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Columnista - 9 febrero, 2011

Sugerencias a los candidatos

Por: Basilio Padilla Con la idea de mejorar nuestra cultura política y erradicar la corrupción de todos los círculos públicos y privados, algunas sugerencias avanzarían la causa de la transparencia en los distintos candidatos que hoy piensan lanzarse a oficinas públicas. Demás está decir que este servidor sería el primero en iniciar estas sugerencias, que […]

Por: Basilio Padilla

Con la idea de mejorar nuestra cultura política y erradicar la corrupción de todos los círculos públicos y privados, algunas sugerencias avanzarían la causa de la transparencia en los distintos candidatos que hoy piensan lanzarse a oficinas públicas.
Demás está decir que este servidor sería el primero en iniciar estas sugerencias, que a la postre son requeridas en distintos países y regiones. En mi reciente entrevista en el programa “Al Ruedo” de radio Guatapuri, fue acertada la pregunta del Dr. Andrés Molina, de donde provendrían los recursos para financiar la campaña. Aunque la respuesta que he  escuchado de los distintos candidatos es siempre la misma, deben existir los medios legales de prevenir que dineros oscuros no sean parte de esto, donde en efecto la confianza pública está en juego.
Pero tenemos que ir más allá de esta pregunta y tener claridad de otros aspectos, como son los siguientes: hacer pública la declaración de renta del candidato; la salud del candidato a través del médico de cabecera; hábitos de alcohol y cigarrillos; situación familiar y atención a sus hijos, así como también investigaciones y situaciones legales. Todos estos elementos deben ser corroborados, en cierta forma, ya que nosotros los latinoamericanos somos muy dados a la creación de situaciones ficticias y a manejar hechos para nuestro propio beneficio.
La situación de privacidad voluntariamente la perdemos cuando nos lanzamos de candidatos y deseamos representar a un número considerable de ciudadanos. Esa privacidad pertenece a aquellas personas que desean saber todos los detalles de los candidatos para así tomar la decisión correcta. Es muy bien sabido los gastos exagerados de algunas corporaciones electoreras, donde no existe ningún control en cuanto a las contribuciones económicas a ciertos candidatos. Esto conlleva a la situación donde prácticamente estas posiciones de elección pública “son compradas” con la fuerza económica que esto  representa. Sería difícil controlar esta situación en un departamento donde la necesidad y la pobreza reinan por todas partes.
Lo mismo sucede el día de las elecciones, donde cada candidato  asigna una determinada suma de dinero para “la compra” y donde la consigna es que el que no compra, no gana.
Cuando participé en la elección a la gobernación, en el año 2000, hubo mucha insatisfacción en algunos miembros de mi grupo, debido a la orden rotunda que yo di fue la de no comprar un solo voto. Por supuesto, el día de las elecciones me di cuenta de la compra descarada que ocurría en todas partes.
Recientemente en una visita que hice a Pelaya,  y en un recorrido por los barrios me llamó la atención una Sra. al expresar que ella vendía todos los  votos de su familia y eso era realmente todo lo que ella ganaba de los políticos.
En columnas pasadas también he hecho alusión a los topes de gastos especificados legalmente y a los cuales nadie les da cumplimiento. Otro  aspecto de nuestras elecciones es la movilización masiva de transporte, donde miles de busetas son enviadas a los barrios  de la ciudad, y donde después de darle algo a esas personas humildes todas son puestas en esos vehículos como ganado y con la ayuda de un guía son instruidas por quien votar y en muchas ocasiones son  abandonados  después de haber cumplido el objetivo.
No es extraño decir que hoy en día una campaña a la gobernación puede salir hasta por más de 10.000 millones de pesos. Imagínense Uds. cuantos contratos no se tienen que dar para recuperar todo eso y más.
Estoy de acuerdo con el Dr. Edgardo Maya, que ya – en el Cesar- las campañas son una competencia económica y no ideológica. Iniciemos esta discusión y dejemos que la gente vote libremente, por opinión, por programas, por hojas de vida, por integridad, honestidad y transparencia.

