Hoy es un día especial para Valledupar, Lunes Santo, el día del patrono de la ciudad, el Santo Ecce Homo.   Es legendaria y famosa la fe que históricamente los vallenatos le han profesado a este beato. Se habla inclusive del Ecce Homo del Valle, pero su figura es muy adorada en el santoral católico, tanto en España, como en distintas partes de América Latina y de Colombia, inclusive en municipios como Villa de Leyva, en Boyacá, hasta en el Chocó, entre otras poblaciones.
No obstante, la fe de los vallenatos en su santo es inmensa; es una mezcla de devoción, cariño, respeto, admiración y hasta miedo…, nos atrevemos a decir, la que sienten hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos por el Ecce Homo, al que se le atribuyen muchos milagros y leyendas, que son los que fundamentan esa firme creencia.
Las misas de hoy, con motivo de la conmemoración del Ecce Homo, tienen la gran significación que serán oficiadas por Nuncio Apostólico, el representante del Estado Vaticano en Colombia, su excelencia Aldo Cavalli, quien nos honra con su presencia, y la misma ratifica la importancia que Roma y el episcopado colombiano le dan a la fe de los vallenatos.
Destacamos que su santidad, Benedicto XVI, haya delegado en su representante en Colombia, visitar a esta egregia ciudad para acompañar a la amplia y devota feligresía del Santo negro, tan querido para los vallenatos y miles de personas en toda la Región Caribe. Bienvenido su excelencia.
Ayer, precisamente, el Santo Padre, Benedicto XVI, en su mensaje al mundo, con motivo de la celebración del Domingo de Ramos, pidió de manera especial y explícita por la paz de Colombia. Por que cese la violencia en nuestro país y por el resarcimiento a las víctimas de esa violencia, quienes perdieron sus vidas y sus bienes en manos de los distintos actores del conflicto que padece nuestro país.
Al igual que la feligresía de Valledupar, esperamos con mucha expectativa las palabras del Nuncio y sus mensajes para Valledupar, la Costa y Colombia.
Sin embargo, como simples laicos, nos atrevemos a realizar nuestras plegarias al Santo Ecce Homo, también por la paz de Colombia y en particular de la Región Caribe, el departamento del Cesar y Valledupar. Que cese la violencia y la inseguridad en estos territorios, como bien lo ha pedido en declaraciones para este diario, nuestro Obispo, Monseñor, Oscar José Vélez Isaza.
Pedimos al Santo Ecce Homo que nos de la sabiduría para administrar los recursos naturales con los cuales ha bendecido este hermoso Valle. Que nos de el discernimiento para elegir a gobernantes honestos, probos y trabajadores, comprometidos con las causas de la justicia social, la distribución de la riqueza y la lucha contra la inequidad y la pobreza, fundamento de muchos de nuestros males.
Rogamos porque nuestros empresarios, ganaderos y agricultores, etc, puedan progresar,  generar empleo y cumplir con el pago de los salarios y los costos de la seguridad social.
Pero también pedimos para que esa pobreza, en algunos casos extrema, no sea el argumento para justificar la lucha de clases y la violencia, como algunas ideologías pretender hacerlo.
Le rogamos a Santo Ecce Homo que las nuevas generaciones de vallenatos, quienes han tenido la oportunidad de estudiar y prepararse mejor que sus abuelos, no sean inferiores a la obra que estos realizaron cuando crearon este departamento, el Cesar, llamado a convertirse en el departamento “piloto” de Colombia y en tierra de promisión para miles de personas y familias procedentes de todos los rincones de la Costa Atlántica y de Colombia entera, como bien lo vislumbró el expresidente, Alfonso López Michelsen cuando asumió como su primer gobernador.
Te pedimos Señor por que reine la armonía en los miles de hogares de este departamento y de todo el país; que termine la violencia intrafamiliar, que tengamos más empleos, ingresos y que hasta los más pobres puedan calmar el hambre gracias a la solidaridad de sus semejantes y a las políticas públicas diseñadas para socorrerlo. Y finalmente, rogamos que escuches las plegarias de los miles de vallenatos y vallenatas que son gente buena, honesta y trabajadora, que renuevan hoy su fe en ti, su Santo patrón, y en el Dios de los católicos que nos legaron nuestros antepasados. Amén.