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Columnista - 25 abril, 2014

Gabo también es nuestro

Una representante electa de cuyo nombre no quiero acordarme,–porque de cabal lo único que tiene es el apellido-,cometió el exabrupto histórico de colocar en su twitter una fotografía de Gabriel García Márquez junto a Fidel Castro con el mensaje: “Pronto estarán juntos en el infierno”. Mientras los reyes de España en la entrega del premio […]

Una representante electa de cuyo nombre no quiero acordarme,–porque de cabal lo único que tiene es el apellido-,cometió el exabrupto histórico de colocar en su twitter una fotografía de Gabriel García Márquez junto a Fidel Castro con el mensaje: “Pronto estarán juntos en el infierno”. Mientras los reyes de España en la entrega del premio Cervantes se prodigaban en elogios del autor de Cien Años de Soledad, comparándolo con el ingenioso hidalgo de la Mancha y en general, todos los países del orbe sin distingo de ideología expresaban su reconocimiento a la grandiosa obra de García Márquez, aquí en el país que lo vio nacer una futura legisladora se atrevió a lanzar semejante improperio.

La representante de cuyo nombre no quiero acordarme y que algunos personajes, -como Ernesto Yamhure, defensor de las tesis uribista-, la señalan como financiadora de grupos neo nazis en Colombia, tiene todo el derecho de discrepar del ideario del nobel de literatura. Pero tal como se quejaba un taxista henchido de inconformidad… “¡Que respete, eche! ¿Acaso Dios es fascista y al paraíso solo entran Hitler, Mussolini, Franco y el resto de genocidas nazis?” A raíz de tal proceder, el concejo municipal de Aracataca -tierra natal de Gabo-, tiene previsto aprobar un acuerdo declarando persona no grata a la representante de cuyo nombre no quiero acordarme. El Concejo de Valledupar y los de los municipios de la región caribe deberían considerar esa posibilidad. Por una razón elemental: Gabo es universal, pero ante todo, -como él mismo lo reclamaba- un caribeño que se volvió universal. Tuvo tantos vínculos y se identificó tanto con La Guajira y El Cesar que lo menos que podría esperarse era un gesto de esa naturaleza. En sus memorias dice cosas como éstas.

“Mi mayor sorpresa, desde luego, fue la primera visión de Riohacha, la ciudad de arena y sal donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos, donde mi abuela vio a la virgen de los Remedios apagar el horno con un soplo helado cuando el pan estaba a punto de quemársele, donde mi abuelo hizo sus guerras y sufrió prisión por un delito de amor, y donde fui concebido en la luna de miel de mis padres”.

En otro pasaje de las mismas dice: “Entre Valledupar y La Paz hice mi cosecha grande en menos de una semana y regresé a Barranquilla con la emoción de haber estado en el único lugar del mundo que de veras entendía.” De todas maneras si el ejemplo del Concejo de Aracataca no es emulado por el resto de ediles de la región caribe, de lo que si estoy seguro es que el fantasma de Gabo –a la manera del fantasma de Melquiades y la estirpe de los Buendía- perseguirá a la representante de cuyo nombre no quiero acordarme y hará que no tenga una segunda oportunidad política sobre la tierra.

[email protected]

Columnista
25 abril, 2014

Gabo también es nuestro

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Raúl Bermúdez Márquez

Una representante electa de cuyo nombre no quiero acordarme,–porque de cabal lo único que tiene es el apellido-,cometió el exabrupto histórico de colocar en su twitter una fotografía de Gabriel García Márquez junto a Fidel Castro con el mensaje: “Pronto estarán juntos en el infierno”. Mientras los reyes de España en la entrega del premio […]


Una representante electa de cuyo nombre no quiero acordarme,–porque de cabal lo único que tiene es el apellido-,cometió el exabrupto histórico de colocar en su twitter una fotografía de Gabriel García Márquez junto a Fidel Castro con el mensaje: “Pronto estarán juntos en el infierno”. Mientras los reyes de España en la entrega del premio Cervantes se prodigaban en elogios del autor de Cien Años de Soledad, comparándolo con el ingenioso hidalgo de la Mancha y en general, todos los países del orbe sin distingo de ideología expresaban su reconocimiento a la grandiosa obra de García Márquez, aquí en el país que lo vio nacer una futura legisladora se atrevió a lanzar semejante improperio.

La representante de cuyo nombre no quiero acordarme y que algunos personajes, -como Ernesto Yamhure, defensor de las tesis uribista-, la señalan como financiadora de grupos neo nazis en Colombia, tiene todo el derecho de discrepar del ideario del nobel de literatura. Pero tal como se quejaba un taxista henchido de inconformidad… “¡Que respete, eche! ¿Acaso Dios es fascista y al paraíso solo entran Hitler, Mussolini, Franco y el resto de genocidas nazis?” A raíz de tal proceder, el concejo municipal de Aracataca -tierra natal de Gabo-, tiene previsto aprobar un acuerdo declarando persona no grata a la representante de cuyo nombre no quiero acordarme. El Concejo de Valledupar y los de los municipios de la región caribe deberían considerar esa posibilidad. Por una razón elemental: Gabo es universal, pero ante todo, -como él mismo lo reclamaba- un caribeño que se volvió universal. Tuvo tantos vínculos y se identificó tanto con La Guajira y El Cesar que lo menos que podría esperarse era un gesto de esa naturaleza. En sus memorias dice cosas como éstas.

“Mi mayor sorpresa, desde luego, fue la primera visión de Riohacha, la ciudad de arena y sal donde nació mi estirpe desde los tatarabuelos, donde mi abuela vio a la virgen de los Remedios apagar el horno con un soplo helado cuando el pan estaba a punto de quemársele, donde mi abuelo hizo sus guerras y sufrió prisión por un delito de amor, y donde fui concebido en la luna de miel de mis padres”.

En otro pasaje de las mismas dice: “Entre Valledupar y La Paz hice mi cosecha grande en menos de una semana y regresé a Barranquilla con la emoción de haber estado en el único lugar del mundo que de veras entendía.” De todas maneras si el ejemplo del Concejo de Aracataca no es emulado por el resto de ediles de la región caribe, de lo que si estoy seguro es que el fantasma de Gabo –a la manera del fantasma de Melquiades y la estirpe de los Buendía- perseguirá a la representante de cuyo nombre no quiero acordarme y hará que no tenga una segunda oportunidad política sobre la tierra.

[email protected]