, lo mejor hubiese sido fortalecer las arcas de la UPC y subsidiar a los profesionales para su cualificación. Claro que mis consejeros periodísticos sostienen que primero habría que hacer una depuración interna y externa de la Universidad Popular del Cesar para que los nuevos recursos no fueran a ser dilapidados por inescrupulosos funcionarios.

Lo otro es la aprobación que hizo la sesión del Órgano Colegiado de Administración y Decisión OCAD, al darle vía libre al proyecto por valor cercano a los $40 mil millones. Inclusive, el actual Gobernador Luis Alberto Monsalvo Gnecco adjudicó la licitación pública a una unión temporal de nombre Uninal Cesar, conformado por las firmas Vera Construcciones Sucursal Colombia y Benjamín Tomás Herrera.

El contrato de obra 0020812 del 26 de junio de 2013, se le otorgó a esta unión la licitación para que empezara a construir la primera fase de lo que sería el campus universitario de la UN. El contrato fue firmado por $38.388.365.865.

Todo mundo pregunta: ¿La UN será para albergar 2.600 estudiantes de pregrado o será solo para programas de postgrados? ¿Para qué invertir $42 mil millones en una obra cuando no se tienen por lo menos $30 mil millones al año para los gastos administrativos de funcionarios, docentes, logística y otros. ¿Quiénes responderán por este orangután blanco? Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.