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General - 29 mayo, 2013

Iviri, uno de los hombres más viejos

Entre los misterios que esconde la Serranía de Perijá, están las historias que encierran la vida del indígena Yuko, quien en su cosmovisión, hilvana la creación, con leyendas de humanos, con figuras de animales y su dios Aponto, quien según sus creencias, fue el que dio origen a este mundo.

Según su comunidad, es el hombre más viejo del planeta, y al que sus hermanos le dan el nombre  Iviri. Para los becerrileros es simplemente Tamakú Fernández.
Según su comunidad, es el hombre más viejo del planeta, y al que sus hermanos le dan el nombre Iviri. Para los becerrileros es simplemente Tamakú Fernández.

Especial para EL PILON: Luis Eduardo Barreto Muegues

Allí en medio de la planicie de San Genaro, en el Resguardo Sokorpa, uno de los asentamientos Yukpas donde el sol se asoma de vez en cuando y la brisa fría crucifica los rostros que matizan la piel del indio, en un costado de la espléndida sabana, dos perros retozan con dos micos,  y en el anca de un burro, viaja, tal vez, el hombre más viejo del mundo.

 Se trata de Iviri, un hombrecillo ataviado con manta indígena, la que han usado los ancestros yukos desde que el colono los sembró en las estribaciones de Perijá.  Él, desfila bajo la mirada orgullosa de sus congéneres y de sus ascendientes quienes le veneran como el más viejo de la tribu.

Le atribuyen gran conocimiento, lo consideran centenario y le reconocen haber cruzado los años dejando un legado de sabiduría a los Yukos o Yukpas como suelen autodenominarse  hoy.

Según Luis Carlos López, concejal de Becerril, Iviri, supera los 130 años. “yo creo que en el mundo no hay un hombre más viejo que él, que yo me acuerde, mi abuelo se murió a los 99 años, hace como 30 años y ya Iviri estaba pasando los cien” dijo el cabildante.

El misterio sobre los años del indígena, asalta en medio de la sierra, en donde se escuchan disimiles voces que contaban de la antigüedad del yukpa y fue ahí cuando se empezó la búsqueda de la verdad sobre la longevidad de quien al parecer, sería el hombre más antiguos de los hombres en la tierra.

Evelio o Tamakú Fernández

El abuelo yukpa, solo susurra, cuando por su nombre se le pregunta “Me llamo Everio Fernández” dice en un maltrecho español, idioma que no ha podido vencer a través de los años al dialecto ancestral.

Ese nombre llevó a buscar en la historia oral de Becerril, la existencia de Evelio Fernández y el porqué de ese apellido, cuando el asignado en la tribu es el de Iviri, que significa “Hombre mayor”.

Hay curiosidad sobre la cantidad de años del indígena y en el cruce de una conversación con Over Vanegas, un comerciante y criador de gallos finos, sobresalió el nombre de Tamakú Fernández. “Ahí en la sierra está todavía Tamakú Fernández, que creo es el indio más viejo de los Yukos, que hombrecito tan viejo; yo me acuerdo que estando yo pelao ya Tamakú era Tamakú”, aseguró.

Esto aumentó la inquietud de revelar si el “Tamakú” al que él se refería era el mismo Iviri, aposentado en las cumbres de Perijá y quien para los Yukpas de hoy es el mayor de los ancianos de la tribu.

Lucio Molina,  un becerrilero raizal, a sus 88 años recuerda las anécdotas y momentos relevantes de la historia de Becerril contada por sus mayores. Al preguntarle por Tamakú Fernández respondió: “Yo se más de Tamakú Fernández que de mi vida, vea ese era un hombrecito así chiquitico y me acuerdo que cuando yo era un niño ya él era un hombre”.

Agregó que el indígena Yukpa estuvo en el territorio de Becerril y ya siendo un adulto estuvo mucho tiempo con el hacendado Nemecio ‘Mencho’ Fernández, uno de los personajes de la historia de Becerril, de quien los yukpas tomaron el apellido. “Tamakú, estuvo en ‘El Rincón’, una de las haciendas de Don ‘Mencho’ y allí trabajaba en los oficios cotidianos, recuerdo que una vez le dijo que se quitará el Tamakú o se quitara el Fernández”.

Los hilos que conducen a definir si el Iviri es el mismo Tamakú Fernández al que hizo referencia Over Vanegas se confirmaba, con la versión de María Muegues Barros, matrona nacida en Urumita, La Guajira, residente en Becerril desde en la época en que se hizo la carretera entre el centro del Cesar y La Guajira, territorio que en la época pertenecía al Magdalena Grande. “Si mi esposo me hablaba de ese indio, que era pequeñito, pero ya era un hombre de edad, en ese entonces, hace más de 60 años”, aseguró.

¿150 años o menos?

En la indagación, no se pudo tener acceso a documento alguno que registrara la fecha de nacimiento de Iviri, porque los yukpa, solo hasta este nuevo siglo, es que han tomado la costumbre de sacar el registro civil.

Ellos tomaron por costumbre utilizar apellidos de origen español de familias radicadas en la región y colocárselos a sus grupos familiares, es así como se encuentran los apellidos Quiroz, Fernández, Rodríguez, Suárez entre otros.

Simplemente las voces diversas que dan cuenta de sus muchos años de existencia, que dicen superar largamente la centuria y su arrugada piel son el rastro de la historia y en su mirada se esconde el misterio de la vida que a lo largo del tiempo ha vivido en la selvática región cesarense.
 

