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Columnista - 2 julio, 2012

Emilio Otero, debe renunciar

Por: Jacobo Solano Definitivamente Colombia es un país sui generis, teniendo en cuenta la cantidad de personajes que aparecen envueltos en escándalos vergonzosos. No nos reponemos aún de los shows del senador Merlano y el diputado Meza, quien comparó al Choco con un bollo, y aparece muy tieso y muy majo Emilio Otero, el “honorable” […]

Por: Jacobo Solano
Definitivamente Colombia es un país sui generis, teniendo en cuenta la cantidad de personajes que aparecen envueltos en escándalos vergonzosos. No nos reponemos aún de los shows del senador Merlano y el diputado Meza, quien comparó al Choco con un bollo, y aparece muy tieso y muy majo Emilio Otero, el “honorable” secretario general del Senado de la República con otra ignominia. Este señor nacido en Sahagún, paisano, amigo y vecino de finca de Emilio Tapia, el tristemente célebre contratista de los Nule, es uno de los principales responsables de toda la crisis política, que vivió el país con la monstruosa reforma a la justicia que pretendían hacer a espaldas del país, en la que él y su colega, el secretario de la Cámara de Representantes, Jesús Alfonso Rodríguez, iban a ser los más favorecidos, un aumento de sueldo, primas técnicas y de antigüedad que suman anualmente $359 millones, y de ñapa se inventó un fuero para blindarse de cualquier investigación de la Fiscalía. ¿Qué tal el descaro?
¿Pero quién es Emilio Otero? Es un profesional del derecho que llegó a Bogotá a finales de los años noventa y se inició como mensajero en el Senado, con un sueldo de $12.000, palanqueado por Joche Elías Nader, senador de la época; en el 2002 llegó a la Secretaria General, que dicho sea de paso, es un quemadero, ya que muchos han pasado por ahí y no han logrado cumplir con la exigencia del cargo y se han visto envueltos en muchos escándalos. Otero, se convirtió en el amo y señor del Congreso, tiene una amplia oficina en la que fuma sus exquisitos habanos cubanos, vive en un apartamento de 600 millones en un exclusivo sector del norte de Bogotá, su poder es tal, que organiza oficinas, asigna los carros blindados, interviene en los debates, gana mucho más que los ministros y muchos senadores lo adulan, en fin, este personaje es un poderoso de bajo perfil que interviene incluso en la política de Córdoba, su departamento, donde es considerado un ‘cacique’, desde ya se rumora que es el próximo candidato del partido de la U a la gobernación, aunque no creo que la Procuraduría se lo permita porque está investigado por nexos con Juan Felipe Sierra, uno de los narcos del cartel de Don Mario. Aunque, el huracán en que está metido Emilio Otero apenas comienza, pretende reelegirse el 20 de Julio, una ofensa superior para un país indignado. No es justo que un funcionario con estas calidades continúe al frente de uno de los compromisos más importantes del Congreso. Ya veremos qué pasa en este país donde nadie renuncia y todos se atornillan a su puesto. Perdón, me toca decir, en el que pocos renuncian, por lo menos el ex ministro Esguerra tuvo la decencia de dimitir.

Estocada: Muchas gracias a todos los asistentes al evento de lanzamiento del libro “Juglares Contemporáneos”, el éxito es de ustedes y seguimos comprometidos con estos creadores de la música vallenata y con la literatura.

Columnista
2 julio, 2012

Emilio Otero, debe renunciar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Por: Jacobo Solano Definitivamente Colombia es un país sui generis, teniendo en cuenta la cantidad de personajes que aparecen envueltos en escándalos vergonzosos. No nos reponemos aún de los shows del senador Merlano y el diputado Meza, quien comparó al Choco con un bollo, y aparece muy tieso y muy majo Emilio Otero, el “honorable” […]


Por: Jacobo Solano
Definitivamente Colombia es un país sui generis, teniendo en cuenta la cantidad de personajes que aparecen envueltos en escándalos vergonzosos. No nos reponemos aún de los shows del senador Merlano y el diputado Meza, quien comparó al Choco con un bollo, y aparece muy tieso y muy majo Emilio Otero, el “honorable” secretario general del Senado de la República con otra ignominia. Este señor nacido en Sahagún, paisano, amigo y vecino de finca de Emilio Tapia, el tristemente célebre contratista de los Nule, es uno de los principales responsables de toda la crisis política, que vivió el país con la monstruosa reforma a la justicia que pretendían hacer a espaldas del país, en la que él y su colega, el secretario de la Cámara de Representantes, Jesús Alfonso Rodríguez, iban a ser los más favorecidos, un aumento de sueldo, primas técnicas y de antigüedad que suman anualmente $359 millones, y de ñapa se inventó un fuero para blindarse de cualquier investigación de la Fiscalía. ¿Qué tal el descaro?
¿Pero quién es Emilio Otero? Es un profesional del derecho que llegó a Bogotá a finales de los años noventa y se inició como mensajero en el Senado, con un sueldo de $12.000, palanqueado por Joche Elías Nader, senador de la época; en el 2002 llegó a la Secretaria General, que dicho sea de paso, es un quemadero, ya que muchos han pasado por ahí y no han logrado cumplir con la exigencia del cargo y se han visto envueltos en muchos escándalos. Otero, se convirtió en el amo y señor del Congreso, tiene una amplia oficina en la que fuma sus exquisitos habanos cubanos, vive en un apartamento de 600 millones en un exclusivo sector del norte de Bogotá, su poder es tal, que organiza oficinas, asigna los carros blindados, interviene en los debates, gana mucho más que los ministros y muchos senadores lo adulan, en fin, este personaje es un poderoso de bajo perfil que interviene incluso en la política de Córdoba, su departamento, donde es considerado un ‘cacique’, desde ya se rumora que es el próximo candidato del partido de la U a la gobernación, aunque no creo que la Procuraduría se lo permita porque está investigado por nexos con Juan Felipe Sierra, uno de los narcos del cartel de Don Mario. Aunque, el huracán en que está metido Emilio Otero apenas comienza, pretende reelegirse el 20 de Julio, una ofensa superior para un país indignado. No es justo que un funcionario con estas calidades continúe al frente de uno de los compromisos más importantes del Congreso. Ya veremos qué pasa en este país donde nadie renuncia y todos se atornillan a su puesto. Perdón, me toca decir, en el que pocos renuncian, por lo menos el ex ministro Esguerra tuvo la decencia de dimitir.

Estocada: Muchas gracias a todos los asistentes al evento de lanzamiento del libro “Juglares Contemporáneos”, el éxito es de ustedes y seguimos comprometidos con estos creadores de la música vallenata y con la literatura.