A 40 años de prisión fueron condenados cinco militares activos, entre ellos uno oriundo del Cesar de la Compañía Cascabel del Batallón Contraguerrilla Número 2 Los Guajiros y Halcón del Batallón Córdoba, quienes fueron hallados responsables de un falso positivo, en el que murieron cinco campesinos.

La decisión judicial proferida por el Juzgado Penal del Circuito Especializado de la capital del Magdalena, afectó al sargento Primero, Harold Cuarán, quien deberá purgar una condena de 40 años, y a los soldados Geovanny Quintero, oriundo del municipio de Aguachica, Cesar; Ernesto Murillo Fontalvo, de Fundación, Magdalena y Carlos Díaz Valdés, de Barranquilla, quienes fueron imputados de los delitos de homicidio en persona protegida, desaparición forzada, concierto para delinquir agravado y falsedad ideológica en documento público.

Las víctimas de la acción criminal son: la niña Karen Meriño, José Domingo Palacios, Arnulfo López, Milton Torres, Jorge Polo, Gustavo Espinosa y dos personas más de nombre María y la India, quienes fueron sacados de la finca algodonera La Reserva, localizada en el municipio de Algarrobo, Magdalena entre los meses de febrero y marzo del año 2006 por parte de un grupo del bloque norte de las Auc y entregadas vivas al Ejército.

La justicia le llegó a los militares, gracias a que los paramilitares que participaron en los hechos iniciales confesaron lo sucedido para acogerse a la sentencia anticipada e ingresar a la larga lista de los beneficios que otorga la Ley de Justicia y Paz.

Sin embargo, los familiares de las víctimas que han venido recibiendo amenazas de muerte, otros han abandonado sus lugares de nacimiento, han reiterado a las autoridades que sus seres queridos no eran delincuentes, que eran campesinos de bien y que los mataron para presentar ante el país una operación positiva con gente que no tiene nada que ver con el conflicto armado en Colombia.

Por Abdel Martínez Pérez

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