 

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29 mayo, 2013

Iviri, uno de los hombres más viejos

Entre los misterios que esconde la Serranía de Perijá, están las historias que encierran la vida del indígena Yuko, quien en su cosmovisión, hilvana la creación, con leyendas de humanos, con figuras de animales y su dios Aponto, quien según sus creencias, fue el que dio origen a este mundo.


Según su comunidad, es el hombre más viejo del planeta, y al que sus hermanos le dan el nombre  Iviri. Para los becerrileros es simplemente Tamakú Fernández.
Según su comunidad, es el hombre más viejo del planeta, y al que sus hermanos le dan el nombre Iviri. Para los becerrileros es simplemente Tamakú Fernández.

Especial para EL PILON: Luis Eduardo Barreto Muegues

Allí en medio de la planicie de San Genaro, en el Resguardo Sokorpa, uno de los asentamientos Yukpas donde el sol se asoma de vez en cuando y la brisa fría crucifica los rostros que matizan la piel del indio, en un costado de la espléndida sabana, dos perros retozan con dos micos,  y en el anca de un burro, viaja, tal vez, el hombre más viejo del mundo.

 Se trata de Iviri, un hombrecillo ataviado con manta indígena, la que han usado los ancestros yukos desde que el colono los sembró en las estribaciones de Perijá.  Él, desfila bajo la mirada orgullosa de sus congéneres y de sus ascendientes quienes le veneran como el más viejo de la tribu.

Le atribuyen gran conocimiento, lo consideran centenario y le reconocen haber cruzado los años dejando un legado de sabiduría a los Yukos o Yukpas como suelen autodenominarse  hoy.

Según Luis Carlos López, concejal de Becerril, Iviri, supera los 130 años. “yo creo que en el mundo no hay un hombre más viejo que él, que yo me acuerde, mi abuelo se murió a los 99 años, hace como 30 años y ya Iviri estaba pasando los cien” dijo el cabildante.

El misterio sobre los años del indígena, asalta en medio de la sierra, en donde se escuchan disimiles voces que contaban de la antigüedad del yukpa y fue ahí cuando se empezó la búsqueda de la verdad sobre la longevidad de quien al parecer, sería el hombre más antiguos de los hombres en la tierra.

Evelio o Tamakú Fernández

El abuelo yukpa, solo susurra, cuando por su nombre se le pregunta “Me llamo Everio Fernández” dice en un maltrecho español, idioma que no ha podido vencer a través de los años al dialecto ancestral.

Ese nombre llevó a buscar en la historia oral de Becerril, la existencia de Evelio Fernández y el porqué de ese apellido, cuando el asignado en la tribu es el de Iviri, que significa “Hombre mayor”.

Hay curiosidad sobre la cantidad de años del indígena y en el cruce de una conversación con Over Vanegas, un comerciante y criador de gallos finos, sobresalió el nombre de Tamakú Fernández. “Ahí en la sierra está todavía Tamakú Fernández, que creo es el indio más viejo de los Yukos, que hombrecito tan viejo; yo me acuerdo que estando yo pelao ya Tamakú era Tamakú”, aseguró.

Esto aumentó la inquietud de revelar si el “Tamakú” al que él se refería era el mismo Iviri, aposentado en las cumbres de Perijá y quien para los Yukpas de hoy es el mayor de los ancianos de la tribu.

Lucio Molina,  un becerrilero raizal, a sus 88 años recuerda las anécdotas y momentos relevantes de la historia de Becerril contada por sus mayores. Al preguntarle por Tamakú Fernández respondió: “Yo se más de Tamakú Fernández que de mi vida, vea ese era un hombrecito así chiquitico y me acuerdo que cuando yo era un niño ya él era un hombre”.

Agregó que el indígena Yukpa estuvo en el territorio de Becerril y ya siendo un adulto estuvo mucho tiempo con el hacendado Nemecio ‘Mencho’ Fernández, uno de los personajes de la historia de Becerril, de quien los yukpas tomaron el apellido. “Tamakú, estuvo en ‘El Rincón’, una de las haciendas de Don ‘Mencho’ y allí trabajaba en los oficios cotidianos, recuerdo que una vez le dijo que se quitará el Tamakú o se quitara el Fernández”.

Los hilos que conducen a definir si el Iviri es el mismo Tamakú Fernández al que hizo referencia Over Vanegas se confirmaba, con la versión de María Muegues Barros, matrona nacida en Urumita, La Guajira, residente en Becerril desde en la época en que se hizo la carretera entre el centro del Cesar y La Guajira, territorio que en la época pertenecía al Magdalena Grande. “Si mi esposo me hablaba de ese indio, que era pequeñito, pero ya era un hombre de edad, en ese entonces, hace más de 60 años”, aseguró.

¿150 años o menos?

En la indagación, no se pudo tener acceso a documento alguno que registrara la fecha de nacimiento de Iviri, porque los yukpa, solo hasta este nuevo siglo, es que han tomado la costumbre de sacar el registro civil.

Ellos tomaron por costumbre utilizar apellidos de origen español de familias radicadas en la región y colocárselos a sus grupos familiares, es así como se encuentran los apellidos Quiroz, Fernández, Rodríguez, Suárez entre otros.

Simplemente las voces diversas que dan cuenta de sus muchos años de existencia, que dicen superar largamente la centuria y su arrugada piel son el rastro de la historia y en su mirada se esconde el misterio de la vida que a lo largo del tiempo ha vivido en la selvática región cesarense.