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Columnista - 16 abril, 2014

Cosas que alegran y entristecen

La noticia la trajo El Tiempo del lunes 31 de marzo: Colombia hará en el Cesar su primer caballo clonado- El departamento invirtió 60 mil millones de pesos de las regalías en dos centros biotecnológicos para ganadería y pesca. Qué bueno es que nuestro departamento, tan atrasado en estos renglones, emprenda con decisión y dinero […]

La noticia la trajo El Tiempo del lunes 31 de marzo: Colombia hará en el Cesar su primer caballo clonado- El departamento invirtió 60 mil millones de pesos de las regalías en dos centros biotecnológicos para ganadería y pesca. Qué bueno es que nuestro departamento, tan atrasado en estos renglones, emprenda con decisión y dinero abundante las iniciativas mencionadas, con tecnología de punta, en dos centros que trabajarán cinco temas: sanidad animal, mejoramiento genético, nutrición, fertilidad de suelos y riego y manejo de aguas. Emociona saber que clonaremos caballos finos, tal vez procedentes de las sabanas del Diluvio o del Trébol; que lograremos 2000 preñeces al año de las “bovinas”, con lo cual el Cesar ocupará, en pocos años, el lugar que tenía cuando existía la hacienda Las Cabezas; que se trabajará en la recuperación de las pérdidas y la multiplicación y siembra de especies para pesca, es decir, que volveremos a tener en la ciénaga Zapatosa manatíes, sábalos, doradas, bagres, coroncoros, cachacas, etc., pues no se han perdido sólo tres de las siete especies, si no 18 de las 20 que había.

Me alegra mucho que se financien 32 maestrías y 32 doctorados, pero me entristece que no se le preste la debida atención a la educación primaria y secundaria y no se financien las dotaciones escolares, el aumento necesario de profesores, ni proyectos para mejorar la educación. Me entristece y desconcierta, que el centro tecnológico pesquero no sea construido en Chimichagua, como debe ser. Me alegra que se financie el pago de fertilizantes, fungicidas, herbicidas, correctivos y productos biotecnológicos, pero me entristece que estemos sufriendo por carecer de agua potable y que otros municipios del departamento no tengan acceso a compartir esos 60 mil millones de pesos, porque, según la noticia mencionada, casi todo se quedará en Valledupar. Por último, me entristece que no se le cumpla a Chimichagua las viejas promesas preelectorales de terminar el muelle turístico, los 7 kilómetros de carretera que pasa por Mandinguilla, la doble calzada del ramal y otras obras.

Así, pues, que los ganaderos y caballistas deben estar de plácemes, por lo cual debemos felicitarlos. Pero no es de ponerse triste saber que ningún campesino raso podrá comprar un caballo clonado, ni una vaca preñada artificialmente, puesto que tales caballos no son de apero y pellón ni sirven para jardear ganado o transportar carga, sino para exhibir su pedigrí, y porque al fin y al cabo los que tienen son los que pueden adquirirlos. Sin embargo, me asaltan dudas acerca de la encomiable intención del señor Gobernador:

1. ¿Está el Cesar preparado para administrar adecuadamente y sacar el provecho esperado de esas avanzadas tecnologías de punta?

2. Porque los equipos pueden perderse, deteriorarse o convertirse en “elefante blanco”, ¿no es más sensato preparar primero másteres y doctores y luego adquirir los laboratorios de investigación?

3. En un primer examen es claro que el gran proyecto gubernamental busca beneficiar en gran medida a un sector específico. ¿Cuáles serían los beneficios para el campesinado y el pueblo, en general?

4. ¿Qué tanto dinero de las regalías queda para la educación y la cultura?

No creo que las anteriores y otras dudas sean sólo mías, que vivo lejos del Cesar. ¿Pero por qué allá no se expresan públicamente, si tienen cerca las páginas de El Pilón y otros medios? 60 mil millones de pesos de las regalías es una suma importante que nos pertenece a todos y nos invita a opinar.

