Por Jairo Franco Salas

Todos los seres humanos tenemos derecho a la búsqueda y el logro del bienestar, a avanzar en la construcción del propio ser como compromiso dentro de un proceso de formación con responsabilidad y obligaciones que lo impulse a la estructuración de un plan de acción de vida digna orientada a la articulación de políticas públicas, desempeño y liderazgo social.

Este proceso debe involucrar un esmero constante enmarcado en un sistema incluyente y equitativo de gran avance en el campo del análisis cognitivo puntual, acerca de la imagen que proyectamos hacia el futuro y que permita crear espacios propicios para la consolidación de metas de tal manera que es necesario atrapar instantes decisivos de la cotidianidad que plasme una visión particular con autonomía en el ejercicio de funciones llamadas a garantizar el cumplimiento de las normas dentro de una observancia estricta de los parámetros de programas y argumentos, bajo principios de confianza legítima y control de legalidad donde se apliquen métodos y actos proactivos de desarrollo.

Fundamental sería reglamentar el ejercicio armónico de la actividad social en sus diferentes facetas y manifestaciones, bien sea extremadamente dinámicas o frágiles, pero con confiabilidad, humanidad y honestidad para adquirir logros que se enmarquen dentro de un proyecto de modernización, que conlleven ojala a la construcción de un país próspero, justo y desarrollado; este logro se interpreta sin lugar a dudas como la respuesta al esfuerzo que se propone el ser humano para fortalecer su posición y rol jerárquico enfocados dentro de un plan real que muestre un panorama radiante e iluminado de conquistas que lidere proyectos, que contemple retos innovadores y activos hacia el cambio como una iniciativa excelente de renovación compacta y definida.

El cumplimiento de las funciones, visiones y motivos de este contexto puede interpretarse como la gran hazaña en procesos múltiples de gestión en el mejor sentido del crecimiento armónico del individuo y del colectivo social en general; solo así se podrá alcanzar un triunfo definitivo y equitativo, cambios sustanciales en materia de transformación social. Modelo coherente e inclusivo cuya observancia valora el papel fundamental que tiene el ciudadano de tener decisión y coraje; es decir tener una mirada de compromiso y solidaridad real y objetiva que se materialice a través de un acto especial y de categoría.

Es de gran importancia reflejar un pensamiento independiente que promueva cambios en las costumbres tradicionales y que oriente al ser hacia una representación digna dentro del contexto social; legitimar, empoderar decisiones es propia del ser humano.