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Columnista - 17 abril, 2014

El sabroso vallenato en guitarra

Me crié escuchando vallenatos en guitarra, la fortuna de contar durante mis años de infancia con un vecino como el legendario Hugues Martínez, permitió que mis primeras canciones de cuna fueran los cantos vallenatos de Escalona y de Gustavo Gutiérrez, entre otros grandes compositores, los cuales eran interpretados diestramente por este mago de las cuerdas. […]

Me crié escuchando vallenatos en guitarra, la fortuna de contar durante mis años de infancia con un vecino como el legendario Hugues Martínez, permitió que mis primeras canciones de cuna fueran los cantos vallenatos de Escalona y de Gustavo Gutiérrez, entre otros grandes compositores, los cuales eran interpretados diestramente por este mago de las cuerdas.

Además a mi padre le encantaba escuchar a Bovea y Alberto Fernández, todo esto permitió que mi oído se enriqueciera y mi gusto por los vallenatos ejecutados en esta bella herramienta musical creciera, todas mis serenatas fueron amenizadas por guitarras, principalmente por el Maestro Rodolfo “El Veje” Bolaño (autor del clásico: Viejo Valledupar) y sus hijos, además, años atrás también parrandié con mis vecinos guitarristas: Efrén Oñate y Fabio Cuello y bebí en pila con mis amigos trovadores fonsequeros: Carlos Vázquez, hijo del legendario Julio, Yossip Lobman y José Oñate, al lado de otros amantes de los acordes de guitarras como mis carnales Bladis Caamaño, Ricardo Barros Pavajeau y Toño Larrazábal, por eso hoy día amo escuchar la maravillosa música de los Kankuis, del Trio de oro (Los hijos de Sergio Moya), Chiche Badillo, entre otros grandes intérpretes, lo cual demuestra mi afición por los melódicos acordes de las “liras,” pero debo reconocer que muy especialmente admiro a mis amigos: La Agrupación de Los Hermanos Carrascal, excelso conjunto conformado por Jesús Emilio “Millo” y Luis Alfonso “Poncho” Carrascal, su guacharaquero Lino Ortiz y en la caja el gran “Lobo,” quienes son unos maestros en el arte de este noble instrumento, diestros en las lides del vallenato clásico acompañado de guitarras. Para los amantes del auténtico folclor, parrandear con los Carrascal es una grata, inolvidable y casi que indescriptible experiencia, pues hay que vivirla para entenderla, las horas nos transcurren imperceptibles, embelesados con la belleza de la buena música que estos maestros ejecutan, su repertorio es inmenso, además de eso, mientras descansan y dejan de tocar, comienzan espontáneamente a deleitarnos con jocosas anécdotas y chistes del folclor, principalmente de juglares y personajes como el desaparecido “Debe” López.

Hace pocos días estuvo de cumpleaños la matrona Minervina Durán y su hijo José Daza Durán quiso deleitar a sus invitados con la música de los Carrascal, me cuentan que esa noche hubo un gran concierto de cuerdas, para un selecto grupo de asistentes, la gran mayoría, parranderos excelsos y conocedores del folclor, como: Álvaro Muñoz Peñalosa, el gran cirujano maxilofacial Hernando Osorio, el internista Antonio Araque García y al neurólogo Rafael Daza Plata, quienes según me dijeron, estuvieron departiendo hasta altas horas de la madrugada al son de las guitarras de estos virtuosos.

Lo cierto es que se acerca la época propicia para deleitarnos con buenos vallenatos, y sería excelente poder asistir a un recital de cuerdas vallenatas, ojalá con Los Hermanos Carrascal y teniendo como invitado de honor al Maestro Alberto Fernández, con quien la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y el pueblo vallenato en general, estamos en mora en hacerle un merecido y pronto homenaje.

Columnista
17 abril, 2014

El sabroso vallenato en guitarra

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio C. Oñate M.

Me crié escuchando vallenatos en guitarra, la fortuna de contar durante mis años de infancia con un vecino como el legendario Hugues Martínez, permitió que mis primeras canciones de cuna fueran los cantos vallenatos de Escalona y de Gustavo Gutiérrez, entre otros grandes compositores, los cuales eran interpretados diestramente por este mago de las cuerdas. […]


Me crié escuchando vallenatos en guitarra, la fortuna de contar durante mis años de infancia con un vecino como el legendario Hugues Martínez, permitió que mis primeras canciones de cuna fueran los cantos vallenatos de Escalona y de Gustavo Gutiérrez, entre otros grandes compositores, los cuales eran interpretados diestramente por este mago de las cuerdas.

Además a mi padre le encantaba escuchar a Bovea y Alberto Fernández, todo esto permitió que mi oído se enriqueciera y mi gusto por los vallenatos ejecutados en esta bella herramienta musical creciera, todas mis serenatas fueron amenizadas por guitarras, principalmente por el Maestro Rodolfo “El Veje” Bolaño (autor del clásico: Viejo Valledupar) y sus hijos, además, años atrás también parrandié con mis vecinos guitarristas: Efrén Oñate y Fabio Cuello y bebí en pila con mis amigos trovadores fonsequeros: Carlos Vázquez, hijo del legendario Julio, Yossip Lobman y José Oñate, al lado de otros amantes de los acordes de guitarras como mis carnales Bladis Caamaño, Ricardo Barros Pavajeau y Toño Larrazábal, por eso hoy día amo escuchar la maravillosa música de los Kankuis, del Trio de oro (Los hijos de Sergio Moya), Chiche Badillo, entre otros grandes intérpretes, lo cual demuestra mi afición por los melódicos acordes de las “liras,” pero debo reconocer que muy especialmente admiro a mis amigos: La Agrupación de Los Hermanos Carrascal, excelso conjunto conformado por Jesús Emilio “Millo” y Luis Alfonso “Poncho” Carrascal, su guacharaquero Lino Ortiz y en la caja el gran “Lobo,” quienes son unos maestros en el arte de este noble instrumento, diestros en las lides del vallenato clásico acompañado de guitarras. Para los amantes del auténtico folclor, parrandear con los Carrascal es una grata, inolvidable y casi que indescriptible experiencia, pues hay que vivirla para entenderla, las horas nos transcurren imperceptibles, embelesados con la belleza de la buena música que estos maestros ejecutan, su repertorio es inmenso, además de eso, mientras descansan y dejan de tocar, comienzan espontáneamente a deleitarnos con jocosas anécdotas y chistes del folclor, principalmente de juglares y personajes como el desaparecido “Debe” López.

Hace pocos días estuvo de cumpleaños la matrona Minervina Durán y su hijo José Daza Durán quiso deleitar a sus invitados con la música de los Carrascal, me cuentan que esa noche hubo un gran concierto de cuerdas, para un selecto grupo de asistentes, la gran mayoría, parranderos excelsos y conocedores del folclor, como: Álvaro Muñoz Peñalosa, el gran cirujano maxilofacial Hernando Osorio, el internista Antonio Araque García y al neurólogo Rafael Daza Plata, quienes según me dijeron, estuvieron departiendo hasta altas horas de la madrugada al son de las guitarras de estos virtuosos.

Lo cierto es que se acerca la época propicia para deleitarnos con buenos vallenatos, y sería excelente poder asistir a un recital de cuerdas vallenatas, ojalá con Los Hermanos Carrascal y teniendo como invitado de honor al Maestro Alberto Fernández, con quien la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata y el pueblo vallenato en general, estamos en mora en hacerle un merecido y pronto homenaje.