Columnista
16 abril, 2014

Cosas que alegran y entristecen

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Ismael Medina Lima

La noticia la trajo El Tiempo del lunes 31 de marzo: Colombia hará en el Cesar su primer caballo clonado- El departamento invirtió 60 mil millones de pesos de las regalías en dos centros biotecnológicos para ganadería y pesca. Qué bueno es que nuestro departamento, tan atrasado en estos renglones, emprenda con decisión y dinero […]


La noticia la trajo El Tiempo del lunes 31 de marzo: Colombia hará en el Cesar su primer caballo clonado- El departamento invirtió 60 mil millones de pesos de las regalías en dos centros biotecnológicos para ganadería y pesca. Qué bueno es que nuestro departamento, tan atrasado en estos renglones, emprenda con decisión y dinero abundante las iniciativas mencionadas, con tecnología de punta, en dos centros que trabajarán cinco temas: sanidad animal, mejoramiento genético, nutrición, fertilidad de suelos y riego y manejo de aguas. Emociona saber que clonaremos caballos finos, tal vez procedentes de las sabanas del Diluvio o del Trébol; que lograremos 2000 preñeces al año de las “bovinas”, con lo cual el Cesar ocupará, en pocos años, el lugar que tenía cuando existía la hacienda Las Cabezas; que se trabajará en la recuperación de las pérdidas y la multiplicación y siembra de especies para pesca, es decir, que volveremos a tener en la ciénaga Zapatosa manatíes, sábalos, doradas, bagres, coroncoros, cachacas, etc., pues no se han perdido sólo tres de las siete especies, si no 18 de las 20 que había.

Me alegra mucho que se financien 32 maestrías y 32 doctorados, pero me entristece que no se le preste la debida atención a la educación primaria y secundaria y no se financien las dotaciones escolares, el aumento necesario de profesores, ni proyectos para mejorar la educación. Me entristece y desconcierta, que el centro tecnológico pesquero no sea construido en Chimichagua, como debe ser. Me alegra que se financie el pago de fertilizantes, fungicidas, herbicidas, correctivos y productos biotecnológicos, pero me entristece que estemos sufriendo por carecer de agua potable y que otros municipios del departamento no tengan acceso a compartir esos 60 mil millones de pesos, porque, según la noticia mencionada, casi todo se quedará en Valledupar. Por último, me entristece que no se le cumpla a Chimichagua las viejas promesas preelectorales de terminar el muelle turístico, los 7 kilómetros de carretera que pasa por Mandinguilla, la doble calzada del ramal y otras obras.

Así, pues, que los ganaderos y caballistas deben estar de plácemes, por lo cual debemos felicitarlos. Pero no es de ponerse triste saber que ningún campesino raso podrá comprar un caballo clonado, ni una vaca preñada artificialmente, puesto que tales caballos no son de apero y pellón ni sirven para jardear ganado o transportar carga, sino para exhibir su pedigrí, y porque al fin y al cabo los que tienen son los que pueden adquirirlos. Sin embargo, me asaltan dudas acerca de la encomiable intención del señor Gobernador:

1. ¿Está el Cesar preparado para administrar adecuadamente y sacar el provecho esperado de esas avanzadas tecnologías de punta?

2. Porque los equipos pueden perderse, deteriorarse o convertirse en “elefante blanco”, ¿no es más sensato preparar primero másteres y doctores y luego adquirir los laboratorios de investigación?

3. En un primer examen es claro que el gran proyecto gubernamental busca beneficiar en gran medida a un sector específico. ¿Cuáles serían los beneficios para el campesinado y el pueblo, en general?

4. ¿Qué tanto dinero de las regalías queda para la educación y la cultura?

No creo que las anteriores y otras dudas sean sólo mías, que vivo lejos del Cesar. ¿Pero por qué allá no se expresan públicamente, si tienen cerca las páginas de El Pilón y otros medios? 60 mil millones de pesos de las regalías es una suma importante que nos pertenece a todos y nos invita a opinar.