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Deportes - 8 agosto, 2013

Sin seguidores ni políticos, Óscar Muñoz le dio gracias a Dios

Con una eucaristía el Taekwondoga Oscar Muñoz, celebró hoy el triunfo de haber conseguido la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Óscar Muñoz agradeció a los pocos asistentes a la iglesia la Concepción de Valledupar. Aseguró que no le importa si recuerdan o no el día histórico. EL PILÓN / Cortesía Hernando Vergara.
Óscar Muñoz agradeció a los pocos asistentes a la iglesia la Concepción de Valledupar. Aseguró que no le importa si recuerdan o no el día histórico. EL PILÓN / Cortesía Hernando Vergara.

Con sus dos compañeros de guerra, Álvaro Vidal e Irma Gómez, sin tener un escolta a su espalda, y con la firme convicción de agradecerle a Dios por la medalla de bronce conseguida hace un año en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, llegó Óscar Luis Muñoz Oviedo a la parroquia Inmaculada Concepción.  

La mañana de hoy era diferente. Aunque Muñoz Oviedo asegura que cada día al levantarse se encomienda y da gracias a Dios por el histórico logro, hace 365 días, a las 8:00 de la mañana era un completo desconocido en el deporte del taekwondo, y simplemente buscaba la consagración divina ante el mundo entero. 

La eucaristía ofrecida por la Asociación de Periodistas Deportivos del Cesar, Acord- Cesar, estuvo a cargo del párroco, Jesús Alberto Torres Ariza, quien en su homilía dijo a Muñoz y a los pocos asistentes: “Una medalla es un triunfo, pero no se puede olvidar que es una gloria de Dios, una corona se marchita, un deportista si deja de practicar pierde la rutina y si el ser humano deja a un lado la oración, se va perdiendo la vida cristiana”. 

“Hay que trabajar muy fuerte como decía el padre. Agradecido con las personas que vinieron y decirle gracias a los periodistas deportivos. Esperemos que Dios me ayude para clasificar a los Olímpicos de Río de Janeiro 2016”, exclamó el medallista. 

“Esto es un aliciente para Óscar debido a que no atraviesa un nivel deportivo muy bueno”, expresó el presidente de Acord, Yimis Núñez Hurtado.

Por su parte, Irma Gómez advirtió que “esto ha sido importante porque se debe recalcar lo bueno y no lo malo que ha pasado con Óscar Muñoz”.  

Alcalde y Gobernador: Solo vitrina 

El campeón olímpico se sentó en la primera banca de la parroquia, a su lado estaba su entrenador Álvaro Vidal Martínez, la presidenta de la Liga de Taekwondo del Cesar, Irma Gómez y el director de Indupal, Iván Ochoa Campo, detrás, periodistas de la rama deportiva y algunos funcionarios de entes estatales.

Al parecer, los mandatarios del departamento se olvidaron de sus palabras, el alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales y el Gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco no asistieron a la misa en conmemoración del primer año de la medalla de bronce conseguida por Óscar Muñoz. 

Los dirigentes quienes se encargaron en su momento de figurar con el triunfo de Muñoz, a pesar de recibir la invitación, hicieron caso omiso de la misma, mostrando que en la palestra política las cosas son de un momento, emoción, promesas y olvido. 

Por Carlos Mario Jiménez
[email protected] 

Deportes
8 agosto, 2013

Sin seguidores ni políticos, Óscar Muñoz le dio gracias a Dios

Con una eucaristía el Taekwondoga Oscar Muñoz, celebró hoy el triunfo de haber conseguido la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.


Óscar Muñoz agradeció a los pocos asistentes a la iglesia la Concepción de Valledupar. Aseguró que no le importa si recuerdan o no el día histórico. EL PILÓN / Cortesía Hernando Vergara.
Óscar Muñoz agradeció a los pocos asistentes a la iglesia la Concepción de Valledupar. Aseguró que no le importa si recuerdan o no el día histórico. EL PILÓN / Cortesía Hernando Vergara.

Con sus dos compañeros de guerra, Álvaro Vidal e Irma Gómez, sin tener un escolta a su espalda, y con la firme convicción de agradecerle a Dios por la medalla de bronce conseguida hace un año en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, llegó Óscar Luis Muñoz Oviedo a la parroquia Inmaculada Concepción.  

La mañana de hoy era diferente. Aunque Muñoz Oviedo asegura que cada día al levantarse se encomienda y da gracias a Dios por el histórico logro, hace 365 días, a las 8:00 de la mañana era un completo desconocido en el deporte del taekwondo, y simplemente buscaba la consagración divina ante el mundo entero. 

La eucaristía ofrecida por la Asociación de Periodistas Deportivos del Cesar, Acord- Cesar, estuvo a cargo del párroco, Jesús Alberto Torres Ariza, quien en su homilía dijo a Muñoz y a los pocos asistentes: “Una medalla es un triunfo, pero no se puede olvidar que es una gloria de Dios, una corona se marchita, un deportista si deja de practicar pierde la rutina y si el ser humano deja a un lado la oración, se va perdiendo la vida cristiana”. 

“Hay que trabajar muy fuerte como decía el padre. Agradecido con las personas que vinieron y decirle gracias a los periodistas deportivos. Esperemos que Dios me ayude para clasificar a los Olímpicos de Río de Janeiro 2016”, exclamó el medallista. 

“Esto es un aliciente para Óscar debido a que no atraviesa un nivel deportivo muy bueno”, expresó el presidente de Acord, Yimis Núñez Hurtado.

Por su parte, Irma Gómez advirtió que “esto ha sido importante porque se debe recalcar lo bueno y no lo malo que ha pasado con Óscar Muñoz”.  

Alcalde y Gobernador: Solo vitrina 

El campeón olímpico se sentó en la primera banca de la parroquia, a su lado estaba su entrenador Álvaro Vidal Martínez, la presidenta de la Liga de Taekwondo del Cesar, Irma Gómez y el director de Indupal, Iván Ochoa Campo, detrás, periodistas de la rama deportiva y algunos funcionarios de entes estatales.

Al parecer, los mandatarios del departamento se olvidaron de sus palabras, el alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales y el Gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco no asistieron a la misa en conmemoración del primer año de la medalla de bronce conseguida por Óscar Muñoz. 

Los dirigentes quienes se encargaron en su momento de figurar con el triunfo de Muñoz, a pesar de recibir la invitación, hicieron caso omiso de la misma, mostrando que en la palestra política las cosas son de un momento, emoción, promesas y olvido. 

Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]