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Columnista - 3 agosto, 2010

La batalla de Carazúa

ENTRE OTRAS COSAS… Por: Dario Arregoces Releyendo el libro: “Escalona el Hombre y el Mito”, de Consuelo Araujonoguera,  el cual rinde culto a la obra del maestro, me tropecé con el  merengue titulado “El general Dangond”. Hermoso canto vallenato, en uno de cuyos versos se expresa: “En Carazúa el general Dangond venció  las tropas venezolanas. […]

ENTRE OTRAS COSAS…

Por: Dario Arregoces

Releyendo el libro: “Escalona el Hombre y el Mito”, de Consuelo Araujonoguera,  el cual rinde culto a la obra del maestro, me tropecé con el  merengue titulado “El general Dangond”. Hermoso canto vallenato, en uno de cuyos versos se expresa:


“En Carazúa el general Dangond
venció  las tropas venezolanas.
En Villanueva tuvo la fama
y en el Molino su perdición”.

Quise profundizar un poco en el hecho histórico bellamente descrito por Escalona, descubriendo que Carazúa es un poblado que queda en la Alta Guajira, lugar donde, en el marco de la llamada guerra civil de los Mil Días, se enfrentaron, el 13 de Septiembre de 1901, tropas venezolanas bajo las órdenes de Ramón Guerra, enviadas por el presidente Cipriano Castro  -para apoyar a los liberales- con nuestras tropas. La incursión se produjo en respuesta a la invasión del Táchira ocurrida con dos meses de antelación, apoyada por el gobierno colombiano.
Las relaciones entre estos dos pueblos hermanos, como ahora, no eran las mejores, pues el citado presidente venezolano tenía un ambicioso proyecto expansionista que contó con el apoyo de países como Nicaragua y Ecuador, cualquier parecido con la realidad actual…. ¡no es simple coincidencia!
Para la aventura bélica, Venezuela contó con 800 soldados y tres barcos de guerra, pero cometieron un craso error táctico, pues no se tuvo en cuenta las condiciones desérticas de  la península, ni la  escasez de agua que obligó a las tropas a tomarla directamente de los pozos subterráneos, lo que generó un agresivo brote de disentería que diezmó a los combatientes venezolanos,  a la postre  condenados a una humillante derrota a manos de nuestras valientes tropas.
Y averiguando un poco más sobre el presidente Cipriano Castro (1858-1924), encontré que este venezolano llegó al poder después de traicionar a su antecesor, Ignacio Andrade. Como dato curioso, el personaje de marras fue un  político militar que cursó sus estudios en  el Colegio Seminario de Pamplona (Norte de Santander, Colombia), amigo de los postulados liberales y lector asiduo de Vargas Vila. Fue derrocado por otro personaje, no menos siniestro: el general Juan Vicente Gómez, quien gobernaría a la hoy república Bolivariana de Venezuela por interrumpidos 13 años.
Derrotado Cipriano Castro, cesan sus afanes expansionistas y su apoyo a las huestes liberales.
De esta gloriosa y gallarda gesta militar, que viene muy a propósito del Bicentenario de nuestra Independencia,  se pueden extraer varias conclusiones, entre las que podríamos mencionar: i- El presidente Chávez, no es el primer mandatario venezolano que llega al poder con ideas expansionistas.   ii- El de ahora, no es el primer conflicto entre dos pueblos hermanos. Y por último, la guerra no es sino el triunfo de la barbarie sobre la diplomacia.
FRASE DE CIERRE: “El único medio de vencer en una guerra es evitándola”: George Marshall.
NOTA DE CIERRE: Deseo felicitar muy sinceramente a la  escritora Mary Daza Orozco, por su valioso aporte a la  vallenatía, no sólo con sus habituales e interesantes columnas, sino también por la reciente publicación de su último libro “Encuéntrame”.

darioarregoces@hotmail.com

Columnista
3 agosto, 2010

La batalla de Carazúa

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

ENTRE OTRAS COSAS… Por: Dario Arregoces Releyendo el libro: “Escalona el Hombre y el Mito”, de Consuelo Araujonoguera,  el cual rinde culto a la obra del maestro, me tropecé con el  merengue titulado “El general Dangond”. Hermoso canto vallenato, en uno de cuyos versos se expresa: “En Carazúa el general Dangond venció  las tropas venezolanas. […]


ENTRE OTRAS COSAS…

Por: Dario Arregoces

Releyendo el libro: “Escalona el Hombre y el Mito”, de Consuelo Araujonoguera,  el cual rinde culto a la obra del maestro, me tropecé con el  merengue titulado “El general Dangond”. Hermoso canto vallenato, en uno de cuyos versos se expresa:


“En Carazúa el general Dangond
venció  las tropas venezolanas.
En Villanueva tuvo la fama
y en el Molino su perdición”.

Quise profundizar un poco en el hecho histórico bellamente descrito por Escalona, descubriendo que Carazúa es un poblado que queda en la Alta Guajira, lugar donde, en el marco de la llamada guerra civil de los Mil Días, se enfrentaron, el 13 de Septiembre de 1901, tropas venezolanas bajo las órdenes de Ramón Guerra, enviadas por el presidente Cipriano Castro  -para apoyar a los liberales- con nuestras tropas. La incursión se produjo en respuesta a la invasión del Táchira ocurrida con dos meses de antelación, apoyada por el gobierno colombiano.
Las relaciones entre estos dos pueblos hermanos, como ahora, no eran las mejores, pues el citado presidente venezolano tenía un ambicioso proyecto expansionista que contó con el apoyo de países como Nicaragua y Ecuador, cualquier parecido con la realidad actual…. ¡no es simple coincidencia!
Para la aventura bélica, Venezuela contó con 800 soldados y tres barcos de guerra, pero cometieron un craso error táctico, pues no se tuvo en cuenta las condiciones desérticas de  la península, ni la  escasez de agua que obligó a las tropas a tomarla directamente de los pozos subterráneos, lo que generó un agresivo brote de disentería que diezmó a los combatientes venezolanos,  a la postre  condenados a una humillante derrota a manos de nuestras valientes tropas.
Y averiguando un poco más sobre el presidente Cipriano Castro (1858-1924), encontré que este venezolano llegó al poder después de traicionar a su antecesor, Ignacio Andrade. Como dato curioso, el personaje de marras fue un  político militar que cursó sus estudios en  el Colegio Seminario de Pamplona (Norte de Santander, Colombia), amigo de los postulados liberales y lector asiduo de Vargas Vila. Fue derrocado por otro personaje, no menos siniestro: el general Juan Vicente Gómez, quien gobernaría a la hoy república Bolivariana de Venezuela por interrumpidos 13 años.
Derrotado Cipriano Castro, cesan sus afanes expansionistas y su apoyo a las huestes liberales.
De esta gloriosa y gallarda gesta militar, que viene muy a propósito del Bicentenario de nuestra Independencia,  se pueden extraer varias conclusiones, entre las que podríamos mencionar: i- El presidente Chávez, no es el primer mandatario venezolano que llega al poder con ideas expansionistas.   ii- El de ahora, no es el primer conflicto entre dos pueblos hermanos. Y por último, la guerra no es sino el triunfo de la barbarie sobre la diplomacia.
FRASE DE CIERRE: “El único medio de vencer en una guerra es evitándola”: George Marshall.
NOTA DE CIERRE: Deseo felicitar muy sinceramente a la  escritora Mary Daza Orozco, por su valioso aporte a la  vallenatía, no sólo con sus habituales e interesantes columnas, sino también por la reciente publicación de su último libro “Encuéntrame”.

darioarregoces@hotmail.com