[email protected]

Columnista
9 febrero, 2011

Sugerencias a los candidatos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla Con la idea de mejorar nuestra cultura política y erradicar la corrupción de todos los círculos públicos y privados, algunas sugerencias avanzarían la causa de la transparencia en los distintos candidatos que hoy piensan lanzarse a oficinas públicas. Demás está decir que este servidor sería el primero en iniciar estas sugerencias, que […]


Por: Basilio Padilla

Con la idea de mejorar nuestra cultura política y erradicar la corrupción de todos los círculos públicos y privados, algunas sugerencias avanzarían la causa de la transparencia en los distintos candidatos que hoy piensan lanzarse a oficinas públicas.
Demás está decir que este servidor sería el primero en iniciar estas sugerencias, que a la postre son requeridas en distintos países y regiones. En mi reciente entrevista en el programa “Al Ruedo” de radio Guatapuri, fue acertada la pregunta del Dr. Andrés Molina, de donde provendrían los recursos para financiar la campaña. Aunque la respuesta que he  escuchado de los distintos candidatos es siempre la misma, deben existir los medios legales de prevenir que dineros oscuros no sean parte de esto, donde en efecto la confianza pública está en juego.
Pero tenemos que ir más allá de esta pregunta y tener claridad de otros aspectos, como son los siguientes: hacer pública la declaración de renta del candidato; la salud del candidato a través del médico de cabecera; hábitos de alcohol y cigarrillos; situación familiar y atención a sus hijos, así como también investigaciones y situaciones legales. Todos estos elementos deben ser corroborados, en cierta forma, ya que nosotros los latinoamericanos somos muy dados a la creación de situaciones ficticias y a manejar hechos para nuestro propio beneficio.
La situación de privacidad voluntariamente la perdemos cuando nos lanzamos de candidatos y deseamos representar a un número considerable de ciudadanos. Esa privacidad pertenece a aquellas personas que desean saber todos los detalles de los candidatos para así tomar la decisión correcta. Es muy bien sabido los gastos exagerados de algunas corporaciones electoreras, donde no existe ningún control en cuanto a las contribuciones económicas a ciertos candidatos. Esto conlleva a la situación donde prácticamente estas posiciones de elección pública “son compradas” con la fuerza económica que esto  representa. Sería difícil controlar esta situación en un departamento donde la necesidad y la pobreza reinan por todas partes.
Lo mismo sucede el día de las elecciones, donde cada candidato  asigna una determinada suma de dinero para “la compra” y donde la consigna es que el que no compra, no gana.
Cuando participé en la elección a la gobernación, en el año 2000, hubo mucha insatisfacción en algunos miembros de mi grupo, debido a la orden rotunda que yo di fue la de no comprar un solo voto. Por supuesto, el día de las elecciones me di cuenta de la compra descarada que ocurría en todas partes.
Recientemente en una visita que hice a Pelaya,  y en un recorrido por los barrios me llamó la atención una Sra. al expresar que ella vendía todos los  votos de su familia y eso era realmente todo lo que ella ganaba de los políticos.
En columnas pasadas también he hecho alusión a los topes de gastos especificados legalmente y a los cuales nadie les da cumplimiento. Otro  aspecto de nuestras elecciones es la movilización masiva de transporte, donde miles de busetas son enviadas a los barrios  de la ciudad, y donde después de darle algo a esas personas humildes todas son puestas en esos vehículos como ganado y con la ayuda de un guía son instruidas por quien votar y en muchas ocasiones son  abandonados  después de haber cumplido el objetivo.
No es extraño decir que hoy en día una campaña a la gobernación puede salir hasta por más de 10.000 millones de pesos. Imagínense Uds. cuantos contratos no se tienen que dar para recuperar todo eso y más.
Estoy de acuerdo con el Dr. Edgardo Maya, que ya – en el Cesar- las campañas son una competencia económica y no ideológica. Iniciemos esta discusión y dejemos que la gente vote libremente, por opinión, por programas, por hojas de vida, por integridad, honestidad y transparencia.

[email protected]